Con todo el respeto que merece el reverendo estadounidense Jesse Jackson, quien habló durante las exequias del comandante Hugo Chávez, presidente de Venezuela, me siento obligado a hacer algunas reflexiones sobre agudos aspectos del contenido de sus palabras.
Creo, de inicio, en la buena fe del Reverendo, porque su carisma le ha hecho ganar la admiración de sectores importantes del pueblo y autoridades estadounidenses, sobre todo en los sectores afrodescendientes.
Nos dice el Reverendo refiriéndose a la ¿unión? de los Estados Unidos con Venezuela: “Somos vecinos, estamos juntos en un mismo continente, compartimos la pasión del beisbol, compartimos nuestros recursos naturales, juntos combatimos las drogas, compartimos sueños, estamos unidos por los lazos de la cultura y del ambiente”.
Dejemos muy claro una cosa: Venezuela ha compartido, ayudado, ha sido solidaria con los pobres de Estados Unidos antes y después del huracán Katrina.
Pero, estimado Reverendo, con el imperialismo jamás se compartirá ni cultura ni recursos (recursos naturales, materia prima). El Gobierno imperialista y sus élites corporativas y financieras arrebatan, roban, expolian a los pueblos del mundo. ¡Jamás compartirán!
Con respecto a estar ¿unidos? por lazos de cultura, le digo que: el siglo XX fue el siglo de la globalización-mundialización cultural; es decir, se continúo la imposición de la cultura iniciada en la colonia y luego la cultura capitalista que se hacía más hegemónica con cada invento y desarrollo tecnológico (cine, radio, televisión, satélites, etc.), sin dejar de mencionar la importancia estratégica que tuvo la creación de poderosos centros e instituciones de producción de contenidos y productos audiovisuales para imponernos el modo de vida “americano”