Chávez no solo ha ganado todas las batallas electorales, sino que también ha despertado a los pueblos de Latinoamérica al darles la esperanza de que sí es posible ofrecerles gobiernos humanistas que crean y gobiernen para el hombre y no para el dinero. Luego del primer comunicado del vice presidente, el cual escuché por radio y fue más dramático, porque su voz era más elocuente que su rostro, percibí que la vida de mucha gente se centraba en la salud del presidente, que toda Venezuela, en cada rincón de una humilde casa se concentraba en una oración por la pronta recuperación de Chavez. Ello solo es posible por un ferviente amor del pueblo hacia un hombre que trasciende la historia.
Y aunque suena cursi, no hay nada más poderoso que el amor, es el sentimiento que hace eternas las palabras de la Biblia, las palabras de Dios, que ninguna ofensa o blasfemia de cualquier mortal puede ensombrecer. Sorprende ver a la gente cargada de esperanza, de agradecimiento y de una tristeza compartida que se consuela en el amor. La sociedad venezolana es hoy más sensible, más humana y solidaria. Ya no es aquella contradicción que describiese Rómulo Gallegos entre la civilización y la barbarie. La sociedad venezolana convive con una minoría que es ajena a todo sentimiento humano y de amor, una minoría que mientras más se empeña en negar la realidad y esconder su miedo en las ofensas, se debilita ante la sencillez del amor.
Cuando un pueblo llora, ríe, y se aferra a la esperanza que le brindan las ideas solidarias de un hombre, es un pueblo con tal madurez política que nadie puede someterlo, engañarlo o difamarlo. ¡Socialismo!, quién podría imaginar hace 15 años que el pueblo llevaría esta idea política a la acción y obtener resultados positivos en su accionar. Fue Chávez quien lo imaginó, lo convirtió en proyecto político y lo accionó con la responsabilidad de un líder. Cayeron ante él los Bush, los Uribe, las corporaciones de medios de comunicación y hasta la parte corrompida de la iglesia. Esa minoría católica con sotana que abandonó a los pobres y se sienta en los banquetes de los ricos.
Chávez siembra amor en todos los rincones de la patria, y por eso en ella se dan manifestaciones de amor y de fe en toda su geografía. ¿Quién puede negar eso?, no existe red comunicacional por poderosa que sea que pueda ocultarlo. Es inútil que traten de enlodar o difamar tanto amor. Es imposible vencer al amor. Hoy, soy uno más, de tantos, millones, que en silencio ora a Dios para que Chávez recupere su salud y pueda cosechar tanto amor junto a sus familiares y seres queridos. Chávez es un pueblo Latinoamericano que camina por el mundo dando esperanza a los pobres, dando de comer al hambriento y enseñando a leer a los ciegos. Tanto esfuerzo han mermado su salud, pero su siembra lo han hecho eterno. Chávez, el amor te convirtió en pueblo. Recupera tu salud y descansa con tu familia, porque esta lucha continua y tu eres el líder.
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