A los oportunistas, sólo el pensar en el duro camino revolucionario y en los sacrificios que impone siempre la lucha, sólo la perspectiva de tener que pasar trabajo o empuñar algún día las armas, les hace temblar de miedo. Para ellos todo el problema se reduce a como engañar mejor a las masas, a como vivir a su costa, sin arriesgar en lo mas mínimo, su pellejo ni su cómoda posición social. Se las ingenian para atacar a los verdaderos revolucionarios y otras manifestaciones que se atreven a luchar y a disentir, que lo dan todo por el pueblo y que prefieren morir luchando antes que vivir arrastrados. Estos heroicos luchadores revolucionarios tienen todo nuestro apoyo, a ellos nos unimos y sin duda alcanzaremos juntos la victoria.
Efectivamente, el mundo y la sociedad no siguen en su desarrollo un camino recto, sino en zig-zag, dando vueltas y revueltas. Por su puesto, que este dogma también atañe a la Revolución Bolivariana y a los venezolanos. Y hay que admitirlo, tenemos entre nosotros personas que se dicen revolucionarios pero son en realidad infiltrados-oportunistas, que dicen defender nuestros principios clasistas y al mismo tiempo se mezclan y entrelazan con la seudo democracia burguesa, perturbando y demorando los avances de los grandes programas sociales que buscan igualar la calidad de vida para los habitantes de esta tierra sagrada.
También los oportunistas piensan que el movimiento obrero se impondrá pacíficamente, sin encontrar ninguna resistencia, y que así, en paz y armonía, llegaremos todos al socialismo, incluidos los explotadores, que dejarán de serlo por la presión de la mayoría, etc., etc. Que falaz e ingenuos son.
Los oportunistas se han aprendido algunas frases de memoria acerca de la lucha revolucionaria y las repiten como loros, y con ello le hacen ver a los tontos y a sus adeptos, no diferenciándose en esto, como en tantas cosas, de la oligarquía fascista a quienes supuestamente fustigan. No quieren comprender que en nuestros días ese tipo de pantallería y engaño, practicado en otro tiempo por algunos aristócratas e intelectuales sin probidad ni patria, ya no impacta la conciencia de los pueblos porque hoy día estamos en una situación revolucionaria y somos parte de un movimiento revolucionario.
La misión de los verdaderos liderazgos revolucionarios consiste en esclarecer el rumbo a los grupos sociales, factores políticos y sectores populares y encabezarlos en la lucha, en dar ejemplo con nuestro esfuerzo y sacrificio, y organizarlos para facilitar su participación activa en el proceso de cambios. Debemos ayudar a la gente en la búsqueda de los mejores estadios de vida que ofrece la revolución que lidera Hugo Chávez Frías. Debemos ayudarlos a identificar a los oportunistas electorales que abrazan las banderas de la revolución sólo cuando hay tiempos de elecciones para ver si se cuelan y se uniforman de concejales o diputados y así obtener sus fines y olvidar, como siempre, al pueblo que los eligió.
Esto va a llevarnos algún tiempo más y tendremos que sortear numerosos obstáculos, pero la victoria está asegurada de antemano si aplicamos una línea política definida, sí nos organizamos, sí somos contestatarios y revolucionarios, sí servimos de todo corazón a las masas, si no escatimamos ningún esfuerzo ni sacrificio y si nos atrevemos a luchar sin vacilar.
El Tcnel. Héctor Herrera Jiménez es Director Nacional del Frente Cívico-Militar Bolivariano.