Reflexión sobre el supuesto audio de Mario Silva

El Pueblo Avanza (EPA) decidió realizar una reunión de dirección ampliada, con cierta calma y prudencia, para discutir el contenido del audio que hizo público un grupo de diputados de la MUD, encabezados por Ismael García. El audio trata, supuestamente, de una declaración que da el camarada Mario Silva al camarada cubano Aramís Palacios sobre cuestiones o situaciones internas de Venezuela que han causado, por cierto, mucha polémica. En respuesta al audio el camarada Mario Silva expresó que se trata de un montaje casi perfecto del Mossad y de la CIA y como tal lo denuncia y lo rechaza.

Sin embargo, nosotros como organización de izquierda y consciente de todo cuánto es capaz de construir ficticiamente los ideólogos y los organismos de seguridad del capitalismo –especialmente- altamente desarrollado o imperialista, nos vemos en la obligación de dar algunas opiniones sobre el contenido –montado o no- del audio presentado por diputados de la Oposición. Y lo hacemos porque prestamos atención a varias cosas que allí se dicen que igualmente son comentadas en partidos y organizaciones de izquierda, en las calles como en las fábricas, en las universidades como en las esquinas llamadas calientes, en foros como en cafeterías, en sancochos como en asambleas populares, en hogares como en oficinas; es decir: en las ciudades como en los campos o donde los niveles de intelectualidad o de conocimientos son más elevados como en los más bajos. Estamos diciendo una verdad irrefutable que no es necesariamente la verdad de las acusaciones. Que otros no le presten atención, no lo criticamos y cada quien tiene sus formas de apreciar las cosas, valorarlas, reconocerlas o rechazarlas. Eso lo respetamos nosotros.

Lo primero que nos llama poderosamente la atención es una interrogante, si llegase a ser cierto que la declaración se haya dado y cosa que ya fue desmentido por el camarada Mario Silva: ¿el por qué el camarada Mario Silva hizo esa declaración o conjunto de comentarios al camarada Aramís Palacios en Venezuela y por qué mejor no decidió haber viajado a Cuba y haberla hecho allá en presencia del propio camarada Fidel o de Raúl? Todo el mundo sabe que en este tiempo, cuando la tecnología de la comunicación es tan avanzada y tan emboscadora, siempre se corre el riesgo que las grabaciones pasen de las manos donde deben estar a las manos donde no deben estar. Habría igualmente que preguntarse: ¿Quién entregó esa comunicación o grabación a la Oposición? ¿Con qué intención? ¿Qué plan hay detrás de ello? No quedaría duda que, en primera instancia y lo más importante, afectar al proceso bolivariano como visión de lucha por una Venezuela distinta y mejor que la de antes. Amén, de intentar crear serias contradicciones entre el Gobierno y el PSUV como internamente en éste para que se hagan irreconciliables. De aquí a la división habría sólo un salto muy pequeño.

Nosotros, como organización política de izquierda que ha apoyado y apoya el Proceso Bolivariano, antes con el camarada Chávez como Presidente y ahora con el camarada Maduro como Presidente, no pretendemos ni convertirnos ni aparentar ser los más preocupados, los más abnegados, los más sacrificados, los más fieles, los más inteligentes, los más capacitados y los únicos poseedores de las verdades sobre los hechos que ocurren en el país y que tienen una gran importancia sobre su existencia. No, sencillamente, siempre nos ha guiado la convicción en tratar de aportar granitos de maíz y semillitas de trigo al Proceso Bolivariano para su avance, su desarrollo, su fortaleza y por el cumplimiento de los programas de políticas económicas que hagan superar las condiciones socioeconómicas del pueblo venezolano. Y en eso, nadie podría acusarnos de valernos de nuestro apoyo para exigir prebendas a cambio que favorezcan a la organización -en lo general- o a militantes -en lo particular-. Como igualmente nos regocija que fuimos –así lo creemos- la única organización de izquierda que escribió y publicó, ante de los hechos, un escrito donde planteábamos la imperiosa necesidad que el camarada Maduro dialogara con sectores privados de la economía buscando aplicaciones de políticas económicas que redunden en beneficio del pueblo y de la nación. Que eso nadie quiera reconocerlo, no nos importa ni nos preocupa porque no andamos haciendo reflexiones para obtener condecoraciones o prebendas de ninguna naturaleza. Simplemente, así lo creemos, estamos cumpliendo con un deber de conciencia marxista. En la actualidad tenemos militantes nuestros en cárceles del país por defender al Proceso Bolivariano –en general- y la victoria del camarada Maduro –en particular-. ¿Qué les parece?

