La unidad, se debe revisar su significado a profundidad después de los resultados del siete de octubre, satisfactorios para unos, mas para el vencedor, pero, más allá de la victoria, los resultados se deben revisar, es un disco rayado, si se hubiese hecho los análisis pertinentes, hoy tal vez no existieran las discrepancias en las regiones, aun cuando con la mayor ponderación y humildad se puedan resolver, mas allá de una confrontación estéril, con arrogancia y además descalificadora, en algunos casos por no pensar igual en otros por no coincidir en el quehacer diario, otros casos por tener una votación mayoritaria ante los partidos aliados que sacaron menos votos pero que suman entonces no son tomados en cuenta a la hora de decidir.
Hay que recordar que normalmente hasta hace pocos años los eventos electorales las organizaciones políticas inscribían a sus candidatos, con su respectiva autonomía y no había problemas alguno hasta que comenzaron hacer las respectivas llaves, formulas duplas, morochas, kino, súper loto entre otras del lado del gobierno, como de la oposición y en parte se medían las respectivas fuerzas políticas, ahora, si eso ocurre por distintas formulas del lado del oficialismo te llaman contra revolucionario.
Dentro de la revolución jamás se puede pensar, como lo hacen en la mesa de la unidad que actúan solo para repartirse cargos, no habían ganado la presidencia y tenían el reparto del botín, de este lado, es el debate y la confrontación ideológica que debe existir y ceder donde se deba corregir, pero, también reconocer donde hayan errores y donde se puedan hacer cambios profundos, sobre todo, no se debe olvidar el inmenso sacrificio que hacen los seguidores en defender a la revolución y el día que deciden quien será sus candidatos no hay una consulta y el que los apoyo y hoy con criterio no está de acuerdo lo llamen contrarrevolucionario, además que en las discusiones internas se pida revisiones de situaciones existentes y la respuesta sea: ¡las puertas están abiertas¡ aquí deben ser disciplinados y respetar decisiones.
La situación, es que cada organización tenga su autonomía y esa autoridad sea de las bases, no que de una partida de domino o un café se tomen a la ligera las decisiones políticas más transcendentales y que pongan en riesgo las divisiones de criterios, mas aun si detrás de ellos andan los vividores de las políticas que para ellos en cada elecciones resulta un jugoso cargo político o contratos, esos negocios no debe ser el norte de ninguna organización política de izquierda y los intereses deben ser el bienestar de sus seguidores para avanzar en el desarrollo del país en general, además, no se puede seguir fortaleciendo a la contrarrevolución, ellos que terminen de extinguirse, pero del lado nuestro la unión y la camadería debe fortalecer nuestro lazos de hermandad y fraternidad revolucionaria, dejen el irrespeto para otros.
“El dirigente medio debe dar el ejemplo en cuanto a la actividad. Hay quienes dan directivas sin cumplirlas ellos mismos. La base no es una masa inerte, sino algo vivo y decisivo para la acción política.”
Eduardo Mancera en el libro las cualidades del dirigente.
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