Quienes vieron en ¿vivo y en directo? por televisión el supuesto aterrizaje del hombre en la luna, estaban seguros que en el año 2000, ¡los carros volarían! así nos lo vendió aquella serie: los supersónicos.
Dicha serie ubicaba en el 2062, nos ofrecía un futuro “positivo”, pero todo hacía pensar que seria el año 2000 cuando la realidad superaría la ficción: los carros volarían y los robots harían los “oficios” de la casa.
La televisión ha conservado esa magia que hacer soñar a niños y adolescentes. La televisión es un sortilegio, que crea mundos paralelos, siembra estereotipos y corrompe imaginarios.
La televisión nos vendió la fidelidad y el heroísmo de Rin Tin Tin, un perro ayudaba a los soldados blancos que exterminaban a los pueblos originarios en el territorio que hoy conocemos como Estados Unidos.
La televisión en Venezuela tiene 40 años vendiéndonos que Diego de la Vega -el zorro- es el bueno de la película, cuando en realidad defiende el colonialismo, la explotación de los pueblos originarios y garantiza que el oro y la materia prima llegue a salvo a España.
Pero hoy entramos en el futuro negativo -distópico- el mundo esta siendo vigilado. Eduard Snowden -agente de la CIA- ha denunciado por televisión que el Gobierno de Estados Unidos con una agencia de espionaje (NSA), la compañía Verinzom -antigua dueña de CANTV- y con un programa secreto llamado Prism, espía las comunicaciones (correos, Skype, Facebook, chats, redes sociales, etc.) de millones de ciudadanos en el mundo.
Así que quitas las pilas a tu lapto, tapa la cámara, tu intimidad puedes estar siendo observada por el pentágono.
¿Ficción?
Nota: articulo publicado en el Correo del Orinoco No 1376 el viernes 12 de julio de 2013 con el título original de: Televisión y ficción