Hace poco publicamos nuestra opinión de cómo debía ser la relación entre el PSUV y resto de partidos políticos del Gran Polo Patriótico pero, igualmente, firmamos un documento que se hizo público donde se hace un llamado a los camaradas del PSUV para que tengan ojos y oídos para ver y escuchar sobre realidades que plantean el fortalecimiento de una unidad sincera, honesta, crítica, oportuna y de una dirección colectiva que asuma análisis, reflexiones, estudios y conclusiones para la elaboración de políticas económicas que se correspondan con las verdaderas realidades del país y hasta del campo internacional que influye poderosamente en nuestro destino. Seguimos creyendo en el contenido del uno y del otro documentos ya publicados en aporrea y en nuestro periódico “Redención”. Nos regocija que el camarada Maduro, no importa que no nos haya leído, tenga la misma visión que en esos documentos expresamos. Creemos que no estábamos equivocados.

Nosotros somos una organización que creemos e invocamos el marxismo como doctrina revolucionaria. No estamos diciendo que somos quienes mejor entendemos y aplicamos el marxismo. Por eso nuestro análisis, a pesar de no tener un elevado nivel de conocimientos científicos ni como organización ni como militantes, siempre ha partido sobre una sociedad dividida en clases sociales –unas- contradictorias y antagónicas y otras no, donde existe un Estado, partidos políticos, gremios y otras instituciones que de una u otra manera reflejan posiciones clasistas. De allí que nuestra creencia es la que lleva por dentro el proletariado como la clase que posee el germen de la construcción de una nueva sociedad. Creemos, igualmente, que ningún modo de producción salta a otro sin llevar a cabo un período de transición donde pugnan radicalmente lo nuevo contra lo viejo y por eso suele decirse, cuando no existe una clara definición de victoria de ninguno de los dos: lo viejo no termina de sucumbir y desaparecer y lo nuevo no termina de nacer venciendo todos los obstáculos atravesados en su camino.

Nosotros hemos hecho análisis y reflexiones que, por una u otra razón, nunca quisimos hacerlas de manera pública. Podemos decir que en unas pocas oportunidades enviamos al camarada Chávez documentos (no sabemos si le llegaron o no o si le llegaron los leyó o no) donde le exponíamos un conjunto de ideas que nos parecían de mucha importancia política pero no nos atrevimos a publicarlas. Igualmente, en nuestro análisis sobre las elecciones del 14 de abril señalamos que deseábamos una reunión con el camarada Maduro para hacerle proposiciones y tampoco quisimos hacerlas públicas. Que nadie del Gobierno o del PSUV nos llame o no nos tomen en cuenta, es otra cosa que no vamos a criticar sino, más bien, a respetar. Incluso, podemos decirlo sin temor a que nos acusen de traidores a la patria, que en una oportunidad intentamos en tratar de hacer llegar un documento amplio al camarada Fidel Castro explicándole nuestro análisis sobre las realidades de Venezuela y las del mundo para concluir con algunas proposiciones que pensábamos podían ser notificadas -a través de él y si estaba de acuerdo- al Gobierno venezolano. Para nosotros eso era una cuestión que se correspondía con el derecho al internacionalismo proletario.

