¡Decepción! fue lo que sentí…
Tristeza por nuestro loco que habita el cuartel de la montaña, por lo cuesta arriba que resulta todo, para que esta vaina funcione.
En 11 años que estoy en este amado proceso de mi comandante, jamás pedí ni media puya, porque mi tarea es militar por una patria mejor, y no para que nuestro proceso me dé nada…
Siguiendo los lineamientos de mi líder y de Ernesto, de que la revolución no es para llevarla de la boca para afuera, sino para vivir por ella.
Soy un combatiente que camina el difícil sendero de la tercera edad y solo los que transitan en ella, saben de lo difícil de dicha tarea.
No soy hombre de tomarme vacaciones, mi corazón prácticamente no sabe de eso, el solo sabe de días sin descanso, de jornadas sin horarios y de trabajo duro y sin renunciar.
Y si a ello le agregamos mi humilde dedicación a nuestra revolución, todavía hoy me asombro de como hago para dormir (y cuando llega) la mayoría de las veces me vence con mi pichi pluma entre mis manos…
Tengo más de 12 años que no me tomo un descanso, las suplicas de mi hija siempre caían en saco roto, hasta que la cordura me hizo reaccionar…
Ante el asombro de mi hijo, mirándolo a los ojos, le dije: Vamos a visitar a tu hermana por 15 días a Europa.
El muchacho camino a los 19 años, no salía de su asombro, y con gran alegría me dijo:
“Te acompaño viejo”
Mi hija, no creía que al fin me decidiera y mi única nieta, menos todavía…
“Te esperamos abuelo” me dijo ilusionada…
Me entero que el pasaporte de mi hijo, le quedaban menos de 6 meses para viajar…
Pensé que como estaba funcionando nuestro Saime, todo sería sencillo…
Me metí en internet en la página del Saime, pedí la cita, cancele las 3 unidades tributarias, y junte todos los recaudos que me pedían, para renovar el pasaporte de mi hijo…
Y piano, piano, como dice un tano, confiado espere el turno para mi muchacho…
Me preguntaron la oficina que prefería, donde puse 2 o 3 (no recuerdo bien)…
Lo cierto es que no recordaron las oficinas que prefería, me mandaron para Propatria el día 03-06-2013 a las 3.30 pm.
Cuando llegue a dicha oficina me sorprendió las 200 personas afuera haciendo cola, pero como buen combatiente acompañando a mi hijo espere mi turno.
Pero, como todo siempre tiene un pero, después de un buen rato me arrime a la puerta, para preguntarle al funcionario si todos los recaudos estaban bien…
¡¡Sorpresa!! La burocracia me estaba esperando…
Todo está bien ciudadano… pero…¿Qué número de cedula tiene su hijo?
25 millones…(salió mi número)…
Ciudadano, después de los 22 millones tiene que traer también la partida de nacimiento.
“Pero en los requisitos de internet no lo pide, yo tengo la partida, pero no la traje porque no la pedían”
Lo lamento, el sistema tiene un problema para las personas de 22 millones en adelante, tiene que traer la partida.
“Acá traigo también el pasaporte que no llegó a usar nunca”
Sin la partida no hay trámite…
“Tiene que pedir nueva cita”…
Cuando me marchaba desilusionado…
Me dieron el toque final:
“No la puede pedir antes de los siete días, después de perder la cita, porque el sistema no se la dará antes”…
Camino al Metro, le dije a mi hijo:
“Muchacho olvídate del viaje”
Me miró con esos ojos grandes, sin decir palabra, él sabía de mi desazón…
Pero yo no necesité que me dijera nada…
Sus ojos parecían reclamármelo todo: “Viejo…adonde quedo todo eso que me dices todos los días de nuestra revolución”
Llamé a mi hija diciéndole que no viajábamos, que se olvidara del asunto…
Se armó la sampablera, me pidió hasta el cansancio que viajara solo, y con la complicidad de mi nieta, me obligan a viajar solo…
Me costó un mundo escribirle un SOS al director del Saime en Aporrea, estuve días sin hacerlo y al final le mande un SOS…( http://www.aporrea.org/
¡Pero el señor Dugarte no lee Aporrea!
Y como buen revolucionario tal vez no necesite de un adjunto o colaboradores que lo hagan por él, tal vez intentando no causarle gastos a la republica…
En vano espere un simple correo, una ayuda necesaria, a los pocos días me olvide del asunto.
Pero el director del Saime, sale todos los días en Aporrea, que vamos hacer esto, que vamos hacer lo otro, que metimos preso a unos delincuentes, a otros corruptos, etc., etc., etc….
Y hoy…¡¡Lo vuelvo a encontrar!!
Y estando en mi oficina con mi computadora leyendo o escribiendo para nuestro sitio revolucionario en internet, aunado a mi hijo que me ayuda diariamente, cuando no va a la UCV…
LA ARRECHERA ME LLEGA NUEVAMENTE…
Y puñetazos que golpean mi escritorio, sin ver a nadie, y pasos a mí alrededor estando solo, refunfuños que me llegan…
Y una voz parece decirme lleno de ira…eficiencia, eficiencia, compañera ausente de los combatientes…
ME PARO DANDO UN SALTO, Y DE MI BOCA SOLO SALES UNA PALABRA EMOCIONADO:
¡¡COMANDANTE!!
Y un nuevo golpe retumba en mi mesa…