La idea de la juramentación con el respectivo acompañamiento de “Yo Soy Chávez”, cabe calificarlo como genial porque es una concreción de un sentimiento que nos identifica plenamente. Ese es el sentimiento y el sentido de un proceso de transformación, cuyo vehículo es un puente entre una persona y un colectivo que es hoy un proceso que está completamente fusionado y por eso, la consigna de “Yo Soy Chávez” suena perfecta y debería ser perfecta.
Sabemos el sentido de esa consigna. Chávez siendo él; es decir, Chávez colocado como persona diríamos que tuvo competencias para tomar la decisión sobre nuestros candidatos y candidatas para el 16-D. Aceptemos con las respectivas críticas, la competencia que tenía para seleccionar los candidatos y las candidatas que optarían por una gobernación. Aceptemos que su “sala situacional” le daba razones suficientes para decidir.
Ahora bien, si valoramos lo que está pendiente y la imposibilidad de un Chávez en plenitud de competencias para tomar una decisión con respecto a las candidaturas a las alcaldías, deberíamos estar claro que esta nueva situación luce complicada. Estando en pleno usos de sus facultades intelectuales y aún estando plenamente competente para tomar esa decisión, no sería un procedimiento correcto porque tal vez su sala situacional no reúna la suficiente información para acertar.
La fecha se aproxima y la Dirección Nacional del PSUV con sus direcciones o equipos estadales está o debería estar plenamente consciente que cada militante del proceso está suficientemente competente para hacer realidad ese “Yo Soy Chávez”. Este lunes se anunció que se trabaja en la metodología, pero ya se tiene tiempo en esto y este no es un problema altamente complicado.
Se entiende que ahora la Dirección Nacional del PSUV está totalmente comprometida en desbaratar los planes de desestabilización que tiene montado la oposición. Si juntamos este “Yo Soy Chávez” con la actual coyuntura que se asoma por parte de la oposición y los medios de comunicación para darle ejecución a su plan de desestabilización, no hay que pensar mucho para saber que justo en este momento, conviene producir una decisión con la finalidad de transferirle a la militancia la competencia de tomar las decisiones sobre nuestras opciones a las alcaldías.
La fecha está acercándose y se intuye, que se “juega” a darle largas a la decisión. La idea de cuestionar la posibilidad de lanzamiento de candidaturas porque se está jugando posición adelantada, se entiende como un mecanismo que coapta la posibilidad de promover un debate para ver opciones, candidaturas y propuestas. La promoción de candidaturas no tiene que verse como una señal de falta de unidad porque si se definen claramente y con tiempo las reglas, el que se proponga como candidato debe respetar esas reglas. El surgimiento de candidaturas y opciones, si es canalizado a través de propuestas y debates sobre alternativas de gobiernos municipales revolucionarios, sería una buena escuela para fortalecer al proceso.
En Anzoátegui uno se entusiasma con la cantidad de candidatos y candidatas que existen, pero la depresión está presente porque los candidatos y candidatas están plenamente convencidos que la decisión viene desde arriba y hacen los respectivos cuadres con las cúpulas. Para estos candidatos y candidatas nosotros no somos Chávez. Desearía tanto equivocarme, pero veremos en la lista a camaradas que aspiraron a diputados a la Asamblea Nacional, luego aspiraron a diputados al Consejo Legislativo Estadal, son diputados, son responsables de un ente público, son actualmente miembros del Buró y tendrán dentro de esta llamada democracia participativa y protagónica, la opción de “sacrificarse” y ser también candidatos o candidatas a una alcaldía.
Pienso que esta crítica al lanzamiento de propuestas candidaturales con el enunciado de “jugar posición adelantada”, no luce bien. Un método para seleccionar candidatos sin la opción o posibilidad de saber quiénes se proponen y porqué desean ser candidatos, es un contra sentido. Necesitamos candidatos y candidatas. Necesitamos hombres y mujeres debatiendo democráticamente sus propuestas de municipios y de gobierno. Así, únicamente así, tiene sentido el establecimiento de un procedimiento o metodología para seleccionar los candidatos y candidatas que serán parte de nuestra oferta electoral.
@ClaudioElcuaco