No se puede tapar el sol con un dedo

Intentaré hacer el esfuerzo de expresar los motivos de mi preferencia hacia el candidato Hugo Chávez. Y lo haré pensando primero en los miembros de la familia que lo adversan y no comprenden, ni ahora ni antes, mi decisión. Lo haré también dando respuesta a los amigos que, convencidos absolutamente de su verdad, se preocupan, y hasta espantan y sorprenden con mi preferencia, a pesar de mi larga trayectoria académica.

He observado que el discurso del presidente, honesto desde el inicio, se hace realidad cada vez con más claridad, nutriéndose de las necesidades de los venezolanos que se le han hecho presentes en el ejercicio de su responsabilidad.

Se generaliza mucho al hablar de las misiones, porque ya la palabra en sí se ha convertido en un “ritornello”. Pero las misiones son el estudio para el ignorante, la superación para quien quiere más; son salud para los que no pueden tener un seguro, costear una clínica; son hogares para la gente que vive encaramada en un cerro frágil, hacinados en pocos metros; son también el apoyo del gobierno para que se produzcan los alimentos que requerimos; las misiones son la ayuda para que las madres críen a sus hijos, para que nuestros ancianos completen su vida con dignidad.

Yo creo que las misiones son los actos de amor de un gobierno hacia los venezolanos. Existen, están ahí, desarrollándose de la mejor manera posible. Con muchas imperfecciones, con las naturales limitaciones de quien las recibe, sin preparación, por tratarse de un pueblo abandonado a su suerte por largos años.

Yo sí veo las obras de este gobierno, veo logros concretos y reales que benefician a millones. También sé de sus errores, de las debilidades y fallas que llegan, en ocasiones, a sacrificar la calidad.

Pero las misiones son sólo una parte notoria del gobierno chavista. No podemos obviar la gran influencia en el continente de Hugo Chávez, el rescate del orgullo soberano de un país, de nuestra gloriosa historia en la gesta libertadora. No podemos ignorar las continuas invitaciones del presidente-candidato para el debate de ideas, para participar y construir juntos nuestro socialismo.

No podemos obviar en definitiva la enorme calidad humana de Chávez, su inteligencia dirigida al servicio del bien, su enorme tesón y esfuerzo para realizar las obras necesarias a fin de que el venezolano viva con dignidad.

Así, familia y amigos que no me entienden y critican, desconocidos que se burlan y me repudian, en definitiva yo creo que, a pesar de los muchos errores que ciertamente existen y que debemos juntos ayudar a corregir, no se puede tapar el sol con un dedo.


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Flavia Riggione

Profesora e investigadora (J) Titular de la UCV.

 flaviariggione@hotmail.com

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