A propósito del 5 de julio
¿POR QUÉ SE MANIPULA LA PARTICIPACION INDÍGENA EN LA INDEPENDENCIA?
SAÚL RIVAS-RIVAS
Hay investigadores que han sido capaces de ver en la Independencia, la convergencia de todos los tiempos de nuestra historia. En “Esa espiga sembrada en Carabobo”, de César Rengifo, en la Independencia, hablan todos los tiempos de nuestra historia y se expresan los pueblos como los creadores de la historia y de la cultura. Sin negar por ello el papel de las individualidades en la historia. Por la independencia hablan milenios de historia reprimidos y silenciados por la conquista y colonización.
La independencia, con las limitaciones lingüísticas de esta palabra para distintas sociedades, sin negar nuestro entramado con la Madre Naturaleza, como sentido de rotación y de pertenenciaa un determinado ámbito local y político-territorial, la vocación libertaria, no se limita para los pueblos indígenas a los 15 años de la guerra de Independencia, sino que se entrama en toda nuestra historia como un sentimiento legítimo de autonomía y autodeterminación de los pueblos y comunidades frente a toda forma de esclavitud y dominación. Como algo inherente a la misma condición humana.(1)
Independencia, tampoco implica –necesariamente- ruptura o fragmentación de unidades históricas y culturales, políticamente ya consolidadas. Así Bolívar y los pueblos indios, aparezcan en la historiografía mantuana hasta hoy como “los grandes secesionistas” acusados por los imperios.
En Enrique Bernardo Nuñez, todo nuestro pasado, parece hacerse presente. La conquista, la colonia, la independencia, la república, no son fases o períodos de nuestra historia sino caras distintas de nuestro presente. Sin negar por ello la especificidad de cada presente.
Para Esteban Emilio Mosonyi, la independencia es anterior a la llegada del invasor, pero también contemporánea de todos los tiempos de nuestra historia. Es una pancronía de la dialéctica histórica.
Para las filosofías del vivir bien o buen vivir, la vida es un entramado donde todo está relacionado con todo y donde el hacer cultura no es una conquista de la Madre Tierra sino el convivir con ella. La garantía de independencia y soberanía está en la familia y la comunidad como la base de auto-sostenibilidad de la vida, no solo de la vida humana, sino del cuidado de la vida en su conjunto.
Esto significaría que el sentido de independencia, antecede a los incas, la conquista y la colonia, la guerra de independencia de la derrota de España y al mismo tiempo, la resistencia y emancipación indígena continuada desde la familia y la comunidad (el ayllu, en el caso andino) hasta los Estados Plurinacionales, multiétnicos y pluriculturales de la actualidad política.
-Las luchas de Túpac Amaru, de Guaicaipuro, de Caonabo y Anacaona, son de naturaleza distinta a la lucha de nuestros libertadores, pero están entramadas en su conjunto y son complementarias, en una visión holística de la historia y las sociedades en lucha por la liberación total. Por eso con Rengifo en Carabobo hablan Túpac Amaru, Guaicaipuro, el Negro Miguel, Miranda, Bolívar, Piar, Urdaneta y el Páez que todavía no se había entregado a los enemigos de La Gran Colombia y El Congreso de Panamá. Y cuando nos roban esa batalla - la de Ayacucho- sentimos que nos quieren arrebatar parte del alma de nuestra Independencia, de nuestros derechos a lo que hoy se llama la soberanía y autodeterminación de los pueblos. Pero en relación de equilibrio con nosotros mismos y con la Madre Tierra.
De modo que desde una visión holística y multilineal de la historia, todos nos sentimos como parte de un proyecto común multisocietario de pueblos, naciones, países y continente.. Sin pretensión de desconocer los antagonismos sociales y el antagonismo del capitalismo con la Madre Tierra.
