Nicmer Evans: ¡Qué Vaina Camarada!

Al leer tus trabajo y contrastarlo con las respuestas que generalmente te ofrecen, observo dentro de  nosotros un punto, que hace puente con lo que suele ser  el esquema cognitivo de la  oposición. Como sabemos, la oposición tiene la práctica o más bien la manía de colocarle malos calificativos  a cualquiera idea o proyecto que provenga del proceso, independientemente de su contenido y propósito, por el simple hecho de provenir desde la acera del chavismo.


Así estamos y así veo esta actitud de cuestionar todas las ideas que siguieres para el debate. Entiendo esta manera de afrontar la crítica y el debate, como una consecuencia directa de eso que llamamos formación ideológica, que definitivamente nos cierra el entendimiento para ver, observar y comprender ciertos acontecimientos o situaciones que no cuadran con esa lógica de las “ideas constituidas”.  Esa manera de enfocar los problemas es lo que ha justificado por ejemplo, estar de acuerdo con la “erres” de la rectificación y no estar a la vez de acuerdo con ellas en la práctica, porque van con el sistema de “ideas constituidas”, que nos recomienda siempre evitar la crítica porque no es el momento. Así funciona este esquema de “ideas constituidas”.


Entiendo que es razonable diferir contigo en un planteamiento o una determinada situación, pero no huyo hacia adelante en un supuesto proceso de rectificación, descalificándote o haciendo usos de los insultos para plantearte que estas equivocado.


Hoy viernes tuve la suerte de leer tu trabajo muy temprano y con el cafecito caliente en la mesa de mi computador. El Artículo tiene por título: “Sobre el caso de Mario Silva”. Confieso que al terminar de leerlo, casi automáticamente me salió la expresión: ¡Qué vaina contigo camarada!


Nada de los que aquí sugieres con tus tres escenarios es distinto a lo que vienes tratando. Nada de lo que se asoma en este artículo es distinto o pude ser asumido como una práctica contraria a un esfuerzo por el debate y por hacer realidad la rectificación. Si hay en algo en que no creo, es una unidad sin diferencias, contradicciones y desencuentro. Si esa es la unidad que existe en el proceso, estamos jodidos de verdad, porque si hay una cosa que puede fortalecer y poner a prueba la unidad, es la manera de tratamos las diferencias y los desencuentros que podamos tener. Los insultos y las descalificaciones no sirven; la Unidad se construye y fortalece debatiendo nuestras percepciones e ideas.
Seguro, que por este nuevo artículo que puedo o no puedo compartir, porque no es el punto, puedes ser objeto de una andanada de insultos.

Leer con un paquete de “ideas constituidas”, no  facilitará comprender ahora,  que simplemente ofrece tres escenarios sobre un hecho que puede ser parte del plan desestabilizador, pero eso no debe llevarnos a enterrar la cabeza y continuar con el asunto del montaje y el chisme, que son dos elementos que usas para establecer las coordenadas de los tres escenarios que expone en este artículo.
Los tres escenarios son un reto para el proceso. El escenario 1 realmente escalofriante y no queda fuera de la realidad. El tercer escenario lo es más, porque de tener sustento este escenario, sale a flote una unidad mal construida. Una unidad fabricada sobre contubernios muy interno,  en penumbra y con  muchas “ideas constituidas” hacia afuera,  que simplemente se sostienen sobre un esquema cognitivo que reproduce ideológicamente ese orden interno, que es necesario incluir pronto en un debate.



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Claudio Dominguez


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