A menudo nos cuestionan porque te nombramos mucho, dicen que utilizamos tu nombre para hacer campaña electoral, para jugar con las emociones de tus seguidores y mantenerte vivo en su memoria.
Te nombramos a cada instante y lo seguiremos haciendo, porque te volviste el defensor de un pueblo hastiado de ser humillado y despreciado, el impulsor de un movimiento que dignificó a la patria y el gigante de un continente que por siglos fue visto como los “ignaros del tercer mundo”.
Y es que si no te nombráramos tanto, estuviéramos siendo ingratos a tanto amor y lealtad a tu pueblo, a tu patria, nuestra patria querida. Nos encendiste con tu llamarada de lucha y combate, nos contagiaste de patriotismo, nos hiciste dueños de tus sueños y te convertiste en millones.
Por eso te seguiremos nombrando Chávez, te nombrarán mis hijos y mis nietos, te nombrará la mujer que aprendió a escribir, el niño que estudia con su Canaima, el abuelo que fue dignificado y aquellos que creemos que sí es posible un país soberano, menos desigual y con las mismas oportunidades para todos.
Seguiremos entonces nombrándote Comandante, te nombraremos a ti Chávez que viniste a despertarnos de aquella pesadilla de hambre, tortura, dependencia y desigualdad a la que resistimos durante décadas por culpa de la burguesía apátrida y perversa.
¡Vives en nosotros! Tu nombre Chávez siempre estará en nuestro verbo y tu espíritu en nuestro corazón. No nos cansaremos nunca de decir ¡Chávez! ¡Chávez!, estaremos contagiados para siempre de tu amor y lucha.
¡Cumpliremos tus sueños! ¡Sigue tu viaje Comandante!
MFHE
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