ANTAGONISMO ÉTNICO-TERRITORIAL, LINGUÍSTICO Y DE CASTAS CONTRA LOS PUEBLOS ORIGINARIOS
Los estados colonialistas, imperiales e imperialistas se articulan desde la conquista hasta hoy en una relación de antagonismo étnico-territorial, cultural y lingüístico contra los pueblos y comunidades originarias, con la finalidad de negarlos como actores y dueños de los territorios invadidos y usurpados. De allí arranca todo intento de negación en redondo del pasado y del presente de los pueblos y comunidades indígenas de Venezuela y de América, desde Alaska hasta Tierra del Fuego.
-La primera negación nos dice, “que no hubo” , “ni hay” resistencia indígena. Se olvida que los pueblos resisten culturalmente y ecológicamente, ya derrotados política y militarmente, pero también la articulan con más fuerza desde sus victorias parciales. De allí el resurgimiento hoy, de las filosofías del Buen Vivir, tanto en pueblos y culturas dominadas como en procesos de liberación y de toma del poder político.
-Resistir culturalmente significa que los distintos modelos de cultura de los pueblos milenarios, articulan desde las comunidades sus mecanismos de resistencia y emancipación.
-¿Qué hubo “indios guatiaos”, vendidos al enemigo? Lamentablemente eso ocurre en casi todas las invasiones extranjeras, así como hoy tenemos “criollos apátridas” (y los hubo en los tiempos de Bolívar) que se aliaban con los imperios contra la independencia de sus propios pueblos y territorios. Aquí aparece la articulación dialéctica entre sometimiento étnico-cultural y lucha de castas, clases y estamentos. Esto es casi una constante en todas las formas de dominación de la humanidad.
-Resistir ecológicamente significa, que son los pueblos originarios los que están asentados - y organizados social, económica y políticamente- por milenios en estos territorios y ecosistemas, con múltiples modelos de adaptación a esas ecologías tan variadas, para convivir con ellas sin atentar contra su dinámica autorreproductiva para el sostenimiento de la vida. Todo es posible por la continuidad cultura-naturaleza: vale decir, hay relación y comunicación íntima entre la comunidad humana y la comunidad cósmica, lo que siempre permitió un conocimiento palmo a palmo de sus ambientes para enfrentar una guerra asimétrica de medio milenio.Resistiendo contra el colonialismo interno durante la conquista, la colonia y la república.
- Esto siempre les permitió vivir con cierta independencia, antes y después de la invasión española. “Antes de la invasión de Colón ya éramos independientes, de alguna manera” (Mosonyi: 2010). Lo cual no significa desconocer formas internas de dominación en las sociedades indígenas. Especialmente en las macrosociedades.
-Otra negación radical de los pueblos indígenas, es la que pretende ocultar después de 200 años, la participación indígena en laIndependencia frente a España. Tanto en la guerra de independencia, como en todos los otros actos concernientes a la resistencia y emancipación a lo largo de medio milenio.
-Debemos aclarar aquí varios sentidos y significados que tiene la independencia para los pueblos y comunidades indígenas:
-La independencia para los pueblos indígenas es anterior y contemporánea de la llegada del invasor. (Si ya éramos, de alguna forma independientes, tan pronto llega la invasión comenzamos a luchar para preservar nuestra independencia, nuestra libertad, nuestro ligamen con la Madre Tierra y con el cosmos). Donde era relativa, se luchaba, abierta o encubiertamente por la libertad. “Un pueblo que oprime a otro no puede ser libre jamás” (Túpac Katari)
-La independencia es contemporánea de la conquista y anterior a ella, de la colonia, del proceso de emancipación en el siglo XIX, de la Guerra Federal y de la resistencia indígena, de otros pueblos y clases sometidas frente a la subcultura del petróleo, el neocolonialismo, las dictaduras militares impuestas por el imperialismo y la dependencia euro-norteamericana. Quien tenga dudas de esto puede revisar detenidamente la concepción de la historia en César Rengifo, Enrique Bernardo Nuñez o en la antropología dialéctica, multilineal y pancrónica de Esteban Emilio Mosonyi, quienes van rompiendo con esa visión unilineal, etapista y mecánica de la Historia de Venezuela y de América.
