Las elecciones municipales serán ahora en diciembre; ojalá este tiempo sirva para emprender dentro de la corriente chavista una discusión profunda que permita la selección de los candidatos más idóneos para esta nueva contienda, lo cual tiene que pasar por la revisión de las gestiones de gobierno que no han dado los resultados esperados. Hay que tener claro que esta vez los abanderados no tendrán al comandante de la revolución para hacerles la campaña. Nuevos y viejos aspirantes tendrán que convencer a los electores con propuestas claras, con acciones concretas.
Aquel tiempo de vencer sin convencer, donde muchos a especie de bacalao se colgaban de la guerrera del gigante Hugo Chávez pasó a la historia. Aunque el comandante siempre insistió en la eficiencia, en dejar de lado las ambiciones personales siempre hubo quienes valiéndose de componendas lograban colarse y pegarse de él, retratándose a su lado en vallas y pancartas -en lo cual se gastaban un dineral- cuando en realidad iban detrás de proyectos individuales y bien distantes del proyecto revolucionario. Algunos llegaron al descaro de presentar obras ejecutadas por el gobierno bolivariano como suyas porque ni siquiera se tomaron la molestia de hacer siquiera una acera, un brocal o un parquecito. En cambio si engrosaron las cuentas bancarias. Otros convirtieron al municipio en una finca particular, de donde sacaron innumerables propiedades. Se de unos que andan prófugos de la justicia y no falta quien ande por ahí de lo más impune y además con muchísimas ganas de seguir aspirando a cargos de elección popular. Semejante dirigencia llenaría las expectativas de la MUD.
Hay que ser selectivos. El presidente Nicolás Maduro tiene que estar alerta ante semejantes pretensiones. A nuestro líder se le fe la vida conjurando las brujas de la contrarrevolución. Sus palabras, sus consejos, preocupaciones y advertencias no deben pasarse por alto: “Los revolucionarios verdaderos no debemos ser movidos por ambiciones personales, ni ambiciones grupales. Yo estoy aquí al frente del gobierno no porque haya sido mi voluntad, les juro y ojalá la vida me de la ocasión de demostrarlo más que de decirlo, si a mi me corresponde dentro de la revolución ser el humilde chofer de un camión que recoja la basura, yo seré el humilde chofer de un camión que recoja la basura, para que las calles de la revolución sean bonitas, limpias y hermosas,” dijo en abril de 2008 a propósito de la conmemoración del Día del Rescate de la Dignidad. Y es que efectivamente antes de que su salud mermara el presidente tuvo que asumir faenas que eran competencias de gobernadores, alcaldes, parlamentarios o concejales porque mucho de esto funcionarios se declararon incompetentes.
“Lo importante es la Revolución y la Patria. Por eso debemos armarnos de una fuerte disciplina revolucionaria. Todavía hay muchos viejos vicios por allí, individualismo, influencia de pequeños grupos que debemos desterrar para siempre de las filas revolucionarias, “insistió el guía revolucionario.
Las palabras del presidente Chávez deben ser el farol que ilumine el camino que debemos seguir ahora que no contamos con su presencia material. El presidente Maduro tiene en el gabinete de calle un instrumento de acercamiento al pueblo como en otrora lo tuvo el comandante supremo en el contacto cara a cara con la gente. Necesario es vencer pero para ello hay que convencer a las mayorías que la vía es el socialismo y de allí que los soldados que salgan al frente de la batalla electoral estén a la altura de las tareas históricas que nos dejó encomendadas el Comandante Presidente.
mariaangelicagonzalez254@gmail.com