Vientos de la sabana

A cien días del adiós de Chávez

Llegamos a los primeros cien días del adiós de nuestro gigante Hugo Chávez Frías. Aquella dolorosa hora: 4:25 p.m., que dejó perplejo y silente al país entero y voló como ave por todas las agencias noticiosas del mundo. Había llegado los aciagos momentos de una enfermedad cruel y punzante que llevó al final físico de un hombre que se convirtió en historia, en agua, en tierra, en árbol, en ave, en canto, en pasión, en amor, en sueño y en esperanza de todas y todos quienes amamos la paz y la justicia.

Paradójicamente, con su partida Hugo Chávez Frías nos dejó un legado innumerable de logros y alcances libertarios absolutos como la patria y la dignidad de ser ciudadanos partícipes de la construcción de nuestro propio devenir histórico.

Pero más allá de ese legado, hallamos un morral donde encontramos toda una doctrina que nos invita a su revisión y aplicación en nuestra vida diaria. Una doctrina que empieza a tomar cuerpo que es anticapitalista y anti imperialista; una doctrina para el estudio del nacionalismo e internacionalismo, la igualdad y justicia, la independencia y la autodeterminación de los pueblos. Toda una doctrina que nos invita a conceptualizar la patria, a revitalizar y relanzar el socialismo como propuesta viable en el mundo, como unificación de los pueblos del sur, de Latinoamérica, del caribe, una alianza de los pueblos bolivarianos por zafarse del capitalismo voraz y depravado.

A cien días del duelo, no nos queda otra vía que adoctrinarnos del chavismo y hacer un esfuerzo por comportarnos como Chávez, a cada momento, a cada minuto, a cada segundo, tenemos que llevar a la práctica “el ser” chavista. Tenemos que visibilizar el chavismo, atender las necesidades con honestidad, sin corrupción, deslastrarse de los vicios cuartorepublicanos que degeneraron la nación en un período oscuro. Tenemos el deber de ser productores de felicidad y esto es posible con un servicio honesto y benigno.

Justamente, a magnificar las alertas y estar pendiente cada día porque la oposición venezolana, bueno una parte de ella, ha venido perdiendo toda capacidad de uso del mecanismo pensante y se han dejado llevar por sus planes oscuros y sus deseos apátridas y perversos de tomar el poder político y económico de este país a como dé lugar. El candidato perdedor Henrique Capriles Radonski, se ha lanzado por la calle del medio en una guerra contra el país. Hace años que dejó de gobernar a Miranda y ahora anda en reuniones secretas con sus asesores internacionales a quienes se presta como títere del imperio norteamericano para planes macabros contra la patria y el pueblo digno de Venezuela.

Peligroso, muy peligroso esas andanzas de Capriles sin sentido por Colombia, donde vive el archi enemigo deVenezuela, como es el personajillo Alvaro Uribe Velez, el propio patán de cuatro esquina, quien sería capaz de vender su alma con tal de ver naufragar a nuestro país y a su proyecto bolivariano legado del comandante supremo Hugo Chávez Frías. Delicadas son esas reuniones con la oligarquía rancia del país neogranadino, que sólo atiza los vientos de la desestabilización, de la violencia y de las agresiones hacia nuestra democracia y hacia nuestras instituciones.

Para nadie es un secreto que el Perdedor de Capriles ha asumido una conducta antidemocrática y su talante de golpista, de fascista, ha salido a rutilar desde aquellos días aciago de febrero del 2002 y el asalto a la embajada de otro país, violando todo el derecho internacional y normas elementales de convivencia en la región. Ya Capriles se quitó su máscara y emprendió una dura lucha contra la revolución Bolivariana atacando por la calle del medio a nuestro presidente constitucional Nicolás Maduro. La burla, el irrespeto, la ironía, la canallada, la bajeza, se pueden observar de su abominable odio que tiene a todo el legado de Chávez y por ende a sus hijos Nicolás y Diosdado, de quienes se refiere con su voz despectiva y prosaica en cada una de sus intervenciones.

Sin embargo, lo peor de todo es cómo se pudiese estar dibujando un escenario como el de Libia o el de Siria, donde se alimente las acciones hacia una confrontación violenta entre esta oposición irracional que hace vida con sus tentáculos internacionales y nuestra patria. Allí lo peligroso de estos actos de irracionalidad de un Capriles malvado que obedece a los intereses de los poderosos del mundo y se podría estar prestando para avivar una guerra en Venezuela con el propósito de intentar desmoronar las estructuras sólidas de la moral de un pueblo digno que hace 15 años dejo de ser objeto para convertirse en sujeto partícipe de la emancipación y construcción de patria.

A cien días de la partida de Chávez, hay que estar cada día alerta, Alerta máxima en cada uno de nuestros espacios, alerta en las comunidades y nuestras áreas de alcance laboral; porque de lo que sí estamos seguro es que los planes de Capriles y sus seguidores apátridas de acá es que cada día crezca el descontento y avivar los ánimos para unas desestabilizaciones, agresiones violentas y sus proyectos bélicos y terroristas contra este suelo que ha sabido construir la paz y el amor, a través de la igualdad y la justicia social que cada día la vemos en las tantas misiones y políticas de inclusión social en las calles y comunidades de esta Venezuela de paz y unidad que todos queremos para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.



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Geovanni Peña

Diputado a la Asamblea Nacional. Militante del PSUV.

 santanajerez@hotmail.com

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