La reiteración sobre cualquier tema es posible que resulte tediosa, pero firmemente creemos que cuando se trata de reflexionar sobre las agresiones e intervenciones de los Estados Unidos de Norteamérica desde Río Grande hasta la Patagonia, resulta no solamente interesante hacerlo, sino necesario, pues en la medida en que releamos hasta el cansancio todo cuanto se ha escrito sobre el tema y le sigamos la pista, con la debida agudeza, a los documentos secretos recientemente desclasificados de sus organismos de inteligencia que tienen que ver con el derrocamiento de Allende, las dictaduras del Cono Sur, la Operación Cóndor y sus crímenes por encargo más allá de sus fronteras, así como sobre las andanzas de las mafias terroristas cubano americanas de Miami y las luchas de liberación de los pueblos de toda la región, refrescamos nuestra memoria y abrimos así la posibilidad efectiva de conocer, al menos, la magnitud y grado de ignominia de sus agresividades y de sus injerencias, para de esa forma lograr que impidamos que nuestro país pueda ser, en cualquier momento, su próxima víctima.
Es preciso, por otra parte, recordárselas a muchos que parecieran haberlas olvidado (?), así como a centenares de miles de nuestros jóvenes, quienes las desconocen, sencillamente porque en los programas de estudios esos episodios oscuros y tenebrosos de nuestra historia Continental han sido ex profeso excluidos. Por paradójico que parezca, esas páginas de la historia desvirtúan la realidad y con el mayor descaro llegan hasta aseverar que las relaciones de ese país con nuestros pueblos latinoamericanos han estado signadas por una fluida y cordial amistad, en donde siempre ha prevalecido un amplio espíritu de cooperación y solidaridad, todo lo cual es absolutamente falso.
Desde los mismos inicios de nuestra liberación del imperio español, los gobiernos de los Estados Unidos no han dejado de mostrar sus claros propósitos de imponerle a nuestros países sus políticas expoliadoras y de control absoluto. Para el logro de esos fines han recurrido a las intervenciones directas a través de férreas dictaduras o a las bien llamadas democracias de papel, así como igualmente lo han hecho y lo sigue haciendo por vía del engaño y de las más diversas y sofisticadas formas de amenazas y de ello lo único que nos ha quedado en nuestra América Latina es más miseria, desigualdad creciente y, por sobre todo, sangre, dolor y lágrimas.
De manera que el mayor conocimiento de esa realidad, raíz y esencia de una política internacional apuntalada en las claras pretensiones de control y dominio expuestas por los prohombres que crearon el Estado de la Unión, entre los cuales se destacó Thomas Jefferson, quien sostuvo en los debates que precedieron a la aprobación de la Constitución Americana, que el Continente todo debía ser incorporado la Unión, “pedazo a pedazo”, ciertamente contribuye a mejor entender esa realidad y, al mismo tiempo, a asimilar que la misma jamás podrá ser revertida, en tanto prevalezca incólume el sistema capitalista por más disfraz que use para intentar ocultarse, pues para ese tipo de modelo político, tal realidad es su parte medular y su mayor sustento. Tómese nota que no ha habido imperio alguno que haya logrado llegar a tal grado de poder, sin el control y explotación de otros pueblos.
Hemos registrado de una investigación no exhaustiva que hemos hecho, algo cercano a las cien intervenciones y agresiones de todo tipo de los Estados Unidos entre los años de 1.835 hasta nuestros días, de las cuales indicaremos, las que, en nuestro criterio, hacen más que evidente que el ejercicio de esa política intervencionista en nuestros asuntos ha sido y es parte sustantiva e inmodificable de una estrategia de Estado articulada y establecida por los poderosos sectores económicos que son los que controlan a ese país desde su propio nacimiento.