Conscientemente, sin apuros, esperamos que bajara un poco la marea porque no queríamos que se interpretara nuestra opinión como más leña al fuego. El propio camarada Mario Silva dijo, rechazando lo que consideró un burdo montaje, que “Con la verdad no temo ni ofendo”, recordando que lo había aprendido del camarada Chávez.

Pues, creyendo en las palabras del camarada Mario Silva y no de las mal intencionadas campañas de la Oposición, es que queremos expresar nuestro criterio o nuestra reflexión sobre el contenido del audio. Para nosotros no es lo fundamental si lo dijo o no el camarada Mario Silva, si fue o no un montaje de la oposición, sino desmenuzar su contenido para determinar cómo desmontar –con la mayor efectividad- las mentiras pero igualmente cómo corregir aquello donde nos estén diciendo verdades que perjudican al proceso revolucionario. Nosotros no somos acusadores de nadie ni somos jueces ni fiscales para andar sentando en el banquillo de los acusados a nadie. Creemos en la Revolución, pero jamás ésta ha sido perfecta en ningún lugar donde se ha producido ni en ningún tiempo vivido como, al mismo tiempo, estamos conscientes que los Estados, los Gobiernos, los Partidos Políticos, los Gremios, y los seres humanos cometemos errores y, especialmente, cuando nos proponemos objetivos supremos en la vida social, como ese de la emancipación de todos los explotados y oprimidos en una nación –en particular- y en el mundo –en lo general. De allí que si nuestra opinión no es entendida por otros como correcta, esperamos que no nos respondan descalificándonos, condenándonos con epítetos ultrosos y desatinados sino con argumentos convincentes para que podamos rectificar en donde nos hayamos equivocado.

Es cierto que los enemigos de una Revolución Socialista, no toleran las políticas que vayan en función de liberar a los seres humanos de los rasgos de esclavitud social. Los medios de comunicación privados proceden de la misma forma. Los rumores son una presa apetitosa para el mediatismo de los enemigos de una Revolución Socialista. Los multiplican y los lanzan a la opinión pública como verdades irrefutables. No pocas veces encuentran un caudal de audiencia que les cree y se hacen eco de las mentiras para sólo anunciar esas verdades que corresponden a los asuntos triviales –especialmente- de la política. Pero hay realidades que ninguna mentira o ningún montaje puede rebatirlas.

Sin embargo, el contenido del audio publicado donde supuestamente el camarada Mario Silva describe, desde su visión, una serie de hechos sobre la situación del país y, especialmente, relacionados con el Proceso Bolivariano, los partidos políticos que lo apoyan y personajes políticos del Gobierno y del PSUV, nos obliga a decir algunas cosas porque tenemos el deber de saber con precisión: ¿cuánto de verdad y cuánto de mentir hay en el contenido del audio independiente de si fue un montaje o no?, ¿hacia dónde vamos?, ¿qué hacer o cómo hacer para que se corrijan los errores que pongan en peligro al proceso revolucionario?

