No hay nada más perjudicial para la salud de una República que, atarse de manos - y vestirse con una camisa de fuerza - a las pretensiones obscenas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la burguesía empresarial pro-imperialista que hacen del mercado y sus dictámenes, el diario proceder de los pueblos.
Actualmente, la jauría opositora venezolana acrecienta su feroz ataque en contra de la revolución, imprimiendo duros golpes a la Esfera Económica. Vemos cómo el acaparamiento, el contrabando, la especulación y el desabastecimiento, son permanentes estrategias que pretenden generar angustia, desespero y descontento entre los venezolanos, para que estos últimos se planteen cuestionamientos – infundados - sobre el gobierno que terminen en el descrédito de este proceso revolucionario. Esto lo hacen en los sectores alimenticios, industriales, agrícolas, de producción de bienes y servicios. No detienen su accionar. Cada vez lo hacen con mayor intensidad. Rotan maléficamente cada ataque. Lo hacen al pie de la letra según lo indica el “manual del golpismo y del fascismo”, no tienen escrúpulos, no les importa el pueblo ni mucho menos la vida. ¡Ellos sólo buscan el poder!
La respuesta del Gobierno y la conducta del pueblo, es cada vez más compacta e idónea, más acatada y consciente. Vemos cómo emerge en toda la Patria el Gran Sueño de Nuestro Comandante Glorioso, al igual que vemos cómo el Poder Popular está presto y dispuesto, haciendo y defendiendo un nuevo Modelo Económico Productivo, junto al Estado y su gobierno, para así derrotar a las mafias, al golpismo, a la burguesía apátrida, al mercado asesino, al empresariado traidor… en fin, construyendo el mundo nuevo, ¡La Patria Socialista!
Allí, el Poder Popular, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y los revolucionarios y revolucionarias, estamos efectuando la lucha contra la alienación de la consciencia social y construyendo la consciencia revolucionaria en el campo de la Economía Productiva para así tener una sociedad en total y plena vivencia digna y gratificante; avanzando, de este modo, en la cimentación de una economía que se transforme integralmente en hechos, en ideas, costumbres, valores, principios, esfuerzos, resultados y permanente participación.
Con los Consejos Comunales, las Comunas Productivas, las Unidades Productivas Familiares y el Proletariado Productivo Disperso; vemos cómo se avanza, decididamente, en la integración productiva territorial y en los circuitos productivos integrados que permitirán acabar esa penosa incongruencia y relación maniqueista entre los sectores petroleros y no petroleros, manufacturero, industrial, agroalimentario, entre otros; y sólo así podríamos estar adelantándonos hacia un estadio de total integración y ubicando las necesidades sociales, en posición jerárquica para su total satisfacción, pasando todo por un ensamblaje radical en la forma y manera de la inversión, de la producción, distribución, comercialización, disposición y obtención pronta, justa y oportuna del bien o producto, sin que esto sea perturbado por las maléficas y grotescas insensateces del capital.
Estamos ante un histórico reto, hacer de la economía una auténtica herramienta para el desarrollo de la vida, y no la vida un sacrificio para el crecimiento económico; porque justo allí, gravitan, con poderosa fuerza, los Consejos Comunales y su economía comunal, los Frentes Sociales Productivos, los Productores Libres Asociados y las Unidades Productivas de las Familias, en férrea articulación con la política y accionar del gobierno. Sólo de esta manera, estaremos encaminados hacia el establecimiento pleno de un poderoso escalón de la economía, me refiero al escalón más socializado y socialista del quehacer social y político, ¡La Economía Productiva Socialista!
El Presidente, Nicolás Maduro, consciente de la realidad y sus retos, del compromiso y sus acciones impostergables; estructuró y activó el Órgano Superior para la Defensa Popular de la Economía, desde donde se desprenden importantísimas acciones para proteger a la ciudadanía y la Patria. Producción, comercialización y distribución, con justicia y empoderamiento social, son los grandes objetivos. Seguro que no fallaremos. ¡Venceremos!