¡Somos más tercos que el burrito sabanero que todos los años va camino de Belén, de Belén! Ahora que el gobierno chavista se retiró de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos- CIDH- salimos nosotros como robots parlanchinos a gritar que quedamos desprotegidos internacionalmente y que eso es inconstitucional, y todo ese pajero jurídico sin sustentación que sale de la boca de Embajada Radonski y Ramón –liga de béisbol- Guillermo Aveledo.
Seguimos creyendo que el pueblo es bolsa y lo tratamos como si fuera bolsa, y no nos damos cuenta de que ese pueblo ya se cansó de que nosotros, en la oposición, lo sigamos tratando como bolsa. Esa gente sabe que esa CIDH parece una sucursal de la MUD. No hay vaina que mande el gobierno para que la CIDH la niegue o la engavete, nunca ha dado una respuesta, en cambio, cuando nosotros dimos el golpe, aquel honroso 11 de abril de 2002, los primeros en reconocernos fueron ellos allí en la CIDH, es decir, que esa vaina es nuestra, y allí teníamos al Vivanco, que por cierto, se la daba de muy Vivanco creyendo que el gobierno era bolsa.
Nuestros medios de comunicación también están arrechísimos, como la cámara de Pastor Heydra, porque los argumentos que siempre llevábamos a la CIDH eran las noticias y reportajes que ellos manipulaban a su antojo, así que seamos claros, nosotros tenemos que estar felices porque Venezuela se retiró de allí, porque sí esa CIDH se enseria y se pone decente, la mitad de nosotros estaría presos, empezando por Embajada Radonski, y Leopoldo –cheque Pdvsa- López, y Julio –vendedor de verduras- Borges, y Pedro – golpe- Carmona, y a Daniel –el travieso- Romero seguro lo mandaría a buscar a Miami para leerle su decreto y llevarlo a la cárcel.
Así que por favor, señores, vamos a quedarnos calladitos, porque si la tortilla de vuelve vamos a tener que salir corriendo. Nosotros sabemos que la última vaina que le echó la CIDH al gobierno fue desconocer la denuncia que Venezuela llevó contra el terrorista que puso las bombas en la embajada de Colombia, y allí está, cantando libre, libre al fin, como una paloma de la paz.
Ya basta también de decir pendejadas, ayer, viendo la marcha que los chavistas hicieron contra el fascismo y recordando el golpe que le dimos a Salvador Allende, Embajada Radonski dijo que esa era una automarcha porque estaban marchando contra ellos mismos, esa vaina se piensa pero no se dice Embajada Radonski. Cómo será la vaina que cuando el papá de Margot lo escuchó, dijo. “qué bolas”, y le metió su coñazo a la puerta y se encerró.
- Gracias a la vida.- me canta Margot