Cuando sonó el teléfono de la redacción del diario El Oportuno, y Margot de La Sota lo atendió, no imaginó nunca que la llamada la estaba haciendo un escuálido para pedirle un favor: “Que le quite el Estrés Traumático Post electoral a mi hija”
Margot de la Sota escuchó atentamente al señor y decidió acercarse a la casa donde estaba la niña Kathy Salvatierra Phells. Pensó que sería una buena nota para el diario, y llamó al fotógrafo Frasso Monteverde y los dos subieron al taxi donde el negro Sinforoso los trasladaría directo al Country Club a la Quinta El Marutero. Hasta allá llegaron. Tocaron la puerta, la señora de servicio digo que “la estaban esperando pero que por favor, sin fotos, porque la familia no quiere ver en la prensa a la niña de sus ojos con ese llanto y esa tristeza”.
Margot de la Sota llegó hasta el cuarto de Kathy, quien había votado por primera vez y estaba allí echa un mar de llanto: “Yo le creí a Teodoro Petkoff, Miguel Henrique Otero, Juan Páez Ávila, Alexis Márquez Rodríguez, José Guerra, Elides Rojas, Collete Capriles, Axel Capriles, Ángel Oropeza, Leopoldo Castillo, Pedro Pablo Peñaloza, Alonso Moleiro, Milagros Socorro, Carlos Blanco, Marianella Salazar, Ibéyise Pacheco, Kico Bautista, Carla Angola, Róland Carreño, Berenice Gómez, Nelson Bocaranda, Marcel Granier, Macky Arenas, Nitu Pérez Osuna, Leonardo Padrón, Íbsen Martínez, Marta Colomina, José Vicente Carrasquero, Norberto Mazza, Roberto Giusti, Manuel Malaver, Miguel Salazar, Carlos Fernandes, Elías Pino Iturrieta, Germán Carrera Damas, Guillermo Morón, Oscar Yanes, César Miguel Rondón, Iván Ballesteros, Vladimiro Mujica, Alberto Federico Ravell, en fin, en todos los articulistas decentes e inteligentes que escriben en la verdadera prensa nacional, y ellos me engañaron, porque yo voté por Henrique Capriles Radonski y ganó el zambo ese, el dictador”
El padre de la señorita Kathy Salvatierra Phells estaba allí cerca y escuchaba todo lo que decía su hija. Margot no preguntaba. Y el fotógrafo Frasso Monteverde se lamentaba de no poder tomarle una foto a esa “niña que es un monumento de carne y hueso llorando porque perdió su voto y la engañaron”. Y ella, la niña Kathy, seguía diciendo. “Yo estaba segura de que el domingo 8 de octubre iba a ser el día más feliz de mi vida, pero no fue así. Ahora quiero preguntarle a usted que es periodista, ¿hasta cuándo dura esta cosa? No quiero ver a nadie. Mi papi dice que viaje a una isla griega y me quede por allá unos días mientras se me pasa esto, pero no tengo valor para subirme a un avión. Esto es terrible, tener que soportar a ese zambo por seis años más….
No terminaba las frases y se iba en llanto. El padre la veía con mucha tristeza. Y la periodista y el fotógrafo eran dos fieles espectadores de un espectáculo en vivo. “Yo pienso que nuestros medios de comunicación, cansados de engañar a los chavistas, porque no muestran nada bueno del chavismo por ningún lado, repito, cansados de engañar a los chavistas, nos engañaron a nosotros, a nosotros que somos los que los sustentamos económicamente, ¿verdad, papi?”. El padre dijo,” Si, mi niña”. Y luego Kathy siguió llorando. Esa frase final de Kathy le pareció muy brillante a Margot de la Sota, y tomó nota de ella. Y pensó: “Los medios empezaron a engañar a su propia gente”. Después Kathy siguió diciendo: “Ahora yo no sé cómo nos van a engañar para llamarnos a votar. No sé que juguete nos van a vender para ir a votar el 16 de diciembre, pero les aseguro una cosa, a mi no me saca nadie de aquí y no votaré ni que me traigan la urna electoral a la casa”.
Después, cuando ya Kathy no podía seguir declarando, Margot y Frasso Monteverde abandonaron la Quinta El Marutero.
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