¡Seguimos creyendo que el pueblo es bolsa! Hay que tenerlas de acero para decir las vainas que Embajada Radonski está diciendo. ¿Ustedes se imaginan si fuera verdad esa vaina de que más de doscientos testigos de la oposición fueron sacados a punta de pistolas de sus centros electorales? ¿Alguien aquí, con su cabeza bien puesta, es capaz de creer esa pendejada? ¿Ustedes creen que el canal de las felices pascuas y prospero año nuevo, es decir, Globovisión, iba a pelar ese boche? ¿Y los testigos nuestros son tan bolsas como para no gritar en el momento en qué pasaba esa violación? Estamos subestimando a los que votaron por nosotros, y creemos que son tan pendejos que nos van a creer esa vaina, y por eso los llamamos a cacerolear y cacerolean, a poner salsa y ponen salsa, y mañana los llamamos a dar un golpe de estado, y salen ellos, y nosotros vemos el golpe y la matazón por televisión.
Y otra cosa. Sale Embajada Radonsky con unas actas en las manos y pone un ejemplo, y dice que en la Mesa de Cuicas, en Carache, Trujillo, salieron más votos que votantes. Y explica esa vaina como que aquello fuera la prueba más irrefutable de la historia electoral del país, y ¿qué pasó? que al Suaparo se le olvidó que había dos mesas y él mostró los resultados de una mesa, y había dos, y los votos que se reflejaban allí eran precisamente de las dos mesas. Y lo peor es que después no reconocemos un carajo, porque la humildad pasó por la casa y la mandamos bien lejos a casa de los chavistas, porque la humildad es de pobres, y nosotros los ricos no necesitamos esa vaina.
Seguimos mintiendo olímpicamente, caprilisticamente, y confiamos en que esa gente que votó por nosotros crea todas esas mentiras que le estamos diciendo. Y hablamos de una vaina que se ha practicado siempre, que es el voto asistido, en este país todas esas viejitas y viejitos salieron a votar contra los chavistas cuando el referéndum, porque nosotros los llevamos hasta acostados y cargando el suero que muchos de ellos tenían. Así que esa vaina es una soberana pendejada. No hemos encontrado nada que tenga fuerza, y ahora que nuestro fiel amigo, Vicente Díaz, dice que el reconoce el triunfo de Nicolás Maduro y que no tiene dudas del resultado del CNE, nosotros seguimos pujando allí con esa pepera caprilera.
El papá de Margot vio a Liliana Hernández y a Ramón José Medina diciendo vainas acerca de las elecciones y dijo: "¿Y estos pájaros de dónde salieron?" Y se fue al cuarto y le dio un coñazo tan duro a la puerta, que el vecino ahora toca cacerola todas las noches al frente del apartamento hasta las 12 de la noche.
- La múcura está en el suelo.- me canta Margot
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