Cuando el papá de Margot escuchó a Embajada Radonski decir esa pendejada de los huevos caros, apagó el televisor y gritó: “¿Qué he hecho yo para merecer esto, Dios mío?” Y se encerró en el cuarto. Y allá adentro siguió hablando solo. Margot y yo nos acercamos a la puerta y se escuchaba al hombre diciendo: “Además, esos huevos se los tiraron a Ismael García, que se los merece, a ese deberían llevarlo a todas las marchas para que le tiraren cualquier vaina, y mientras tanto, nuestro candidato dice las cuatro pendejadas que sabe decir y listo”. Allí lo dejamos hablando solo y salimos rumbo a una patrulla, perdón, las patrullas son de los chavistas, salimos rumbo a reunirnos en el comando Venezuela, que antes era Tricolor, y ahora quieren cambiarlo para Comando EE.UU.
Y vamos de torta en torta. El 5 de julio, en la Asamblea Nacional, el dictador nos cogió para sopa. Nuestros diputados estaban allí con esas caras de yo vendí a crédito, y el dictador muerto de la risa diciendo que nosotros no nos reíamos. Y es verdad, María Corina estaba allí como que le hubiesen robado la foto original con Bush en el salón oval, y el compañero Marquina como que él nunca hubiese llamado a votar por el dictador, incluso, el dictador lo nombró dos veces, le dijo “compañero Marquina”, y él allí orgulloso de haber dicho su vaina.
Les digo una vaina, compañeros, eso de sentar al lado de Embajada Radonski a Ramón Guillermo Aveledo y a Antonio Ledezma, fue un grave error, esa vaina nos hundió. Me cuenta Margot que cuando su papá vio aquello por nuestro canal, Globovisión, el hombre dijo: “No me echen más cartas”, y apagó el televisor y se encerró en su cuarto. ¿A quién se le ocurrió esa pendejada? Si nosotros estamos vendiendo progreso, ¿qué hacen allí Aveledo y Ledezma? Sólo faltaron Fracaso Petkoff y Ramos Allup.
- Toma este puñal y ábreme las venas.- me canta Margot