-Las mismas cimarroneras de los descendientes de africanos, se inscriben en cierta relación de continuidad, con la resistencia indígena, sin renunciar necesariamente a sus formas específicas de su perfil específico afroamericano. Se trata de un sistema de alianzas entre pueblos originarios y africanos para enfrentar a un enemigo común. Todo ello en conflicto y sentido contrario con la dinámica interna de la sociedad de castas. Favorecido todo este entramado por la organización comunal indígena con grandes niveles de autonomía y descentralización, además de un amplio y significativo mestizaje entre el indio y el negro, produciendo una amplia gama de zambos, donde se destaca, entre otros, el zambo José Leonardo Chirino. Ya en 1552 en la rebelión del negro Miguel en las minas de Buría –límites entre Lara y Yaracuy- hay participación indígena, interna a la rebelión y externa a ella, en otros lugares de Lara y Yaracuy. Antes y después de esta rebelión, pasando por la derrota de Miguel de Buría, la resistencia armada jirahara se prolonga por un siglo más, a la que prosigue una resistencia indomestiza y afromestiza en las montañas de Yaracuy, entroncada hoy en la lucha de los campesinos contra los terratenientes, las grandes haciendas de la caña de azúcar y la continuidad del sicariato contra la Ley de Tierras del gobierno bolivariano que intentó asesinar al brillante dirigente agrario Braulio Álvarez y que ha asesinado más de dos centenares de campesinos. Esto sin olvidar que sobre esa memoria y esas articulaciones comunales ancestrales del campesinado jirahara descendiente, el camarada y amigo Raúl Domínguez, montó una guerrilla autosostenida contra la dictadura de Pérez Jiménez, que duró varios años. De modo que la memoria de Miguel El Negro y el prolongado ancestro comunal de la resistencia jirahara, se hace presente hasta hoy. De allí la importancia histórica de no ver a nuestro campesinado y a nuestra clase obrera, despojada de su ancestralidad, pasada y presente. Es aquí donde pueden reforzarse dialécticamente la conciencia etnohistórica y la conciencia de clase.
-Hubo pueblos indígenas que preservaron su independencia, tanto en la conquista, como en la colonia y en la misma república. Particularmente por autoexclusión de la sociedad colonial, la resistencia indígena es anterior, contemporánea y posterior a las cimarroneras de negros alzados. Por ejemplo la prolongada resistencia indígena wayuu, que de pueblo itinerante se convierte en pastor y ganadero, luego de comerciantes, sin renunciar a su perfil original (Mosonyi: 1982), siendo factible incluso la convivencia con un grupo de cimarrones(3). Pero el wayuu no es el único caso. Muchas microsociedades que resistieron hasta hoy en la cumbre de las más apartadas montañas, son de hecho independentistas por vocación libertaria, como de su auto-exclusión de la sociedad colonial, de sus reducciones misioneras, de sus pueblos de doctrina y ciudades indo-hispánicas.
-Sin embargo, hay que agregar que en el seno de la sociedad colonial se da otra variedad de formas de resistencia cultural y lingüística, religiosa y político-territorial. Los indios “guatiaos” o sometidos al régimen colonial, de donde salen en buena medida los indo-mestizos, también –y en cada caso- articularon formas de resistencia muy particulares. Estas formas de resistencia, dentro de una dialéctica compleja de la asimilación desindianizante dominante y la desasimilaciónreindianizante, llevan a recordar aquel dicho cuando alguien se rebela en sus hábitos y costumbres frente a la sociedad colonial reinante y dicen: carajo, “se le salió el indio”(es como la “mala educación” de la resistencia y emancipación). El mismo Bolívar, cuando ya estaba super hostigado y agotado en su paciencia, decía: hoy amanecí vuelto un caribe y pasé por las armas unos cuantos españoles.
El sentido de independencia irreductible –en el caso particular de los wayuu- es inherente a toda su historia, nunca fueron dominados, como lo es en el mismo orden de ideas, el heroico pueblo mapuche, quien resiste y busca su emancipación hasta hoy, paradigma de libertad para Miranda, Bolívar y O´Higgins. Inspiradores de nuestras independencias en la llamada América Nuestra y de resistencia frente a la dictadura de Pinochet y frente al Chile pinochetista sin Pinochet. (Todavía le aplican a los mapuche una ley antiterrorista de la época de Pinochet).
