Si ustedes han visto y leído la mayoría de las encuestas, y si han visto las concentraciones políticas, saben a qué candidato me refiero
Si ustedes han visto y leído la mayoría de las encuestas, y si han visto las concentraciones políticas, saben a qué candidato me refiero. También el Comando de Campaña Venezuela sabe a qué candidato me refiero. Tanto lo sabe el Comando Venezuela, que ha venido utilizando una serie de armas propagandísticas que develan su estrategia. Al comenzar la campaña, al candidato ganador, Hugo Chávez, tanto el candidato derrotado como su comando de campaña empezaron a llamarlo "el otro candidato", un poco después lo llamaban "el candidato del pasado" y ahora, en vista de que esas frases no tienen argumentaciones que le den más fuerza, ahora comienzan a llamarlo "el presidente saliente".
Al no llamarlo Hugo Chávez y comenzar a calificarlo como "presidente saliente", la gente de la oposición, que cuenta con medios de comunicación nacionales e internacionales, y con periodistas que tienen columnas y programas en esos medios, y cuentan además con twitter y blogs, comienzan a posicionar esa frase como una manera de levantar en su militancia el entusiasmo por el candidato derrotado, porque es evidente que ese entusiasmo lo han perdido ante la realidad que tienen tan cerca; además, el candidato derrotado quiere parecerse al candidato ganador, y como sabe la gente, es mejor el original que la copia.
Uno de los recursos que utiliza la publicidad y la propaganda es el uso de los calificativos para generar aceptación o rechazo, o para embellecer la realidad. Así vemos como en el gobierno de Luis Herrera Campins los ranchos fueron calificados como soluciones habitacionales. También decía Jorge Luis Borges que el uso de los eufemismos permite llamar a una cosa por muchos nombres. Así, por ejemplo, no hay cinturones de miseria, hay barriadas populares, no hay hambre, hay pobreza crítica.
Así, a los que militan en el chavismo, o lo apoyan, los medios privados no los llaman chavistas sino oficialistas, porque así los liberarán de ese sentido de militancia, y una cosa muy importante, tampoco recuerdan el nombre del candidato ganador. Esta técnica la ha venido usando la gente de la oposición desde hace mucho tiempo. A las marchas chavistas las llaman "hordas", y a la oposición le dicen "sociedad civil".
Lo importante es que el comando del candidato derrotado devela muy fácilmente su estrategia.
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