¡Al fin, carajo, se terminó febrero! Los chavistas se cogieron ese mes y no dejaron lo que no hicieron para celebrar, conmemorar y tener al país en una locura permanente.
Febrero Patriota, lo llamaron. Ahora nos toca a nosotros. Ya estamos hablando de una vaina que se llama el candidato preventivo. Ya estamos hablando del consenso porque Embajada Radonski no nos va a joder otra vez. Así que ahora tampoco le vamos a dar la oportunidad a Teresa Albanes para que le pegue candela a los cuadernos electorales. Así que en este mes tenemos que llevar la agenda nosotros. Tenemos que llevar la voz cantante, no joda.
Lo único malo es que en marzo es semana santa, y ya no hay pasaje para ninguna parte. Hasta para El Tigrito no hay cupo. Es decir, que seguimos gritando por todas partes que estamos viviendo una crisis de padre y señor mío, que este comunismo nos está matando, y basta que llegue un puente para que nosotros salgamos a gozar una bola y parte de otra. Tenemos que actuar antes de semana santa. Poner en la calle un candidato. Así como anda Nicolás Maduro por allí en plena campaña atacando a Embajada Radonski, así nosotros tenemos que poner al nuestro a caminar por todo el país, lo único malo es que hasta ahora no vemos a nadie capaz de ganarle al Maduro.
Por allí Ramos Allup anda preocupado por colocar como candidata a alcalde a su esposa en El Hatillo, y cuando le queda tiempo escribe un artículo para caerle encima a La Mud, y ya está hablando de la misma vaina de la otra vez: la tarjeta unitaria. En cambio, Pablo Medina se queja de La Mud. Diego –La haya– Arria se queja de La Mud. Menéndez, del MAS, se queja de La Mud. Es decir, que menos mal que todos estamos de acuerdo en hacerle caso a la Embajada de Estados Unidos, de allí sí es verdad que nos unen a todos. Basta que salga una orden de allí para que nosotros la cumplamos de rodillas.
El presidente de Copei, Roberto Enríquez, anda proponiendo vainas raras para elegir al candidato, pero ese partido no tiene fuerza. Y Antonio Ledezma anda loco porque lo nombren candidato preventivo. En fin, que por lo visto los chavistas nos van a volver a joder. Por eso el papá de Margot anda tan arrecho que no habla con nadie. Ayer bastó que escuchara en Globovisión a Fracaso Petkoff hablando bien del régimen del dictador para que se fuera al cuarto y le diera un carajazo a la puerta tan duro, que subió el conserje del edificio a preguntar si el terremoto se había sentido aquí.
–Triste, no sé por qué estoy triste, no sé –me canta Margot.
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