-César Rengifo llamó a esta independencia y autodeterminación originaria, la anti-conquista.Dando respuesta al círculo vicioso de las reconquistas hispánicas, de sacarse el clavo con otra conquista, otra ocupación y saqueos hasta hoy. Que la anticonquista de Rengifo responde a su encuentro con formas milenarias de poblamiento y convivencia de los pueblos originarios, tocando al fondo con los mitos de sus orígenes en la historia viva y sostenida en el tiempo, como se plasma en el mito de Amalivacá.Y cuyo testimonio lo inmortaliza César Rengifo en su historia-mural del Centro Simón Bolívar, comenzando la década del 50, en plena dictadura de Pérez Jiménez (aparece así, esta sutil modalidad artística de resistencia cultural y política de la indianidad revolucionaria, en la versión original de un Hijo Ancestral de Caracas). En este caso por parte de un connotado caraqueño indo-descendiente, en sintonía con Salvador de La Plaza.
-El epicentro de esta resistencia cultural emancipatoria son los pueblos y dentro de ellos, las formas de familia y las comunidades ancestrales y no los expansionismos imperiales autóctonos, se trate de incas, mayas, aztecas (o de cualquier expansionismo de las microsociedades caribes o arahuacas sobre otros pueblos).En la familia y comunidad está la clave de la matriz colectiva, de la resistencia, cultural y política, pero también la clave de la resistencia activa, política y militar, que llevaba a esos pueblos y comunidades a confederarse con sus caciques, apotos o principales contra el enemigo común.. Como lo hizo Guaicaipuro aquí y Caonabo en El Caribe. Esa dinámica interna de los pueblos y comunidades lo llamó Esteban Emilio Mosonyi, la matriz societaria básica, portadora del alma colectiva, pero también de sus formas de organización social y política.
¿POR QUÉ NUNCA SE VE LA PARTICIPACIÓN INDÍGENA EN LA INDEPENDENCIA?
¿Por qué la participación de los pueblos y comunidades indígenas se ha vuelto invisible en medio milenio y en los últimos 200 años?
1.-A veces se reconoce la participación indígena en la batalla de San Felix el 11 de abril de 1817, con el General en Jefe Manuel Carlos Piar, batalla que abre el Orinoco y facilita el Congreso de Angostura, la formación de La Gran Colombia,la aparición de El Correo del Orinoco, como prensa libertaria. Cuando se reconoce, se procesa como si fuera la única presencia india en la guerra de Independencia. Como se esconde –por ejemplo- la participación de los indios de Barinas y de los cariña en La Guerra Federal (1859-63). De allí aquella consigna anónima de ¡Patria para los indios!en la incorporación de Guaicaipuro al Panteón Nacional.
1.1.-Tampoco han faltado historiadores que pretendan negar la participación indígena en la Batalla de Ayacucho, que cierra la Independencia de Sudamérica (1824). Absurdo.
2.- En la mayoría de los casos esta presencia india se esconde bajo las denominaciones genéricas de “llaneros” (entre esos llaneros había achagua, cuiva, pumé, jivi, indomestizos). También se utilizan otros genéricos que esconden las especificidades indígenas: campesinos, mestizos, pardos, mezclas, híbridos, mutaciones étnicas y tantas otras denominaciones envolventes en una especie de tafetán lavado y decolorado porel criollismo mantuano de la pretendida “cultura única mestiza”. Así como se ocultó la presencia canaria en la formación de la nacionalidad, en tanto “blancos de orilla” de origen isleño y guanche-bereber (del norte de África). Y toda la diversidad étnica y lingüística de lo llamado “español”: vascos, catalanes, gallegos, valencianos, guanches canarios, gitanos, lo hispano-árabe, lo hispano-judío, etc.
