La Revolución Bolivariana tiene lista su artillería de candidatos y candidatas para hacerle frente a otra elección popular, como es costumbre en nuestra democracia, y seguir profundizando el proceso bolivariano.
De cara a estas elecciones de alcaldes, alcaldesas, concejales y concejalas, la Revolución postuló por diferentes medios a sus candidatos y candidatas, cada uno con méritos suficientes para desempeñar los cargos en disputa, salvo honrosas excepciones, hay que decirlo.
Como es común en un proceso donde convergen diferentes tipos de movimientos y partidos, cada uno con una forma de ver este proceso revolucionario de manera distinta de la otra en sus métodos, más no en sus fines, hay unos más contentos que otros, unos más conformes que otros.
Y es que así es el juego de la democracia, y más aún en este proceso tan diverso y único, sin recetas ni manuales, hecho a pulso y en la práctica.
Podemos debatir en estos momentos cuáles candidatos y candidatas serían los más idóneos e idóneas para ocupar esos puestos de avanzada en la Revolución. Podemos estar de acuerdo en uno u otro, la sabiduría de la dirigencia de los diferentes partidos y movimientos sociales que conforman el Gran Polo Patriótico (GPP) nos debe llevar, no a plantearnos votar o no, sino en cómo ponemos de manifiesto la unión de todos los actores en torno a la consecución del objetivo final: ganar, si es posible todas y cada una de las alcaldías y concejos municipales en juego, darle de esta forma un nuevo espolonazo a las pretensiones de la burguesía de seguir horadando desde los puestos de poder municipales, esta revolución que ha costado sangre, sudor y lágrimas.
Nadie debe plantearse, vislumbramos nosotros, la amenaza de la abstención porque no nos gustó tal o cual candidato; lo expresamos con toda propiedad: Esto es chantajear a la Revolución, y si chantajeamos a la Revolución, chantajeamos al pueblo y la memoria del Eterno Comandante en Jefe.
De tal forma que la premisa en esta nueva ofensiva ha de ser la unidad, sólo la unidad y nada más que la unidad, para afrontar este nuevo reto como un solo hombre, como una sola fuerza popular que hará con su disciplina militante, fortalecer las bases de nuestra Revolución Bonita.
Pero, como en el marco de esta coyuntura, nada esta escrito, queremos plantear, tres posibles escenarios, que pueden ocurrir este venidero 8 de diciembre, y que creemos contribuirá, de manera importante, a entender el por que esta no será cualquier elección municipal y lo que estará en juego. Los escenarios, son los siguientes:
1.- Victoria Popular Amplia: La revolución mantiene o incrementa la mayoría de las alcaldías y concejos municipales, gana alcaldías emblemáticas (Metropolitana en Caracas y Maracaibo, por sólo citar dos ejemplos), y le gana a la derecha en el conteo total de votos. Consecuencias: El liderazgo opositor de Capriles termina de desinflarse, terremoto en la MUD, consolidación irreversible del Gobierno de Nicolás Maduro, el chavismo se revitaliza y se hace más fuerte. Habrá mayor exigencia de cambios y radicalización relativa a la Revolución. También puede ocurrir que la oposición no acepta los resultados, canta fraude, profundiza el desconocimiento de las instituciones y trata de generar violencia, aunque con poco eco en la población. La oposición se decantaría por una línea insurreccional de más largo plazo con incremento de participación de efectivos extranjeros (paramilitares, mercenarios, infiltrados y/o fuerzas irregulares). Combinación de estas dos consecuencias.
2.- Victoria compartida: (Para la Revolución, pírrica; para la derecha, relativa): La revolución mantiene la mayoría de las alcaldías y concejos municipales, logra el triunfo en al menos un par de las más emblemáticas, pero la derecha gana en otras y supera al chavismo en el conteo total de votos. Consecuencias: Se mantendría vivo el actual liderazgo opositor, se fortalecerían las matrices deslegitimadora del Presidente Maduro y de las instituciones, la oposición se plantearía con fuerza el asalto electoral a la Asamblea Nacional y se plantea el revocatorio presidencial, entretanto, achacará las derrotas parciales a las divisiones regionales y a los errores de los liderazgos locales. Las fuerzas más radicales de la derecha se repliegan temporalmente y se fortalece la opción electoral. La dirección revolucionaria canta victoria, no tiene más remedio, pero la credibilidad en el seno del pueblo es poca, y la sensación en las fuerzas revolucionarias de base será de derrota. Se incrementa notablemente la crítica interna y los sectores más radicales en el campo revolucionario se ven fortalecidos. Fuerte exigencia de cambios en el PSUV y en la organización popular en general. Cambios de diversa índole se producirían en el Gobierno.
3.- Victoria contrarrevolucionaria amplia: La oposición, aún no ganando la mayoría de las alcaldías y concejos, logra arrebatar unas cuantas a la revolución, además de arrasar en los municipios emblemáticos y obtener una clara mayoría en la votación total nacional. Consecuencias: Terremoto Político nacional general en el chavismo y conmoción general que podría incluir divisiones y deserciones. El fascismo se decantaría ampliamente por la vía electoral y se prepararía con fuerzas renovadas para el asalto del poder por esa vía. El Gobierno entraría en una peligrosa fase de deslegitimación en la práctica. Que dios nos agarre confesados.
El escenario es incierto, díficil hacer proyecciones claras de resultados, nada está garantizado y cualquier cosa podría suceder, a pesar del lógico triunfalismo que expresan las dirigencias de los dos grandes bandos de la actual batalla histórica. Ahí se las dejo.
¡Hacia la Constituyente Municipal!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!