La historia está rica en ejemplos, en experiencias que nos sirven para orientarnos en la política. Nosotros siempre hemos creído que en los partidos políticos, incluyendo los marxistas o comunistas, se producen bloques, alianzas, acuerdos y no pocas veces tendencias, que son las peligrosas debido a que son fracciones que representan intereses extremadamente contrapuestos o de carácter antagónico. Por eso no es extraño que en el PSUV o en cualquiera otra organización política de la izquierda venezolana se materialice lo que anteriormente señalamos. El Partido Bolchevique nació de una división de la Socialdemocracia rusa, precisamente, porque se materializaron tendencias que chocaron antagónicamente en visiones políticas, económicas e ideológicas. El Partido Comunista de Venezuela se ha dividido muchas veces cuando las tendencias que se lo han disputado terminaron en contradicciones antagónicas y nada les hacía hacerse eco de una unidad que a toda vista era ficticia. El camarada Chávez llamó, en varias oportunidades, a que todos los que compartieran su visión de socialismo se agruparan en el Partido Socialista Unido de Venezuela y aun siendo el líder indiscutible del proceso revolucionario y poseer una gran influencia en sus seguidores no logró su cometido. Eso se debió a que una serie de movimientos, organizaciones y partidos políticos no comparten los fundamentos del PSUV, aunque éste sea la organización mayoritaria y de más importancia del Proceso Bolivariano. No estamos diciendo que las demás organizaciones son las que tienen las verdades y el PSUV no. Pero creer que el PSUV es monolito, es homogéneo en todos los sentidos, que no hay en él lucha de opiniones y hasta de tendencias encontradas es, a nuestro juicio, una conclusión errada. Conclusión que no nos agrada pero que no reconocerla nos induce a realizar análisis totalmente fuera de las realidades políticas del país. Eso tiene la misma validez para el resto de partidos y de organizaciones que apoyamos al Proceso Bolivariano, independiente del tamaño cuantitativo y cualitativo de las mismas. Una unidad férrea, disciplinada, compacta, se pudiera decir indestructible, es aquella que tiene fundamentos en una sola doctrina y no en pensamientos sueltos o pedazos filosóficos que se recopilan de varias doctrinas. La militancia de un partido se basa, esencialmente, en estar de acuerdo con su programa (sistema de organización, táctica y consigna) y, agreguemos, sus estatutos. Ni siquiera en los partidos comunistas se justificaría, para darle militancia a quien la solicite, que el solicitante domine el marxismo de pies a cabeza y de cabeza a los pies. Ahora, un partido comunista que tenga militantes que crean en Dios, en Alá, en Jehová, en la virgen María, en Santos, en brujos y milagros sobrenaturales, tiene el deber de hacer todo cuanto le sea posible para formarlos en el espíritu y el contenido de la doctrina marxista para que abandonen sus creencias religiosas. Repetimos: nadie se extrañe, nadie se altere, nadie se infarte, nadie se ofusque y nadie de despepite en descalificar a los que creen que en los partidos políticos se producen lucha de contrarios, disidencias, expresiones de ideas opuestas, que en definitiva lo enriquecen pero igualmente se pueden producir tendencias o fracciones que lo conducen, muchas veces de forma inevitable, a divisiones. Ojalá en el PSUV eso no acontezca. Sin embargo, mucho más en la izquierda que en la derecha, se comenta a voz populi que en el PSUV existen corrientes enfrentadas que chocan constantemente en sus visiones no sólo de la política sino de carácter doctrinario. Es a la numerosa masa de izquierda a quien se debe convencer que el PSUV no corre riesgo de dividirse y que mantiene una suficiente unidad para afrontar con éxito los diversos puntos de vista que no coinciden en sus elaboraciones políticas porque está en el Gobierno. Es allí donde las armas de la crítica constructiva, la autocrítica destructiva, el centralismo democrático y la disciplina juegan un rol de primera magnitud.

En todo Estado, en todo Gobierno, en todo Partido Político, en todo Gremio e incluso en los hogares de familia –hasta ahora- ha existido y existe burocracia y de ésta no es muy lejos llegar a actos de corrupción. La historia así lo ha demostrado y ninguna Revolución Socialista, hasta este momento, ha escapado a esa verdad. Incluso, Fidel lo dijo, la burocracia y la corrupción pueden acabar con una Revolución. Se derrumbó, luego de siete décadas, la más grande Revolución Proletaria que haya conocido la Historia del género humano: la soviética. Y se puede decir sin equivocación que el principal factor de ese derrumbe fue el inusitado desarrollo del burocratismo a grado de cesarismo. Y sus elevadísimos niveles de corrupción se conocieron muy pronto luego de su derrumbe, que hasta un hijo de Leonid Ilyich Brezhnev, resultó un negociante que vendía caviar por atún.