2.1.-El nombre de pardo, se asocia a veces casi exclusivamente a mulato y otras, en sentido amplio, a todo el que no es blanco. En ambos casos, la presencia indígena queda diluida en distintas variantes de la manipulación de la ideología hispanocéntrica de la “cultura única mestiza”.
2.2.-Otro intento ha sido, por parte de algunos autores, el de generalizar el pensar mantuano a toda la población, con pretensiones de desvestirlo de su carácter de ideología subalterna de la dominación occidental anglo-norteamericana. De allí la misma debilidad de su anti-imperialismo. No se puede enfrentar la ideología imperial con otra ideología imperial, ni el racismo del Norte con otro racismo.
2.3.--Existiendo una amplia gama de zambos en la venezolanidad de los sectores afrodescendientes, en un mestizaje muy particular, menos compulsivo que el mestizaje con el blanco, se pretendió en la dinámica de la sociedad de castas afeitar la condición de pardos, de todo mestizaje de negros con indios, vale decir, limpiar al negro de toda sospecha de zambería, la que debía esconderse en lo posible ante la sociedad dominante, vista como “maleza”, obstaculizante del “ascenso social”.. Esto para obligar al negro a ver su blanqueamiento progresivo por la vía de la exclusiva occidentalización. Mientras que reconocerse en parentesco familiar con el indio, era una especie de “retroceso” histórico. De la misma manera el indio viendo hacia el negro, “oscurecía” su porvenir. Así trabaja hasta hoy, con una fuerza oculta, la ideología de la sociedad de castas de la colonia.
2.4.-Contradictoriamente, se asocia la participación popular en la independencia restringida a la provincia de Caracas y luego, se “llaneriza” la independencia: “la hicieron los llaneros”. Y de allí se pasó –después- a “llanerizar” la identidad nacional, desconociendo su complejidad étnica y multi-societaria. Entonces el “alma” de Venezuela ¿es sólo el Alma Llanera? Aparte del desconocimiento de la diversidad interna de lo llanero.Sin olvidar que la subcultura del petróleo debilitó mucho el imaginario indígena del venezolano. Aunque este debilitamiento, ya hemos visto, que no es necesariamente irreversible.
2.5.-Más recientemente, se ha querido definir Venezuela como país unilateralmente caribeño, desconociendo las diversidades internas de lo caribeño, incluyendo su presencia indígena e indomestiza.
3.- Se apelaba a darle a la denominación de pardos el único papel protagónico, en la guerra de independencia, llegando incluso a designar bajo este nombre tan amplio a todo el que no es blanco. Lo cual facilitaba la manipulación estadística de la etnicidad, tanto del indio como del afrovenezolano.
4.-Bajo el nombre genérico de negro o negra, designar a todo el que no es blanco, en una lógica envolvente de la sociedad de castas, con la negación radical de los pueblos originarios - y ocultar la indodescendencia del venezolano, no con el propósito de reivindicar al afroamericano, sino para asumir una identidad unilateralmente occidental pseudo-europea. Y negar todo rasgo de originalidad a este continente (aquello de que “todo comienza el 12 de octubre”). Esto pudo verlo en su tiempo con cierta claridad Gilberto Antolínez.
5.-Dentro de todas estas tramposidades, se niega en el camino al negro, luego de haberlo usado –transitoriamente- para negar al indio y plantear las clásicas relaciones de falsa competencia de identidades, establecidas por la sociedad de castas, negando, enfrentando o minimizando las alianzas secretas entre indios y negros desde la coloniaen las cimarroneras. Es casi constante la participación indígena en las cimarroneras, sin negar por ello su especificidad afrodescendiente.
5.1.-Las simplificaciones del racismo biologicista y cultural llegaban a penosos extremos mientras se practicaba una falsa igualdad social: “el indio, que nos vincula a la tierra y a la vegetación, el negro al cuerpo y el blanco al pensamiento”.“El blanco es el pensamiento, el negro folclore y el indio es arqueología”. Todas estas visiones al amparo de un vulgar hispanocentrismo o de una supuesta “raza cósmica” vasconceliana. Punto de encuentro del fariseísmo hispanocéntrico y el apartheid anglo-norteamericano. Otro intelectual hispanocéntrico decía: el indio y el negro desarrollan más las facultades físicas y es más propio del blanco el desarrollo del pensamiento.
