El teléfono celular se ha convertido en un recurso indispensable para una buena parte de la población mundial.
Algunos estudiosos y científicos en perspectiva histórica lo han llegado a catalogar como el invento-innovación más importante de la historia.
El celular se ha convertido definitivamente en un centro de comunicación, de trabajo y entretenimiento: juegos, videos, filmadora, grabadora, radio, televisión, cámara fotográfica, internet, GPS, redes sociales, diccionario, reloj, reproductor de video y música, procesador de texto, videollamadas, etc.
Conocí un caso de la vida real: camino a su trabajo una amiga quiso hacer una llamada y notó que había dejado su teléfono celular, regresó a su casa a buscarlo y se percató de que había olvidado llevar a su hijo a la escuela.
Vemos en barrios y avenidas de Venezuela a la policía o fiscales de tránsito –en grupos o individualmente– distraídos de sus funciones porque están dedicados a “sus” celulares.
Hay detalles que llaman la atención: es un hecho público y comunicacional ver a políticos, funcionarios –sin excepción– en actos o actividades públicas dedicados a leer y escribir en sus celulares.
Venezuela es uno de los países con los mayores índices de consumo de celular per cápita.
Quedé gratamente sorprendido al ver a Ricardo Menéndez, ministro del Poder Popular para Industrias, utilizar con orgullo su teléfono celular Vergatario, uno de los pocos funcionarios de jerarquía del Gobierno –sino el único– que lo usa públicamente. ¡Vergatario!
Creo importante para el imaginario del socialismo venezolano, que con el ejemplo, promovamos lo nuestro, sobre todo pensando en el Mercosur.
Nota: artículo publicado en el diario CiudadCCs con el título: "Cosas de celulares"