La inocencia política, en Venezuela, debe ser dejada solo a los niños; en nuestro país la burguesía, la oligarquía parasitaria y la vieja política son tramposas por naturaleza.
En Venezuela, gracias a diputados ¿inocentes? la industria de la cerveza burló la prohibición de publicidad de licores, impulsada por el presidente copeyano Luis Herrera Campins, quien fue vetado -humillado, desaparecido- por los medios privados con la complicidad y cobardía de los políticos de turno.
Con su gran poder económico, su estrategia fue aumentar groseramente su inversión publicitaria -sometimiento y compra indirecta de medios- y asociar todos sus productos (harina, pastas, margarina, etc.) a la marca de la cerveza con: “Industrias Polar”.
Nuestros ¿inocentes? legisladores permitieron que la publicidad de licores nos pasara de contrabando con “Industrias Polar”, que además dominan el 93% del mercado de la cerveza, no hay un barrio o caserío en donde los niños y juventud no los impacte el licor (polar).
La marca se adueñó -con la complicidad y la ineficiencia de los gobiernos adecos y copeyanos- de todos los deportes masivos. La inversión publicitaria, el marketing del licor, llegaban en forma de donaciones de uniformes.
En el caso del fútbol (selecciones nacionales) el marketing del licor y todos los medios desaparecieron la Bandera Venezolana, los colores patrios, con algo que se hace llamar la “vinotinto” asociado a la cerveza.
No olvidemos que el entones alcalde de Chacao, Leopoldo López, expresó: “Que en el golpe de Estado y derrocamiento del presidente Hugo Chávez él participó, atravesó camiones de la Polar en las autopistas”.
El marketing de la industria del licor, ha creado mentes polar-izadas que se hacen cómplices del acaparamiento y la especulación.