En la gestión de los medios, la publicidad y la propaganda del Estado no se deben descuidar, soslayar las características y propiedades de cada uno de los medios, la estructura de la audiencia y las franjas de horarios, porque “pecaríamos” de ineficientes.
Hagamos un ejercicio para visualizar mejor esta afirmación: supongamos que usted gerencia el departamento de publicidad y mercadeo de una industria de juguetes para niños entre 5 y 12 años.
Como viene Navidad, a su departamento le corresponde realizar la campaña publicitaria; y siendo el dueño un opositor, a usted se le ocurrió incluir a Globovisión en el plan de inversión publicitaria.
A los 20 días de haber comenzado la campaña, usted recibe una carta de despido porque al dueño –un disociado antichavista– se le ocurrió ver al “matacuras” a las 6 de la tarde, y en el corte publicitario se encontró con el comercial de juguetes de su empresa.
Usted fue botado porque Globovisión es la antítesis de la alegría navideña, es para mujeres y hombres llenos de odio –allí no entran los niños– y en ese horario hay un programa en el que se promociona la muerte y el amarillismo.
Usted derrochó parte del capital de la empresa en un medio inadecuado, porque la publicidad del juguete se hace en programas y horarios infantiles, dirigida a crear el deseo y la “necesidad” a la audiencia infantil; para que estos fastidien a los padres y obliguen al “Niño Jesús” a traerles el juguete visto en TV. ¡Revisemos la ineficiencia!
Nota: artículo publicado en el diario Correro del Orinoco No 1122 delviernes 19 de octubre de 2012 con el título: Audiencia mercancía
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