A propósito de haber recibido y leído varios artículos, donde se nota una especie de desesperanza, al plantearse la lucha entre los modelos capitalistas y socialistas, lucha que provoca contratiempos en la ingobernabilidad, trabas a la formación, organización y movilización del pueblo venezolano.
Y lo que es más preocupante, se plantea que dentro de algunas organizaciones sociales, consejos comunales, proyectos socio-productivos y entes del Estado se esta viviendo un clima de desesperanza, desanimo, desorganización, conflictividad, inacción, ante los problemas diarios que genera esta lucha por construir una sociedad socialista.
Otros plantean la situaron mucho más dramática: La burguesía internacional y criolla está montada en la ejecución de un golpe de estado sanguinario y brutal fascista… Bien, contra la Revolución Bolivariana se prepara una agresión fascista, y no verlo, más que ingenuo es criminal e imperdonable ante la historia. Entonces, Qué podemos hacer?
Recordemos que la Biblia, Palabra de Dios, coloca la Esperanza al lado de la Fe y el Amor, colocándola en un sitio importante. Aunque parezca frágil y desesperada, la Esperanza es la expectativa que lo que se desea se puede lograr.
Así mismo, según la leyenda de la mitología griega, los dioses, celosos de la belleza de Pandora, una princesa de la antigua Grecia, le regalaron una misteriosa caja, advirtiéndole que jamás la abriera. Pero un día, la curiosidad y la tentación pudieron más que ella, y abrió la tapa para ver su contenido, liberando así en el mundo todas las grandes aflicciones que hoy existen. Pudo cerrarla justo a tiempo de evitar que se escapara también la Esperanza, que es el único valor que hace soportables las numerosas penalidades de la vida.
Entonces, ante todo esto recordemos e internalicemos que, jamas hemos necesitado tanto estar llenos de Esperanza como hoy en día. La Esperanza se eleva sobre la situación económica difícil, sobre la percepción de que los valores de nuestra sociedad se pudieran ir deteriorando y sobre el espectro de guerra. Si tenemos Esperanza inspiraremos a otras personas también a tenerla y entonces, otros seguirán.
Mantengamos firmemente la Esperanza y hagámosla milagrosamente contagiosa, nada derrota a la Esperanza. Donde hay esperanza hay vida. Nunca seremos vencidos ni derrotados, si tenemos Esperanza. Mantengamos esto en mente cuando estemos agobiados con las dificultades, las tristezas, las enfermedades, los problemas y la desesperanza que, la Esperanza siempre esta ahí y siempre vuelve.
Esperanza, que palabra tan magnífica, permitamos que se infiltre en nuestro subconsciente. Salgamos y dispersemos la Esperanza mientras caminamos por la calle
En síntesis y por lo anterior, como dice mi canto latinoamericano favorito: Por eso es que hoy tenemos Esperanza… por eso es que hoy luchamos con porfía… por eso es que hoy miramos con confianza el porvenir…
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José Amesty, 2012