Qué sabemos de los añú? Fue la primera nación indígena que enfrentó militarmente a la invasión europea en el continente en agosto de 1499 cuando la flota de Alonso de Hojeda entraba en la barra del Lago de Maracaibo. Ha sido la más afectada por la actividad petrolera y petroquímica, y por la explotación de la caliza en Isla de Toas para el cemento. Es la que subsiste en los palafitos lacustres. Es la que mantuvo la pesca artesanal en el Lago en resistencia contra el desarrollismo imperialista. Fuimos los invisibilizados de siempre.
Pero quiénes son los añú?
¿Cuál es la Patria de los añú? El Lago de Maracaibo o Coquivacoa. ¿Todo el Lago? Probablemente no, pero al menos la mitad norte sí.
¿Estaban solos los añú en el Lago? No. Había otros pueblos que hacían vida en las riberas sur y suroriente, y en la Costa Oriental, los añú aceptaron convivir en sus pueblos con los caquetíos, con quienes compartían una lengua muy similar por su origen común arahuaco..
¿Vivían aislados los añú? No. Tenían mucho contacto entre todos sus poblados y con los otros pueblos originarios de la región, como los caquetíos, barí, wayúu, cuicas, entre otros.
¿Salían hacia el mar o vivían sedentarios en sus aguas? Si salían al mar, como lo hicieron muchos siglos atrás los antiguos arahuacos, que llegaron hasta las islas que hoy se llaman Cuba, Haití-Dominicana y Puerto Rico (Tahínos).
¿Navegaban los ríos de la cuenca Maracaibo? Sí. Muy especialmente el Macomiti, hoy ríos Limón, Socuy, Guasare; también los ríos de la parte oriental: Matícora, Tamare, caños Oriboro, etc…
¿Todo el tiempo estaban en el agua? ¿No tenían actividad en tierra firme? Los añú tenían mucha actividad en sus tierras: recolección de frutos, obtención de maderas, cosecha de algodón y cocuiza (fique), trabajos de alfarería, construcción de embarcaciones, cacería, cultivos domesticados como el maíz, la yuca, frijoles diversos, auyama. En tierra se entrenaban en las carreras, cacerías, tiro de flechas, etc.
¿Usaban ropa? Sí. Se vestían lo necesario según las determinaciones del clima.
¿Vestían todos iguales, como si estuvieran uniformados? No. Cada cual se tejía sus lienzos como quería y según sus habilidades.
¿De qué hacían sus ropas? Fundamentalmente de algodón, que solían tenerlo en abundancia.
¿Tenían autoridades? Sí. El respeto a las personas mayores constituía un valor muy especial de los pueblos originarios en general, y de los añú en particular. Las madres y abuelas, los ancianos, caciques y mohanes eran autoridades naturales de la comunidad.
¿Los caciques eran autoridades políticas y militares permanentes? No. Podían ser removidos con facilidad por la comunidad. No tenían que ser necesariamente guerreros, podían ser sabios, guías espirituales, según los tiempos que se vivieran. En tiempos de guerra los caciques militares asumían el mando único.
¿Caciques eran sólo los varones? No. Las mujeres también podían ser cacicas.
¿Tenían límites los territorios? No en el sentido que se entienden hoy. Cada pueblo indígena sabía cuál era su territorio y cuál el de los demás. Podían acercarse, pasar, cruzarlo, pero no establecerse, a menos que la comunidad de asiento lo aceptase. No se conoce que existiesen disputas territoriales en la región del Lago a la llegada de los europeos.
¿De qué se alimentaban? Añú es un pueblo ictiófago por naturaleza. También comían tubérculos varios, maíz, mucha yuca dulce, frutas autóctonas, y algunas veces carne de venados y otras cacerías.
¿Tenían un dios? No. La fe de nuestros antepasados incluía tres elementos esenciales: i) la ética ecológica, ii) principios del bien y el mal, y iii) veneración de antepasados.
¿Cuál era su concepto de la propiedad? Nada similar con lo que se entiende actualmente. Lo fundamental era la propiedad colectiva, fuese difusa (el aire, el agua, la tierra) o concreta (la casa, la canoa, los útiles del hogar). En el caso de la Patria rige más un sentido de pertenencia y querencia que de apropiación.
¿Existían castigos a las faltas? Sí. La comunidad podía sancionar conductas indebidas, como el incumplimiento de compromisos y las faltas de respeto.
¿Qué tipo de sanciones? El aislamiento era una pena muy común entre nuestros pueblos originarios.
¿Existía el premio o reconocimiento? Sí. La emulación comunitaria reconocía los aportes de cada cual y sus virtudes particulares; a partir de estos reconocimientos se elegían caciques y mohanes.
¿Vivían un mundo lúgubre, una vida aburrida, en blanco y negro? No, todo lo contrario. El pueblo lacustre ancestral era alegre por definición, así lo imponía la belleza y riqueza del paisaje. La alta luminosidad “caribeña”, el verdor del manglar y el bosque tropical, la abundancia de agua dulce y alimento, contando la rica proteína del pescado, todo convergía en generar una sociedad sana, fuerte, con sus necesidades satisfechas, y un paisaje encantador de sol estimulante y coches estrelladas, con lunas inspiradoras.
¿Tenían cantos? Sí. ¿Bailaban? Por supuesto. ¿Qué otros pasatiempos tenían? Todos los rituales por las celebraciones climáticas, de cosechas, fiestas familiares o comunitarias, se hacían con música, canto, baile y poesía. Todas las abuelas, abuelos y madres eran cuentacuentos espontáneos. ¿Tenían juegos? Si, sobretodo acuáticos: natación, apnea, pelota, juguetes de madera, pesca deportiva con arpón, etc…
¿Qué hacían por las noches antes de dormir? Conversar. La conversación familiar era fundamental en la tradición oral, no sólo para preservar y reproducir la cultura, sino también para cultivar los saberes, la creatividad; incluso, soñar el futuro, planificar. El cuento, la leyenda, el mito, forman parte inseparable de la vida ancestral, y es una de las grandes pérdidas del pueblo añú como vencido en la guerra invasora.
¿Eran caníbales los añú? ¿Habían caníbales en el Lago de Maracaibo? No. Los primeros actos de antropofagia en la región los cometieron los españoles que regresaban del suroriente del Lago con el oro que había robado el banquero alemán Ambrosio Alfinger.
Con Chávez en ristre y venciendo, por la gloria vivida y las victorias por venir.
El Socialismo es Vida.
"... los Estados Unidos que parecen destinados por la providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad..."
Simón Bolívar, El Libertador. Guayaquil 5 de agosto de 1829.