Veamos, en lo que sigue, la sucinta relación de esas iniquidades y tropelías:
1.835/48: En sucesivas maniobras y enfrentamientos armados le arrebata a México algo más de un millón de kilómetros cuadrados, lo que hoy conforman los estados de Texas, California y Nuevo México;
1.855: Interviene en Nicaragua a través de mercenarios e instala en la presidencia del país a su coterráneo William Walter, quien permanece allí durante dos años, asediando, además, a los países vecinos Honduras y El Salvador;
1.857: Invade a Paraguay y lo someten por la fuerza a sus directrices en el campo económico;
1.898: Un mes antes de declarada la independencia de Cuba, los Estados Unidos le imponen el tratado conocido como la Enmienda Platt, mediante la cual su soberanía quedaba sometida a los dictados de Washington;
1.903: A través de cipayos criollos se inmiscuye en los desacuerdos políticos internos de Panamá y la separa de Colombia para luego construir el canal interoceánico y asumir su control absoluto;
1.904: El presidente Theodore Roosevelt sostuvo que Estados Unidos podía intervenir en cualquier nación latinoamericana culpable de actuar incorrectamente en su política interior o exterior;
1.905/09: Invade a la República Dominicana, se apodera de sus aduanas y le impone personal norteamericano como sus administradores;
1.919: Marines yanquis ingresan a territorio nicaragüense para darle soporte al dictador Adolfo Díaz, quien había sido tenedor de libros de una empresa minera norteamericana y permanecen allí hasta 1.93, cuando César Augusto Sandino logra que se retiren, pero éste es traicionado y luego asesinado por la Guardia Nacional al mando de Anastasio Somoza, quien asume el mando hasta su asesinato en 1.962;
1.921: Invade a El Salvador para auto imponerse concesiones aduaneras;
1.914/33: Invade y ocupa militarmente a Haití bajo el alegato de que su pueblo ha caído en desmanes y barbaridades incontrolables;
1.916/24: Invade la República Dominicana y la mantiene bajo férreo control a través de marionetas de la oligarquía insular, para beneficiarse de los impuestos aduanales;
1,924: Invade a Honduras para interceder y mediar en conflictos políticos internos y designa como presidente a un lacayo que toma juramento a bordo del acorazado norteamericano “Tacoma”;
1.946: Funda la Escuela de las Américas con sede en la zona del Canal de Panamá, donde recibieron adiestramiento todos quienes luego fueron dictadores en varios países del Continente (Manuel Odria en el Perú, Marcos Pérez Jiménez en Venezuela, Gustavo Rojas Pinilla en Colombia, Castillo Armas en Guatemala, Luis Somoza Debayle en Nicaragua y René Barrientos en Bolivia, entre otros);
1.954: Derroca al presidente democrático Jacobo Arbenz de Guatemala por haber decretado la expropiación de extensos latifundios ociosos propiedad de la United Fruit Company, con el apoyo del títere coronel del ejército Carlos Castillo Armas, quien muere asesinado tres años más tarde por un custodio de su guardia de honor;
1.961: Mercenarios a su servicio invaden a Cuba por Bahía de Cochinos (Playa Girón) y el imperio sale derrotado;
1.965: Invade a la República Dominicana con el sólo objetivo de impedir que fuerzas patriotas, al mando del coronel Francisco Caamaño, repusieran en el poder al gobierno democrático, surgido de la urnas, de Juan Bosh, quien había sido derrocado meses antes por la derecha más recalcitrante del país, la misma que había logrado mantener en el poder a Rafael Leonidas “Chapita” Trujillo por 30 años;
1.973: Con el apoyo financiero y logístico de la CIA, las fuerzas de la derecha chilena logran torcer el rumbo democrático del país y bajo el liderazgo del general Augusto Pinochet y otros altos oficiales, bombardean en septiembre de ese año el Palacio de La Moneda, provocando con ello la caída del gobierno de la Unidad Popular, la trágica muerte del presidente constitucional Salvador Allende y la instauración por diez y siete años una de las más feroces dictaduras que ha habido en América;
1.976: Bajo la inspiración de la DINA, la policía represiva de Pinochet y con el apoyo incondicional de todo orden, tanto logístico como financiero de la CIA, se articulan los organismos de inteligencia del propio Chile, de Argentina, de Paraguay, de Uruguay, de Bolivia, de Brasil y en alguna medida del Perú, para adelantar una política concertada de persecución y aniquilamiento de las voces disidentes de toda la región, la cual tenía como “experiencia excelente”, el asesinato del Comandante General del Ejército, en 1.970, general René Schneider, debido a su intransigente postura de defender la institucionalidad democrática de su país, dejando muy en claro que respetaría la ratificación del triunfo electoral de Allende por parte el Congreso Chileno, lo cual ocurrió ese mismo año.
Entre las figuras políticas y actos terroristas que se ejecutaron dentro del marco de tal operación criminal o que presumiblemente lo fueron, por las causas tan sospechosas en que ocurrieron esos hechos, se impone destacar los siguientes:
1974 (septiembre), en dos operaciones ejecutadas en distintas latitudes, el General allendista y excomandante del Ejército Carlos Prats y señora, mueren asesinados por una bomba colocada en su carro en Buenos Aires y el exsenador socialcristiano chileno Bernardo Leighton y su esposa, son abaleados en Roma, quedando ésta última inválida de por vida;
1.976 (mayo), son asesinados en distintas operaciones el expresidente boliviano, general Juan José Torres, quien había liderado en su país un claro gobierno de corte socialista y los parlamentarios de la izquierda uruguaya Zelma Michelín y Héctor Gutiérrez Ruiz, así como el dirigente del frente amplio William Whitelaw;
