La Iglesia Católica ha estado presente en todos los periodos históricos de la humanidad, teniendo siempre el poder, controlado a través de la fuerza. Por ejemplo, las cruzadas en la Edad Media, campañas militares impulsadas por el papado y efectuada en la Europa, en Francia, Roma y España. Fue factor decisivo en la consolidación del sistema feudal en Europa occidental, para restituir el poder cristiano durante 200 años entre 1095 y 1291 a finales del siglo XV.
Las Cruzadas fueron guerras contra los musulmanes, los eslavos paganos, judíos y cristianos ortodoxos griegos y rusos, mongoles y principalmente contra los enemigos políticos de los papas. En algunos lugares de Francia y Alemania, los judíos eran percibidos como enemigos equivalentes a los musulmanes. La idea de la Guerra Santa contra los musulmanes fue impuesta a la población y resultó una idea atractiva para los poderes tanto religiosos como seculares de la Edad Media europea.
Recordemos después a la Inquisición dedicada a la eliminación de la herejía dentro del seno de la Iglesia Católica. La herejía (deslealtad, negación, incredulidad) se castigaba con pena de muerte, después de haber sido torturado salvajemente el supuesto culpable. Comenzó en Francia fue llevada hasta España (1478-1821) cuyo ámbito de acción se extendió a América; la Inquisición portuguesa (1536-1821) y la Inquisición romana (1542-1965).
La Iglesia en America Latina mantuvo también su poder, recordemos su actuación durante la Conquista y su responsabilidad en el exterminio de los pueblos indígenas, su oposición a la independencia de las colonias americanas frente al imperio español. Posteriormente, mantuvieron el registro eclesiástico referente al nacimiento, bautismo, matrimonio y defunción de las personas.
Venezuela creo el Registro Civil en 1873, cuando Guzmán Blanco. Esta influencia política se mantuvo hasta la llegada del Presidente Chávez al poder en 1999, cuando logramos nuestra independencia del imperio estadounidense, de la burguesía criolla y de la jerarquía eclesiástica. Estas decisiones soberanas nos costó el golpe de Estado del 11 de Abril de 2002, el paro petrolero y empresarial con sus pérdidas en vidas y millones de dólares. La Iglesia católica apoyo abiertamente el Golpe de estado del 11 de abril de 2002, y todavía continúan conspirando.
Recordamos las declaraciones de monseñor Luckert, faltándole el respeto a las mujeres venezolanas beneficiadas con la Gran Misión Hijos e Hijas de Venezuela, señalando a la misión como “misión abre las piernas”. Haciendo politiquería con las víctimas de la refinería de Amuay y del pueblo Paraguanero. Probando su desprecio hacia el pueblo pobre de Venezuela. Durante el sabotaje petrolero lo aplaudieron y fueron cómplices de esos hechos.
La Conferencia Episcopal Venezolana critica la situación de las cárceles venezolanas, en su publicación mensual de fecha 26/8/12. Pero durante la IV República las cárceles estaban peores y guardaban silencio. Cuando la crisis bancaria de los gobiernos de AD-COPEI, donde quebraron una veintena de bancos, no solicitaban ayuda para los ahorristas que perdieron su dinero. Ahora, reciben a la Madres de los directores de Econoinvest que también estafaron a sus clientes y oran por su libertad.