La Revolución en esta nueva etapa está obligada a renovarse, sin abandonar ni un instante sus objetivos y principios.
La Gestión Revolucionaria, Socialista y Bolivariana debe asumir como postulados inherentes a su existencia cinco conceptos inseparables: la participación (democracia), la calidad, eficacia y eficiencia socialista, y la transparencia.
Esta Gestión debe ser traducida particularmente en lo que se refiere a la Gestión de servicio para la satisfacción de necesidades y el mejoramiento de la calidad de vida, el hábitat y la ciudad.
Las gobernaciones y alcaldías junto con los ciudadanos, el poder popular, están obligadas a conocer, estudiar sus competencias, alcances y limitaciones.
Los candidatos de la Revolución, los partidos que los apoyan, el Polo Patriótico, los Movimientos Sociales, el poder popular, los ciudadanos, están obligados a presentar en conjunto un Plan Nacional de Gestión Regional y Local.
Este Plan Nacional de Gestión Regional y Local responderá dialécticamente al Segundo Plan Socialista, para el período 2013-2019, ruta para la transición al socialismo bolivariano del siglo XXI, y articulado a las particularidades locales, necesidades del hombre, hábitat y la ciudad.
La clave de esta visión está en conjugar el desarrollo nacional con las aspiraciones cotidianas de la gente: servicios con calidad y ejercicio pleno de la democracia participativa y protagónica.
La Revolución debe transformarse en lo “concreto-tangible”, en Calidad del servicio público y atención a los usuarios. Es la gestión concreta de la vida cotidiana del ciudadano y su entorno, es convertir el Gobierno y el Socialismo en sello de Calidad.
La Revolución en esta campaña por las gobernaciones, también debe procurar conquistar las aspiraciones y credibilidad del contrario.
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