La reiterada usurpación de la simbología, escritura, lenguaje y consignas del chavismo, por parte del candidato fascista Capriles Radonski y su comando de campaña, nos hizo recordar que este año, se cumplen 60 años del golpe de Estado (19 agosto de 1953) a Mohamed Mossadegh en Irán.
El plan diseñado por las inteligencias estadounidense y británica para derrocar a Mohamed Mossadegh, requería de violencia y desestabilización.
Por ello recurrieron a la contratación e incorporación de saboteadores de oficio que -vistiendo y utilizando toda la simbología y propaganda comunista- lograron crear un clima de crispación y hostilidad contra el líder nacionalista -primer ministro de Irán- quién se había atrevido a nacionalizar el petróleo y plantear la justa y equitativa distribución de las riquezas.
La CIA asumió el control de la operación y contrató decenas de periodistas y medios de comunicación dentro y fuera de Irán para intoxicar a la opinión pública iraní, Estados Unidos y Europa.
Asimismo mismo realizó un trabajo sostenido e invirtió miles de dólares en la captación y soborno de clérigos y parlamentarios.
La metodología golpista de la CIA no ha cambiado en el siglo XXI.
Se ha fortalecido, se ha hecho más envolvente, con la acción continua y sin descanso de medios, cultura, arte, captación, soborno y sabotaje.
No hay dudas de que los laboratorios de guerra psicológica de la CIA dirigen la campaña de Capriles.
La CIA intenta mimetizar y “suavizar” el fascismo del partido Primero Justicia y de sus agentes: Capriles-Leopoldo López, en el imaginario chavista.
Se trata de un plan que intenta socavar el imaginario y legado de Chávez a corto plazo.
Nota: artículo publicado en el diario Correo del Orinoco No 1278 del viernes 04 de 2013
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