No sé tu pero yo soy un revolucionario féliz

Cuando uno ha visto la cara de la pobreza, y cuando ha tenido que soportar la pobreza con la única alternativa del estoicismo. Y alguien, nos propone, una esperanza de ver una pequeña luz al final del túnel, esa promesa, se convierte en un motivo de felicidad. Sí, consecuencialmente, somos testigos, que se hace el esfuerzo necesario para cumplir con la promesa, asociando a la intención la acción, aun cuando no falten escollos y oposición para concretar las promesas, la felicidad va creciendo, y aumentando nuestra autoestima.

Hace unos 20 años, un grupo de jóvenes militares venezolanos, decidió rebelarse contra los gobiernos sátrapas que estaban llevando al pueblo venezolano a la muerte, ellos fueron acompañados con un grupo de civiles comprometidos con el pueblo venezolano. Esta rebelión fue derrotada y reprimida por el gobierno. Pero su líder el Comandante Hugo Chávez, ante la inutilidad de proseguir con la lucha y, para evitar el innecesario derrame de sangre, en una valiente e inusual responsabilidad ante el pueblo en una arenga para rendirse, dijo aquella celebre frase: “Por ahora no hemos cubierto los objetivos planteados, pero ya se presentaran otras oportunidades y el país tendrá que enrumbarse hacia un mejor destino”. Esta breve alocución, le dio al pueblo venezolano la primera esperanza: Que veríamos, en todo su esplendor la luz al final del túnel, comenzó entonces la felicidad del pueblo venezolano: Ser dueño y protagonista de su destino.

Luego, ese líder formidable, con lo más selecto de su grupo original, se lanzó por los caminos de la patria, a alimentar la esperanza del pueblo y, este pueblo se fue alimentando de esa promesa y coadyuvó con la misma, pero no solo era un esfuerzo para lograr una mejora en su forma de vida, sino que era un ejercicio de felicidad, solo con imaginar los estadios superiores de bienestar, que estaban imbricados en los mensajes que la revolución anidaba en la conciencia y el corazón del pueblo.

Luego vino la elección del 06 de diciembre 1998, los resultados favorables, incrementaron la intensidad de la energía lumínica de la luz al final del túnel, y el dique de la tristeza se rompió y, desató un inmenso caudal de felicidad en el pueblo revolucionario, la esperanza vino a concretarse y convertirse en logros: La revolución comenzó a cumplir.

El 2 de febrero, durante la toma de posesión del Presidente Chávez que iniciaba su primer período presidencial, nos regala otro motivo de felicidad, al convocar un referéndum para disolver el Congreso Nacional, elegir una Asamblea Nacional Constituyente, y hacer una Nueva Constitución Nacional. Luego vino la elección de los constituyentes el 25 de Julio de 1999. La ANC, comienza a sesionar y produce los cambios políticos necesarios para realizar el parto de la V república. La nueva constitución nacional es aprobada en referéndum el 15 de diciembre de 1999. Los cambios políticos y el nacimiento del nuevo estado venezolano, promesas de la Revolución, continúan motivando nuestra felicidad.

No obstante la desorganizada función de la cuarta república, heredada por la revolución, las trampas que había que desmontar, los malos procedimientos adoptados para depredar los haberes de la patria, la privatización de empresas del estado, la burocracia en los ministerios, la desafortunada ley del Banco Central, la cuasi privatización de PDVSA, y las arcas vacías del fisco Nacional, entre otros males. La revolución bolivariana, aplicando medidas heroicas, con actitud irreverente ante el imperio, que otrora dirigía tras bastidores el accionar de los gobiernos de la cuarta república. Chávez y la revolución bolivariana y socialista nos brindaron la felicidad, de constatar, que, con el esfuerzo mancomunado de la acción del gobierno del presidente Chávez y, el pueblo venezolano consciente de su responsabilidad y protagonismo, podemos acceder a la mayor suma de felicidad otorgada por el buen vivir.

Nos causaba gran alegría cada logro de la revolución, en terrenos donde antes la cuarta república fracasaba y, no solo ello, sino, que justificaban esos fracasos con razones infantiles, que mostraban su total sumisión a los intereses del imperio. Disfrutamos el frenazo que le metió el gobierno revolucionario a la inflación, la creación del plan bolívar 2000, que significo un paliativo que dinamizó el empleo e impulsó el poder adquisitivo del venezolano, medidas estas que por primera vez en Venezuela, no requirieron, ni el permiso, ni prestamos leoninos de la Banca Internacional y, el nefasto FMI. También a pesar del dolor provocado por la desgracia de Vargas, es motivo de orgullo la forma efectiva y diferente como el gobierno enfrentó el deslave de Vargas, y su actitud firme ante el intento de invasión de nuestro territorio por parte de los estados unidos, bajo el disfraz de ayuda humanitaria so pretexto de ayudar en la desgracia de Vargas.

Existen muchos motivos para ser felices, pero como el espacio es corto para decirlo, podemos resumir para rematar este trabajo, que estamos muy felices, porque hemos derrotado los obstáculos que han sembrado en el camino. Hoy, luego de 13 años de gobierno revolucionario, entramos felices a otro período de seis años de revolución; mas fuertes y más firmes, a la par, que más felices, por estar consolidando nuestra independencia y soberanía, ahora en el marco del socialismo.

¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOBERANA Y SOCIALISTA!

¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!

wiliancastillop@gmail.com



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William Castillo Pérez


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