Todos lo conocen, todos hablan de él. Pasando por un local pequeño donde vendían comida en Costa Rica, un ciudadano expresaba: aquí hace falta un Chávez. Y decir hace falta un Chávez acaso es malo para un pueblo o malo para los Estados Unidos.
¿Por qué un ciudadano centroamericano, que no vive en Venezuela o en Suramérica, dice aquí hace falta un Chávez? ¿Por qué escoger a Chávez y no a otro presidente latinoamericano? Porque Chávez es un luchador social, un líder que genera entusiasmo en las masas, que es creído por las masas, que da amor a las masas, que construye para las masas. Masas de desposeídos.
Ausente vivían nuestros pueblos de líderes que se preocuparan por su patria, los gobernantes amarrados al imperialismo, les importaba muy poco los problemas existentes en sus países. Así creció la pobreza, como efecto de la incapacidad gubernamental, como aquella burla de la clase política y de la clase dominante, hacia los que menos tenían. Creció y creció sin ser asistida, socorrida, tocada por lideres sensibles, pues los oligarcas comprometidos con el imperialismo, manejando la tesis del neoliberalismo, vieron a la pobreza como un elemento más en la sociedad consumista, pues, ha existido desde siempre, no hay que atacarla, no hay que gastar en lo social para eliminarla. Sociedad consumista erigida sobre el soborno, la corrupción, el despilfarro y el disfrute de los bienes del pueblo.
Llega un hombre sensible al poder en Venezuela, humanista, con un corazón noble, hacedor de alegrías en los pobres, integracionista, inteligente, solidario con los pueblos hermanos, entonces las oligarquías tiemblan, los medios de comunicación controlados por la burguesía tiemblan, el monstruo imperialista tiembla y hasta la iglesia tiembla, porque todo lo que significa poder, tiembla ante la posibilidad de ser repartidas de igual a igual nuestras tierras bañadas en recursos tan necesarios para el bienestar de sus habitantes y el de ser integrado, en un solo continente nuestra Latinoamérica despojada, insultada y controlada, por el imperialismo norteamericano. Temblor del poder es igual a genocidio.
¿Por qué matar a un buen presidente, a un presidente preocupado por lo nuestro, por Venezuela, por América Latina, por qué matarlo?, porque Hugo Chávez es un luchador social, y ese traje que lleva, es el más bonito atuendo para representarnos, integrarnos y batallar ante un mundo dominado por el capital transnacional. No conviene al imperialismo norteamericano, quien ha controlado a los gobernantes latinoamericanos, líderes como Chávez. De ahí que emplee todas las armas posibles para asesinarlo y dar sepultura a nuestro líder latinoamericano.
Que Dios bendiga a nuestro presidente, y lo proteja de las malas influencias, las descargas negativas del demonio imperialista. Fuera Satanás, los pueblos latinoamericanos no te quieren y si quieren a líderes como Hugo Chávez Frías.
(*) Socióloga
orugadelavila@yahoo.es.
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