Para algunos de ustedes que están en un segundo período de gobierno, tal vez no haya nada que cambiar. La campaña electoral que culminó unos días antes del 16-D fue como un cambio de piel o un sacrificio momentáneo que debió hacerse para continuar con la responsabilidad de ser gobernador. Para los y las camaradas que están asumiendo por primera vez esta responsabilidad, tal vez la situación se le presente como una encrucijada: Ser lo que se fue durante la campaña u optar por colocarse un gran muro y para sentirse más aislado -¿y líder?- dejarse poner una cerca eléctrica sobre su figura.
Por supuesto, que no reclamamos que los gobernadores o gobernadoras del proceso, asuman la conducción de los gobiernos estadales al ritmo de caravanas, marchas, mítines, encuentros y otras formas propias de una campaña electoral. Un ejercicio así, sencillamente no es posible. Si Comprendemos que no es posible verlos y verlas en las tareas o rutinas de una campaña electoral, va siendo cada vez más incompresible esa disposición que hemos observado en algunos de ustedes de construirse un muro y más arriba colocarse un tipo de cerca eléctrica de seguridad para no dejarse ver. Ya el apretón de mano y el besito a la mujer se pone distante.
Ya sin haber asumido el cargo, pero con el documento de proclamación que ofrece el CNE, notamos las distancias y la desapariciones “forzosas” de ustedes. Por supuesto, no estamos pidiéndole encontrarnos todos los días en la parada del bus o en los lugares donde la gente común y corriente suele detenerse para tomarse un cafecito. No tiene que ser así; pero no debería ser como ha venido siendo.
Posiblemente peque de ingenuo, pero me he preguntado varias veces: ¿Qué tiene de extraordinario su responsabilidad? ¿En qué medida pueden acercarse las funciones asignadas en las constituciones estadales con la de un presidente? ¿Es una obligación o recomendación aislarse y darse por desaparecido?
No invento esto, pero sé que un gobernador o gobernadora de derecha y de izquierda también, se reúne más con un par de contratistas que con la gente de pueblo, aunque las obras se hacen para darle un servicio al pueblo. Hay registros de cuántas veces un gobernador o gobernadora pasa por una reunión comunitaria, pero sabemos que son “reuniones” forzadas y donde suele verse una rutina ya previamente elaborada. No es un momento para el encuentro y el trabajo. Por una reunión comunitaria se pasa velozmente y con los contratistas en cambio, hay el cafecito y a veces algunos de aquellos en la roca.
Algo similar sucede con la estructuras del partido que están más cerca de la gente. Preguntémoslos: ¿Cuántas reuniones de trabajo con agenda previamente elaborada fueron organizadas y realizadas entre nuestros gobernadores y gobernadores con las coordinaciones municipales? ¿Cuántos realizaron durante el 2008? ¿Cuántas en el 2009? ¿Cuántas en el 2010? ¿Cuántas en el 2011? Y ¿Cuántas en el 2012?
Siendo muy franco camaradas gobernadores y gobernadores, fueron muy pocas. Las muy poquitas que fueron, si llegó a realizarse una, debió ser durante el 20011 0 2011, porque se da la curioso e inexplicable circunstancia, que una opción y un partido revolucionarios (PSUV) que promueve el protagonismo, sus estructuras partidistas municipales y parroquiales son muy nuevas y ese vacío organizativo era resuelto con la figura del Alcalde. Muy grande la contradicción entre lo que pregonamos y hacemos camaradas gobernadores y gobernadoras y esta “solución” de dejar en manos de los alcaldes y alcaldesas los asuntos del municipio, explica los “barrancos” que se tienen en los gobiernos municipales.
Aunque estas estructuras municipales y parroquiales, son piezas de la maquinaria electoral y no de partido en movimiento que fue la promesa ofrecida, estamos de acuerdo que es lo que tenemos y sobre estas estructuras municipales y parroquiales debería plasmarse una iniciativa para que pierdan el miedo y eviten colocarse un muro y un cerca eléctricas sobre su figuraras.
No les complicaría mucha la vida ni se les caería demasiado la cerca eléctrica de seguridad que se construyen, si cada mes, se toma un tiempo para reunirse con las coordinaciones municipales y parroquiales para trabajar –digo trabajar- asuntos y problemas de gestión y seguimiento de las acciones del gobierno. En Anzoátegui esto no sucedió una vez. Ni una sola vez. Si logran realizar una mensualmente con el firme propósito de hacer de ello un encuentro para el trabajo, estarían colocándole un granito de arena a favor del protagonismo y se tendría la seguridad de realizar una mejor gestión.
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