Ni Maduro es Chávez ni Capriles es Carlos Andrés o Caldera. En estos términos, si hacemos el análisis individuo a individuo, mi voto es por Maduro. Nadie me puede rebatir que el señor Capriles arribó a la política sin meritos propios. Diputado por el estado Zulia, con 26 años. Yo me pregunto si alguien el Zulia lo conocía, a él o su familia antes de 1998. Lo único que ha hecho en el Zulia fue rentar un apartamento tipo estudio para vivir los cuatro meses que duró aquella campaña electoral.
El desprestigio de la dirigencia política de 1998 obligó a buscar en ese carajito una oportunidad de respiro, y lo eligieron presidente de la Cámara de Diputados.
Su primera acción como presidente de la cámara fue traicionar a los copeyanos, y es así como un tránsfuga, pasa al partido de sus panas de la UCAB: Primera Justicia, metidos en la farándula de la mano de Julio Borges y su programa de TV “Justicia Para Todos”.
La constituyente del año 1999 acabó con el estrellato alcanzado por el chamito en la alta política nacional y aprovechando la cresta de la ola es elegido alcalde de Baruta. Cuatro años después, participa en el golpe de estado de 2002, en el asalto a la embajada cubana y en el sabotaje petrolero de 63 días. Recuerdo como con su ojos casi fuera de las orbitas, reclamó al Presidente Chávez el uso de los símbolos patrios, en las primeras mesas de dialogo y en la convocatoria al Consejo Federal de Gobierno en mayo de 2002. Capriles era el representante de los Alcaldes en este Consejo.
Si vamos al presente reciente, este ciudadano perdió las elecciones del 7 de octubre, hace 6 meses nada más. Y las pierde no solo por la irrebatible obra de gobierno y el irrefutable liderazgo de Hugo Chávez, sino porque contribuyó notablemente con su propia derrota al demostrar con hechos no conocer al pais (Coquivacoa por Chivacoa, Suapara por Sapuara..etc) y por retwitear documentos falsos. Ni hablar de su falta de oratoria, de ideas, de profundidad en el discurso. Ni hablar de aspectos personales, de chisme y corridillos, de los cuales prefiero no comentar. Todos él es un montaje, una cuña publicitaria de un producto chimbo.
Maduro, un hombre del pueblo, trabajador desde temprana edad. Siempre socialista, Su padre del MEP y él del movimiento Ruptura y luego de la Liga Socialista. Lider sindical por merito propio. Fundador de uno de los sindicatos mas grandes del país (Sindicato del metro de Caracas) y de la Fuerza Socialista Bolivariana de Trabajadores FSBT o FBT para enfrentarse a la CTV adeca del 2002.
Maduro es electo diputado a la Asamblea Nacional Constituyente, por el Distrito Federal (Caracas) en 1999, por lo tanto participó activamente en la redacción de la Constitución Bolivariana, y luego diputado a la Asamblea Nacional en el año 2000 (con la oposición golpista allí) y en el 2006.
Fue presidente de la asamblea Nacional por dos periodos consecutivos, con una gestión muy buena, tanto desde el punto de vista de liderazgo político como en el rescate de las instalaciones de la Asamblea Nacional.
Recuerdo claramente la lectura de su carta de renuncia a la presidencia de la Asamblea Nacional, para al día siguiente convertirse en el Canciller de la Republica. En aquella carta de renuncia pidió a sus colegas diputados que mantuvieran la dedicación y el estudio permanente.
Como Canciller supero todas las expectativas. Nadie puede reprocharle nada, sorprendió a todos, inclusive a los jefes de estado de America, África, Europa y Asia. Cuando Chávez lo postuló para la gobernación de Carabobo, tuvo que echarse para atrás por petición de los presidentes amigos, quienes reconocieron en Nicolás un liderazgo capaz de lograr tres cosas inimaginables: El foro de cooperación América del Sur-África (ASA), la Unasur y la Celac. No de gratis Chávez, dentro de las justificaciones de su opinión para pedirnos el apoyo a Nicolas Maduro para presidente, dijo: “con el reconocimiento internacional que se ha ganado”.
Eso quiere decir que mientras otros solo han administrado un municipio, y a ratos figuran como gobernadores de un estado, Nicolás se ha relacionado la alta política nacional e internacional de manera estelar.
Pudiera yo sustentar mi decisión de votar por Nicolás Maduro por el simple hecho de obedecer la voluntad de mi líder supremo Hugo Chávez, y ni siquiera pensar en evaluar los meritos de Nicolas. Pero de verdad verdad, desde mi corazón, suponiendo que no hubiese existido Hugo Chavez, o Cap o Caldera o Luis Herrera o el mismísimo Betancourt, pelo a pelo Maduro es mejor candidato que Capriles.
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