Su candidato no arrancó. Se les quedó “pegao”. Como todos los pronósticos habían señalado el pobre Capriles Radonski no alzó vuelo y su imagen cada día se va desdibujando del ambiente político nacional. Aquella vieja sentencia de uno de sus mentores el adeco Henry Ramos Allup, cuando lo calificó de “lechuguino y petimetre” , lo desnudó como un muchacho con ciertas inclinaciones poco cónsonas con la ecuanimidad y la sindéresis.
A esto se le vino encima su penosa y delictiva actuación contra la embajada de Cuba en los hechos golpistas de abril 2002. Una postura radicalmente temeraria y violatoria de los acuerdos internacionales que rigen las leyes de distintas organizaciones mundiales. También se le suma la mentira de los tres millones de votos en sus elecciones primarias, donde muchos han venido señalando que fueron un millón 200 mil votos de los cuales el ganador había resultado el zuliano Pablo Pérez, a quien bailaron en un acuerdo tripartito entre representantes del imperio, la quema cuadernos Teresa Albanes y el cogollo de la MUD.
Pero no sólo esto, sino que el pobre Capriles Radonski, viendo que su candidatura tiene rocas en las alas, se ha sumergido en la desesperación de caer en los terrenos pantanosos de volcar sus ímpetus contra periodistas del sistema Nacional de Medios Públicos, a quienes han venido maltratando en sus recorridos por el país. Su posición se ha venido enardeciendo y pese a que al principio dijo que no iba a enfrentar con Chávez, ahora lo llama “caradura” y busca el choque frontal ante su insípida penetración a los lugares más recónditos del alma del pueblo, que claramente se identifica con el comandante Presidente y con las políticas revolucionarias.
Triste, sólo e íngrimo se ha quedado Capriles Radonski en una campaña que no ha empezado y ya lo agotó. Lo volvió añicos ante la realidad de un pueblo que se cansó de sus mentiras, de sus ilusiones, de sus engaños y sus manipulaciones. Tanto es así que el conspicuo adeco Rafael Poleo, ya lo sacó del juego y su periódico opositor El Nuevo País, lo catalogó de “malcriado” y reconoció públicamente que su candidatura no lograba llegar al corazón de la patria y la ventaja que le lleva el “arañero” de Sabaneta es abismal e inalcanzable.
La campaña no ha empezado formalmente y el pobre candidato de la oposición ya empieza a sentir los estragos de una agónica contundente y aleccionadora derrota que el chavismo le va a propinar. Nunca, en años de la revolución, había sido tan penosa una candidatura opositora con un protagonista que empieza a sentir que sus piezas de papel se desmoronan ante la inconsistencia y la mentira que las unieron…, si es que alguna vez estuvieron unidas.
Para no caer en sus espacios prosaicos, sólo nos limitaremos a señalar que la oposición tiene un candidato “soso”, eso es soso, un personaje que pese a todo el poder del imperio, pese a toda la asesoría internacional, pese a toda la economía sionista, este judío se muestra insípido, sin sal, sin gusto, ante tamaña pretensión de alcanzar las riendas de un país que se muestra bandera en el mundo por la solidaridad, la igualdad y la justicia social que se han venido construyendo en esta última década.
La campaña no se ha oficializado y Capriles Radosnki se empezó a desesperar. Sus antecedentes nos indican que al flaco le gusta acariciar los caminos de la violencia. Ante la aplastante desilusión que se le avecina el próximo 07 de octubre, su agenda no es otra que desacreditar al árbitro CNE y rogar por una intervención extranjera. Aunque soso y débil el candidato no deja de ser peligroso por su cercanía con el imperio y su maldad, quienes sueñan con hacer de Venezuela otra Libia. Crear un escenario de incredibilidad, de incertidumbre, de confusión, a fin de colocar el manto de la violencia donde lancen al azar la suerte de poder llegar a la Presidencia de este suelo.
Esta oposición oscura, no la mayoría de quienes adversan el chavismo, no termina de entender que la revolución llegó para quedarse, que se ha soldado al corazón de los venezolanos y que, con esperanza y tesón, la gran mayoría de este pueblo se suma a la construcción de patria, a la dignificación social y a seguir con lealtad a nuestro líder Hugo Chávez, quien está en la cima de todas las encuestas nacionales y con un margen de ventaja irreversible a escaso tiempo para otro nuevo triunfo de este proceso de transformación social.
Diputado
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