1.976 (mayo), organizaciones terroristas cubanas, bajo la protección de la CIA, atentan con explosivos la sede de la misión diplomática de Cuba en la ONU, ocasionando daños materiales cuantiosos;
1.976 (septiembre), el excanciller de Allende, Orlando Letellier muere en similares circunstancias junto a su secretaria, la ciudadana estadounidense Ronni Moffit, en una calle céntrica de la ciudad de Washington. El esposo de ésta salvó milagrosamente su vida, pero quedó gravemente herido. Según documentos recientemente desclasificados, surgen serias evidencias de que en la planificación de este horrendo crimen por parte de la DINA en Santiago de Chile, participaron de manera activa Orlando Bosh y Posada Carriles;
1.976 (octubre), mafias terroristas bajo el mando de los agentes de la CIA, Orlando Bosh y Posada Carriles, con la asistencia de los venezolanos Hernán Ricardo y Freddy Lugo, hacen explotar en el aire con efectos de una potente bomba un avión DC8 de Cubana de Aviación, a los pocos minutos de despegar del aeropuerto de Barbados con rumbo a la Habana, donde murieron sus 73 ocupantes;
1.980: Desata una agresiva ofensiva diplomática y militar contra el recién inaugurado gobierno Sandinista (julio/79), a través de fuerzas irregulares integradas por exguardias nacionales del régimen dictatorial de la dinastía de los Somoza, disidentes del sandinismo y sectores anticomunistas y recalcitrantes de la derecha nicaragüense, mejor conocida como “la contra”, que le causaron al país inmensos daños y que, al final, en elecciones apuntalados en una campaña feroz y llena de mentiras a granel, lograron despojar del poder al FSLN e instaurar una democracia falsa que, desde entonces, ha sumido el país en la mayor pobreza;
1.980 (abril), es abaleado en Nueva Cork, a plena sol del día, el diplomático cubano ante la ONU, Félix García;
1.981 (mayo), muere en un accidente de aviación el presidente ecuatoriano en ejercicio Roldós Aguilera, por causas muy sospechosas en donde las evidencias apuntaban hacia la CIA, dada la posición izquierdista del gobernante, a su popularidad y a su negativa a aceptar la instalación en su país de bases militares norteamericanas;
1.981 (julio), en iguales circunstancias, muere el General Omar Torrijos, quien pocos años antes, en octubre de 1.977, había sellado con el gobierno norteamericano la devolución a su país del Canal de Panamá, la cual permanecería algunos años más administrada por funcionarios estadounidenses;
1.983: Invade a Grenada, país integrado por dos pequeñas islas de 300 kilómetros cuadrados cada una y una población de alrededor 100 mil personas, para demostrarle al mundo que los Estados Unidos, lejos de sus descalabros en Vietnam, Irán, Nicaragua, Africa, Afganistán y el Líbano, era una potencia que sabía y tenía cómo manejar su poderío militar en cualquier parte del mundo, es decir, en palabras de Donald Reagan, "América había vuelto por sus fueros";
1.989: Invade a Panamá con la excusa de vengar atropellos proferidos a dos oficiales de su ejército acantonados en la zona del Canal por parte de la Guardia Nacional al mando de General Manuel Antonio Noriega, pero antes desconoce a su gobierno y designa como nuevo presidente del país a Guillermo Endara, quien se juramenta en la zona ocupada por el Comando Sur;
1.998: Bandas terroristas de la gusanera cubana de Miami, con el apoyo de la CIA, desatan una oleada de atentados con bombas C4 en Cuba, ocasionando incuantificables pérdidas materiales y la muerte de un joven turista italiano;
2.002: Fracasa en su intento de derrocar el gobierno de Hugo Chávez, no obstante que logró articular una fuerza opositora importante, bajo el liderazgo de figuras claves del puntofijismo y factores emergentes de los sectores más derechistas de la sociedad, a los cuales apoyó con ingentes sumas de dólares entregadas por la NED y la USAID y la más reciente de sus arbitrariedades, para lo cual contó con el respaldo de la OEA, en febrero de 2.004, la complicidad con el gobierno francés y el apoyo de fuerzas mercenarias al servicio de los sectores más derechistas del país, derrocar al presidente democrático de Haití, Jean Bertrán Arístides, para luego secuestrarlo y dejarlo bajo la protección del gobierno de la República Centroafricana.
Hasta aquí una parte de las invasiones e injerencias norteamericanas a nuestra América Latina. Enumerarlas todas, porque es necesario decirlo que las hubo muchas y de todo tipo, como hostigamientos y ametrallamientos por decenas de puertos en México, en todos los países de la América Central, así como en Colombia, Ecuador, Perú y Paraguay, nos ocuparía varias cuartillas y consideramos que con esta corta relación de iniquidades y vejámenes es más que suficiente para demostrar cuan dañinos y perversos han sido para nuestros pueblos, los gobiernos de los Estados Unidos de Norteamérica.
De manera que ahora, cuando se coloca sobre el tapete el caso del terrorista Posada Carriles, quien para nadie es un secreto que ha actuado en sus actividades ilegales y criminales como agente de la CIA, mayormente durante el período en que Bush padre fue su Director, las posibilidades de que sea extraditado a Venezuela se convierten en sólo una quimera.
El gobierno norteamericano no tiene otra salida que la de negarse a entregarlo, como única forma para seguir ocultando su abierta complicidad en las andanzas criminales de ese sujeto, pues de hacerlo, corre el riesgo de que suelte la lengua y hable más de lo necesario, como generalmente ocurre con personajes de esa calaña, quienes por el contrario de aquellos que luchan por convicción y a costa de inmensos sacrificios por la libertad y la soberanía de sus pueblos, no son otra cosa que mercenarios criminales al servicio de quien les remunere mejor.
oliverr@cantv.net