Excelente y contundente la respuesta de Elías Jaua en su condición del Ministro del Poder Popular para la Agricultura y Tierras, al majunche quien de la manera más irresponsable y alegre le tildó prácticamente de ladrón y bandido, en otra de sus perturbaciones, producto seguramente de lo que según el ministro sugirió y es un secreto a voces acostumbra consumir, igual que en la época en que como la mayoría de los “niños bien”, hacía, en las lujosas discotecas del Este, que incluso le llevaron a cometer actos inmorales en plena vía pública dentro de su carro último modelo y de los más costosos, con quien hoy es nada menos que su jefe de campaña, para arrechera de quienes con mayores méritos y trayectoria piensan que debieran estar allí, para tener la posibilidad de sacar su buena tajada del billete que ingenuos empresarios y banqueros, sobre todo prófugos, les envían junto a lo que la embajada gringa les debe haber asignado.
Esta cosa que no se cansa de meter las de caminar, en una demostración casi diaria de su ignorancia, sobre todo de nuestra geografía, costumbres e idiosincrasia del pueblo venezolano, como sabemos es un sujeto de esos que nacido en cuna de oro, tiene lo que desea desde que nace hasta que llegado a adulto, a sus progenitores se les ocurrió que servía para político y aprovechándole de que para la época en que tenia edad legal, se lo cambiaron al puntofijismo por propaganda para el candidato de turno y fue así como sin ni siquiera conocer al Estado Zulia, salió electo diputado, y no conformes con ello lo encumbraron a Presidente de la Cámara de diputados, donde pasó sin pena ni gloria, eso sí leyendo todo lo que le escribían sus mentores y por supuesto sirviendo de puente para los grandes negocios de sus ascendientes, a la saga poderosos empresarios de la comunicación. De allí viene esta cosa que hoy pretende con engaños, mancillar la patria venezolana, aspirando nada menos y nada más que a la Presidencia del País que tuvo el grandísimo honor de ver nacer al más grande hombre de América.
Pero es que también como sabemos y es algo que no puede negar, perteneció a una de esas especie de sectas fascistoides, que en un tiempo se convirtieron en refugio de hijitos de familias adineradas, para cometer sus fechorías y consumir lo que mejor les parecía, reclutando jóvenes para pervertirlos y convertirlos en enemigos de los pobres, es la funesta Tradición Familia y Propiedad que propugna una lucha contra la Reforma Agraria a favor de los terratenientes, persecución y acoso a todo lo que les oliera a progresismo dentro de la iglesia como la Teología de la Liberación, repudio a los libros y demás publicaciones que según ellos atentan contra los valores y principios cristianos, incluso cuestionando los 10 mandamientos, sobre todo al “no matarás”, lo que explica porqué para este personaje, que sabía lo del 11 de abril y de las muertes a mansalva que planificaban para justificarlo, le fue tan fácil estar de acuerdo con la matanza indiscriminada.
Por ello le vimos junto al otro de los miembros de la secta arremeter contra muchos de los que según ellos no merecían vivir, los vimos a los dos violar los derechos humanos de autoridades legitimas, les vimos en su asalto a la Embajada de Cuba, así pudimos ver en acción a dos miembros de ese engendro diabólico que es TFP y que dio origen a Primero Justicia.
Qué se puede esperar de esta clase de seres si llegasen a tener el poder de un país como Venezuela y más en esos momentos cuando gracias a las acertadas políticas revolucionarias del Presidente Chávez, la Patria está liderizando, no solo en América sino en el mundo entero, una nueva esperanza para la redención de los pobres.
Por ello Elías Jaua se quedó tal vez corto, nada de lo que se diga de este “diente roto” de la política venezolana atina a describirlo y predecir la desgracia que sería que llegase, no a ser presidente de este país, sino a servir de marioneta del imperio, para de un solo tajo destruir la independencia que dejada incompleta por nuestros libertadores hoy casi la hemos logrado por obra y gracia de un pueblo que como abrió los ojos y ha cambiado para siempre, no aceptaría de buena gana la desgracia de ser de nuevo colonia.
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