6.-El resultado final dentro de la historiografía mantuana y oligarca es que la Independencia fue una obra exclusiva de “blancos”, tal y como aparecen en los cuadros del pintor Juan Lovera. Es común aquello de negar al indio, exaltar al negro y a la final, se le pasa serrucho a ambos, para terminar como todos los hispanocentrismos, afirmando solo lo español y al final del túnel, viene la des-hispanización en provecho de lo anglonorteamericano(2).Así opera el hispanocentrismo, en sus distintas variantes, desde los Guillermo Morón más radicalesy fundamentalistas, hasta los de apariencia más amplia y tolerante, por ejemplo.Lo cual no implica desconocer valiosos aportes anti-imperialistas en algunos casos, pero cuya debilidad reside en la continuidad del colonialismo interno contra los pueblos originarios y todo lo nativo, convirtiendo el malinchismo en la cara preferente y más penosa de la otra cara de la misma moneda: la xenofobia.Vale decir, padecen ambas la misma enfermedad: antinativismo visceral disimulado y adoración a lo europeo. Generando su fuerza contraria: la xenofobia. Rengifo reivindicaba con amplitud por ejemplo el anti-imperialismo de Mario Briceño Iragorri, pero no compartía su culto a la conquista hispánica y a sus conquistadores. (Soy un hombre de la anticonquista, decía Rengifo).
7.- En consecuencia, para todo hispanocentrismo mantuano, el pueblo “no jugó” ningún papel importante en el proceso emancipatorio, y si fue –como lo pretenden- “una obra exclusiva de blancos”, el poder corresponde sólo a los blancos “criollos” y el pueblo/pueblo debe continuar con un papel de oprimido y subordinado y los pueblos indígenas deben resignarse a la eterna conquista y derrota, a la interminable colonia, incluyendo el colonialismo interno para ocupar el último escalón de la sociedad.Y si fue una simple guerra civil, entonces, la corona española seguirá teniendo el derecho de dirigirnos, en su vieja alianza con el Vaticano.Y nuestras universidades continuarán como reales y pontificias, excluyendo el saber de los pueblos indígenas.
7.1.- A partir de ese momento, en que los blancos criollos toman el poder, como estrategia ideológica, el nombre de “criollo” , como nueva ideología dominante, se le traslada a los gruesos contingentes de indomestizos, priorizando su origen extranjero paterno sobre su origen nativo y materno, en detrimento de este último. Aunque siempre se habló del“negro criollo” o en proceso de criollización o de “criado” en América. Asumiendo la vergüenza materna de la madre india o negra y el culto ritual del padre conquistador que viene a “salvar la raza”.
7.2.--Todo estatuto humano, de pueblo, de civilización y desarrollo, encontraba su punto de partida en la llegada del invasor occidental y en el mestizaje con el europeo. De lo contrario, quedaba reducido al mundo natural. De allí aquello de “los naturales” o de “razas inferiores”, “los irracionales”, “primitivos”, “bárbaros” e “in-civilizados”, responsables -para colmo- de nuestro “atraso” y “subdesarrollo”, frente al espejo deslumbrante de USA y Europa.
-8.-En conclusión: Los pueblos originarios de todo el continente deben ser los más negados en toda la estrategia de usurpación del territorio -ayer y hoy- por parte de una élite extranjera imperial y colonialista, se trate de españoles, portugueses,(en Centro y Sudamérica) ingleses y franceses (en el norte). El colonialismo es el intento de apropiarse un territorio, desconociendo a sus dueños originarios por parte de una élite extranjera, aliada a una élite nativa desnacionalizada.Como lo vieron también desde África Amílcar Cabral o Senghor. Y Franz Fanón desde El Caribe.
