Porque tú, camarada comandante, has sabido unir tu pueblo y tu fuerza armada para libertar a Venezuela del yugo económico, político y militar con el que el mayor imperio jamás visto la acogotó durante el siglo pasado, robándole las riquezas naturales con el beneplácito de quienes te adversan (por eso te adversan); y porque has podido liberar a una inmensa cantidad de compatriotas de la terrible opresión de la miseria.
Porque al saltar a la historia ese 4 de febrero, has echado a volar los aletargados sueños de Patria digna y soberana y de achicar la desigualdad, sueños que ya planean en lo alto de la esperanza de la humanidad humana; y porque has logrado la fuerza de entrelazar esta Patria Grande, única manera de evitar que cualquier pretendida hegemonía de la humanidad inhumana nos vuelva a poner la pata encima.
Y siendo tu idea mía o la mía, tuya (que ya es la misma vaina), me comprometo a colaborar en la consolidación del poder popular participando en nuestro Consejo Comunal, colaborando en la solución de nuestras dificultades y, ubicando problemas y proyectos comunes, hallar la vinculación con los concejos comunales vecinos y así ir levantando los ladrillos para construir el nuevo Estado Comunal.
Me comprometo a aprovechar cualquier espacio para sembrar o criar algo de lo que comemos pues “una gota con ser sola, con otras se hace aguacero”. Me comprometo a buscar formas de contaminar menos, a cuidar las fuentes de agua, a sembrar árboles por su fruto, su madera o su hermosura, para dejarles a hijos y nietos un lugar menos depredado.
Me comprometo a solidarizarme más con los campesinos y comunidades indígenas en su lucha por la tierra y expresar mi indignación por el asesinato de sus líderes y la impunidad de esos crímenes.
Me comprometo a contribuir con la victoria de Nicolás Maduro (al menos ya llevo la pegatina en el parabrisas y digo cosas, y escribo cosas y el 14 no dejaré a nadie de mi entorno sin votar), con el convencimiento de que las finanzas del Estado seguirán arrimándose a los más necesitados, y que lograremos las más humanas de las metas: hambre cero, miseria cero y también, atendiendo no solamente a las necesidades materiales, el esparcimiento de la paz en nuestros barrios, nuestras calles, nuestras ciudades con estudio, trabajo, deporte, cultura, sin caer en la pendejada de no aplicar una durísima mano contra quienes estimulen la violencia.
Me comprometo a votar por Maduro con la seguridad de que con él viene un gran impulso de la economía con empresas de todo tipo: de propiedad social, estatales, comunales, colectivas, particulares, mixtas (¿por qué no?) de manera de incrementar la producción para autoabastecernos en todos los rubros que podamos, (minimizando a los monopolios de la comida y la bebida convertidos en factores de presión política para coaccionar a nuestro pueblo con escaseces programadas) y hasta tener excedentes para el intercambio exterior.
Me comprometo a votar por Nicolás por la necesidad que tenemos de que los lazos con los pueblos hermanos de Nuestramérica se forjen en el más duro de los metales, y así preservar el mayor bien que nos legaste, querido Chávez: esta maravillosa y nueva independencia.
Uh, ah, Chávez no se va: ¡nos dejó a Nicolás!
Desde la precomuna del valle de El Momboy, a los 29 días de tu consagración.
perezcristancho@hotmail.com