Hoy la táctica del imperialismo y sus lacayos (apoyados en sus laboratorios de guerra psicológica y medios) es “aprovecharse” de la enfermedad del presidente Chávez, de su superioridad mediática y de las redes sociales, para crear una atmósfera de incertidumbre y la percepción de ingobernabilidad y caos.
Otro movimiento táctico consecuencia del anterior, es recurrir a los rumores, sabotajes, al desabastecimiento, la especulación, asesinatos aleatorios, el sicariato, exacerbar la inseguridad, para hostigar, desgastar, desmoralizar e intentar derrotar a la Revolución.
Ellos –la oposición– cuentan con verdaderos y entrenados operadores de ataque mediáticos (ciber mercenarios y opinadores tarifados), cuyo trabajo es difundir los contenidos de guerra sucia con el objeto de afectar, intoxicar –sin distinción social– a la mayor cantidad de personas, para cambiar o consolidar una percepción y convertirlos en repetidores de esos contenidos.
En la actual coyuntura: el teléfono celular, internet, las redes sociales, la radio y la televisión, se han convertido –en ese orden–en las unidades de ataque mediático mas efectivas y violentas de la contrarrevolución.
Se ha afirmado que casi 90% del “estrato” mas pobre de la población posee celular. Sería irresponsable negar que sectores afectos a la Revolución hayan comenzado a ser afectados por el masivo e indiscriminado ataque de la oposición imperial.
La tarea del Gobierno y los revolucionarios es descubrir las tácticas del enemigo, descifrar los contenidos, salir de la dinámica de acción-reacción y tomar la iniciativa.
Es hora, con el protagonismo del pueblo –la lucha forja conciencia– de dar un reimpulso a la Revolución, dar un salto cualitativo que acabe con los planes de la oposición y la ilusión imperial.
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