Nicolás, saludame al Papa y decile…

Para el próximo lunes 17 de junio está prevista la entrevista del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros y el Papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano, por cierto.

No soy fiel practicante del catolicismo, aunque fui bautizada por la fe católica. No profeso ninguna religión pero me identifico con el pensamiento de Jesús de Nazaret a quien considero uno de los más grandes humanistas y revolucionarios del mundo.

Sin ser santera he admirado a otro gran hombre de la Iglesia, como es Francisco de Asís, hasta el punto que uno de mis libros favoritos es “En Nombre de la Rosa” de Humberto Eco, porque aborda de manera cruda la opulencia y mezquindad de la Iglesia a la que por principios se opone la corriente franciscana que sostiene que los religiosos deben practicar la caridad y austeridad como lo hizo Jesús.

De todas las oraciones que aprendí de niña la que más recuerdo y me gusta es “Hazme un Instrumento de Tú Paz”, que es verdaderamente un canto a la paz y me apasiona aquel poema de Rubén Darío “Los Motivos del Lobo” que recrea una escena entre el noble animal tan desprestigiado por el hombre y San Francisco, un enamorado de la naturaleza y de todo ser viviente.

Reconozco que soy escéptica a todo lo que se relaciona a cambios profundos y de fondo dentro de la Iglesia Católica. Sin embargo he venido siguiendo a Jorge Mario Bergoglio desde su nombramiento. A muchas personas en el mundo, practicantes o no del catolicismo, nos llamó mucho la atención la escogencia del nombre de Francisco por parte del nuevo Papa. El mismo Bergoglio aclaró que el nombre adoptado era por Francisco de Asís, aquel hombre sencillo, humilde, que adoptó la pobreza como modo de vida-a pesar de provenir de una de las familias más acaudaladas de Italia; que se ocupó de servir a los más necesitados, que amó la paz y la creación divina, que sacudió la Iglesia con su prédica y practica.

El Papa argentino pareciera asumir la personalidad de quien ha tomado el nombre. Rechaza las lujosas vestimentas, pide recortar gastos. Se pronuncia por “Una Iglesia Pobre y Para los Pobres”, crítica el “Capitalismo Salvaje”; habla por teléfono con porteros, dice tener como amigos a mendigos; se declara del ambientalista, defensor de la paz y la justicia. En fin este sumo Pontífice es todo un personaje que parece haber salido de algún santoral.

A todas estas los representantes de El Vaticano en Venezuela, pareciera no se han enterado del humano discurso, o ¿es que Bergoglio no les termina de bajar la línea? En algunas iglesias del país, los sacerdotes incitan al odio, defienden a los capitalistas salvajes, dan la bendición a quienes se ensañan contra la humanidad, discriminan a los pobres y condenan todo lo que representa justicia social.

Al presidente Nicolás Maduro le pedimos que salude al Papa Francisco de nuestra parte y le deje claro que en Venezuela hace tiempo la revolución bolivariana está transitando el camino de Cristo-Jesús el de la solidaridad, la igualdad y la justicia social y que como Francisco de Asís amamos la paz y la creación divina. Una copia del Plan de la Patria no le vendría mal a la cabeza de la Iglesia, quien quita y habemus Papa Socialista.


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María Angelica González


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