8.1.-Independencia es lo que se opone a imperio, imperio es anexión en el decir de Germán Arciniegas. Independencia es la voluntad de perseveraren su memoria, en su ser histórico, cultural y espiritual, de un pueblo, de una nación, de un país. Con una base económica y social de sustentación en sintonía con el momento histórico y los ciclos de la vida.
8.2.-El poeta norteamericano Walt Whitman ya intuía en su alta sensibilidad poética, de comunión con la naturaleza y la humanidad, que todo imperio representaba la negación y la traición de su propio proyecto de nación.Tenía ya el olfato de las filosofías del Buen Vivir (o de vivir plenamente en sintonía con su himno al universo, El Canto a Mi Mismo).
8.3.-El pensamiento bolivariano representó la ruptura en redondo con el culto a las reconquistas, elantiguo régimen, la Santa Alianza y la llamada Doctrina de Monroe, las monarquías, lo imperial expansivo, las cuales en la actualidad actúan en una relación complementaria para el sometimiento en el Medio Oriente y en Libia, norte de África. Sin embargo, nuestra primera independencia, persistió hasta hoy con el espíritu del colonialismo interno, en sus distintas modalidades.
8.4.-El pensamiento de César Rengifo como arte de la anticonquista, fundado en la historia y la cultura propia, representa desde el ámbito de un marxismo originario, la ruptura con la justificación de todas las empresas de conquista de Occidente. Cuya justificación se filtraba en las teorías unilineales del atraso y del progreso. Y en el eurocentrismo inicial del mismo marxismo clásico.
8.5.-La antropología diferencial y dialéctica, y el cuestionamiento de las teorías unilineales del atraso y del progreso, representa un paso importante en la reafirmación de nuestra diversidad cultural y humana: la construcción participativa de la interculturalidad con sentido de justicia y equidad.
8.6.-Las teologías de la liberación han destacado el carácter histórico y social del mensaje evangélico, frente a la arremetida ahistórica, intimista e individualista de la falsa evangelización “opio del pueblo” que desarrollan las Teologías de la Dominación, representadas por sectores de las altas jerarquías eclesiásticas que han desconocido y siguen desconociendo a los pueblos originarios, afrodescendientes, descendientes de indígenas, así como los procesos de independencia y de cambio ayer y hoy.
8.7. Las filosofías indígenas del Buen Vivir o Vivir Bien, tomando a la comunidad humana de cada pueblo en su especificidad comunal y su alto sentido cósmico, representa hoy uno de los aportes fundamentales de los pueblos indios de Sur América en la promoción de una revolución cultural y educativa que acompañe la revolución política, económica y social. Y fortalezca las matrices históricas de los indosocialismos de todos los continentes como nueva referencia irremplazable del socialismo en el siglo XXI.
9.-Debemos aplicar una relación de complementariedad entre indianidad, filosofías indosocialistas del buen vivir y bolivarianismo, marxismo crítico, afroamericanismos, teologías de la liberación, movimientos de género, movimientos ambientalistas y con todo lo que englobe a lo más progresista para la construcción participativa del socialismo en el siglo XXI. Pero ello solo es posible con la construcción participativa de la interculturalidad y el diálogo de saberes en la coyuntura de los 200 años de nuestros procesos de independencia frente a España, al imperialismo norteamericano y el colonialismo europeo que se prolonga hasta hoy.
(1) Aunque legado específicamente americano de nuestra guerra de independencia, como dice Germán Arciniegas, no se nos olvida que el concepto tiene una carga antropocéntrica como reacción del renacimiento y de la ilustración al teocentrismo medioeval. De allí que le demos otra connotación dentro del ecohumanismo de nuestros pueblos milenarios.
(2) Adrede, las variantes ideológicas del hispanocentrismo, confunden la defensa de la herencia hispánicacon el culto a la conquista y los conquistadores. Y esta diferenciación es bastante clara en investigadores como César Rengifo, Esteban Emilio Mosonyi, Efraín Hurtado, Eduardo Galeano, Bonfil Batalla, Adolfo Colombres, entre otros.
(3) Conversación personal con el Dr Acosta Saignes en la quinta Quetzalcóatl.