Mañana estamos convocados a escribir la historia del presente y el futuro nacional, una historia que, como en los comicios presidenciales de los últimos 15 años, muestran dos caminos diametralmente opuestos. De un lado, la posibilidad de profundizar la construcción de la Patria que Chávez nos dejó y más allá, de seguir avanzando en la construcción de un mundo mejor, más solidario y consciente, en nuestra autodeterminación e independencia, en el desarrollo de nuestras potencialidades particulares y especialmente de las colectivas, en el más democrático ejercicio del poder, en la más responsable administración y manejo de los recursos; en resumen, en la posibilidad de construir una Patria socialista. Del otro, el fomento del egoísmo como forma de cercenar el compartir, de la competencia como manera de acabar con la solidaridad, de la domesticación como estrategia para cesar la crítica, de la concentración del poder para secuestrar la toma de decisiones, el manejo discrecional de los recursos económicos para el beneficio de algunas élites; en resumen, la vuelta el capitalismo, sistema social que sigue yendo a pique día a día económica y moralmente en todo el mundo.
En estas fechas exactas allá en el año 2002, vivimos en cámara rápida claros ejemplos de uno y otro. Al calor del golpe de Estado vimos las bondades, el perdón y hasta –hay que decirlo- la candidez por un lado, mientras por el otro se alzaba el odio, la celebración ante el dolor y la muerte y el atropello a la institucionalidad y las leyes. Ambas opciones son las que están hoy de nuevo frente a frente, la primera menos cándida, la segunda más mimetizada, pero cada una manteniendo su esencia.
Mañana cada elector y electora que se coloque frente a su máquina de votación (y que espero sean tantos que rompamos el récord de participación del pasado 7 de octubre) elegirá entre una u otra opción, ejerciendo conscientemente su opinión y su responsabilidad sobre el país donde todas y todos viviremos y que legaremos a nuestros hijas e hijos. Cada uno tendrá esa decisión, literalmente, en la punta de sus dedos. Por favor, ejérzanla responsablemente.
Hoy no se permiten difundir encuestas ni hacer campaña pero a decir verdad ni falta que hacen ya. Así que como cierre de estas breves líneas sólo llamaré masivamente a votar mañana para que pase lo que hasta los pajaritos saben que pasará.
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