Al escribir estas líneas, ya las principales encuestadoras serias y no tan serias dan por certero el hegemónico triunfo popular de Nicolás Maduro, para el próximo 14 de abril, cuando se realicen las elecciones presidenciales. Estos primeros estudios sociales, simplemente recogen científicamente muestras de la inclinación de la preferencia del gran electorado venezolano. Pero esto no es para extrañarse, el lamentable deceso de nuestro comandante eterno Hugo Chávez, el 05 de marzo, mostró una movilización de cerca de seis millones de personas que fueron a manifestar el dolor y la tristeza, ante la partida de nuestro gigante al seno de Abraham. Todo un conglomerado que se bañó en lágrima, que llenaron el suelo de lágrimas, por un hombre que supo escuchar la voz del pueblo con una humildad envidiable y un corazón atento.
Sin embargo, llegó la hora de sacar el pañuelo, secarse las lágrimas y salir a cumplir su voluntad, cómo fue seguir dando lo mejor de cada quien por elevar los sueños más sublimes de construcción de patria. Así que todos a secarnos el rostro y emprender esta nueva batalla electoral que por lo corta no deja de tener sus presiones y violentos ataques de una oposición irracional y un candidato majunche y perdedor que está iracundo en los últimos días.
Conjeturar es malo, pero pareciera que el imperio, a través de su ya resabido y trillado libreto de maldad, le ha inoculado una ira a Capriles Radonski que no puede controlar. Y allí lo vemos, pegando gritos, vociferando sandeces, insultando al pueblo que es su característica principal y, lo más osado, llamando a un debate a nuestro candidato de la patria, candidato del pueblo y candidato de Hugo Chávez, Nicolás Maduro. En esa sola osadía, la de llamar al debate, Capriles, ahora el rabioso, demuestra su posición de desventaja ante la verdad, ante la bondad, ante la nobleza, ante la humildad, ante la dignidad, ante la solidaridad, la paz y el amor, que están intrínseco entre un pueblo que decidió ser libre e independiente para siempre y el amor de un líder que desde espacios siderales nos estimula y nos guía para ser cada día mejores hombres y mejores mujeres.
Ante esta nueva estrategia del majunche perdedor, tenemos que cerrar filas en torno a nuestros propósitos de victoria, triunfo y libertad. Debemos maximizar los estados de conciencia política, sumarnos a las actividades programadas por el Psuv y el gran polo patriótico, porque tenemos que entender que por lo breve de la campaña el imperio va a echar el resto para tratar de volcar sus demonios sobre estas tierras venezolanas. De allí que ya ha habido una injerencia reprochable desde todo punto de vista, un atrevimiento cochino de parte de la vocería del gobierno de Estados Unidos que pretende desconocer las instituciones y poderes públicos a fin de buscar generar el caos y confusión en la colectividad. Noble y con un gran talante de pundonor y soberanía la presidenta del CNE Tibisay Lucena, salió en defensa de la patria, de la dignidad y de la verdad. Para todos es sabido que nuestro CNE es el árbitro electoral más confiable, eficiente, moderno, pulcro e imparcial del mundo, reconocido por cientos de observadores internacionales y por el mismo expresidente de Estados Unidos, Jimmy Carter.
Igualmente, tratan de desprestigiar el honor de nuestras Fuerzas Armadas Bolivarianas; pero esto es sólo el inicio de muchos otros ataques que se avizoran por parte del majunche perdedor y el imperio, porque ellos ya saben que en la frente tienen marcada la derrota y no les queda otro camino que el de la trampa, el de la mentira, el del engaño, el de la manipulación y hasta el del terror…, todo con tratar, en vano, de obstaculizar el avance de la Revolución Bolivariana que las grandes mayorías de este pueblo ha sabido amar con un corazón de patria Gigante, como nuestro comandante eterno Hugo Chávez Frías, quien nos pidió que Nicolás Maduro fuese el próximo presidente, como todos y todas vamos a apoyar el venidero 14 de abril.