No pocas veces el propio camarada Chávez habló de los peligros del burocratismo y hasta de la corrupción. No estamos acusando a nadie ni de ser un burócrata consumado ni de corrupto privilegiado. La existencia misma del Estado, del Gobierno con sus ministerios, por ejemplo, es un elemento irrefutable de burocracia pero reconocemos que sin ella no es posible concebirse ni un Estado ni un Gobierno ni en el capitalismo, ni en la transición del capitalismo al socialismo y ni en buena parte del desarrollo del socialismo propiamente dicho, y éste es el único que la va reduciendo a su mínima expresión hasta que desaparece por completo en la fase que Marx denominaba comunista. Pero sí es de vital importancia para una Revolución la de implementar medidas políticas que traten de reducir lo máximo posible los niveles de burocratismo en la transición del capitalismo al socialismo transfiriendo poderes al pueblo y, especialmente, a la clase obrera.

El Proceso Bolivariano, en nuestro humilde juicio, ya no soporta más la creación de nuevos ministerios como tampoco la concentración de múltiples responsabilidades de partido y de Gobierno en unos pocos ministros o gobernadores. Eso afecta, aunque no nos quieran creer, el desarrollo constructivo del Proceso revolucionario y del mismo partido mayoritario e influyente en la política venezolana (PSUV). Si los ministros también tienen que ocuparse de cumplir las tareas del partido dentro del partido su tiempo se verá reducido y posiblemente afectará las grandes tareas que debe cumplir y hacer cumplir en su ministerio que es: generalizar ye incrementar el bien socioeconómico para el pueblo. Claro, no estamos diciendo que algunos ministros no sean de la dirección fundamental del partido pero éste no es el Gobierno ni éste es el partido, aunque tengan que marchar, pensar y actuar de mutuo acuerdo en función de hacer avanzar el Proceso Bolivariano. Si no se hace de esa forma, así lo consideramos, estaremos –como mínimo- sumando más burocratismo a la burocracia.

En fin, para no seguir alargando nuestra reflexión, creemos que independiente de que el audio haya sido un montaje casi perfecto –como lo denunció el camarada Mario Silva-, un Gobierno, un partido político o un Polo Patriótico comprometidos con un proceso revolucionario están en la obligación de analizar el contenido del mismo para poder enfrentar, con mayores probabilidades de éxitos, las arremetidas mediáticas de una derecha que no descansará sino cuando vea al Proceso Bolivariano metido en una urna como cadáver. No es mentira, tampoco, que muchos de la izquierda creen que el audio es auténtico y que el camarada Mario Silva denuncia situaciones que están afectando al proceso revolucionario y urge la necesidad de corregirlas. Nosotros, como organización independiente del audio o de su contenido, que continúa resteada con el proceso revolucionario –en general- y con el camarada Maduro –en lo particular- hemos visto con nuestros propios ojos y escuchado con nuestros propios oídos comentarios en sectores de la izquierda, afectados por cosas que suceden dentro del Proceso Bolivariano y acrecentado por lo del audio, que se hacen eco de cosas que en el audio se denuncian sin ponerse a pensar o indagar sobre la veracidad o invento de las mismas. Por eso, y otras cosas más, estamos obligados a analizar el contenido del audio y poder desmontar lo que haya que desmontar y corregir lo que haya que corregir antes que sea demasiado tarde. Esa es nuestra opinión. Si a pocos o muchos camaradas no les agrada, no nos perdonen ni nos disculpen pero no nos descalifiquen con improperios y epítetos que nunca contribuyen a formar política e ideológicamente a nadie sino, más bien, a priorizar el sectarismo y el dogmatismo que fueron combatidos y condenados por el camarada Chávez y que demasiado daño le han hecho a las revoluciones proletarias desde 1917 hasta el sol actual. Estamos obligados a hacer valer, cueste lo que cueste, la verdad como la ley más importante de la dialéctica de la historia.



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El Pueblo Avanza (EPA)


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