Nuevamente, debo hacer una cita a una fecha importante: En fecha 15 de septiembre, el camarada y compatriota Diosdado Cabello, Presidente de la Asamblea Nacional y Primer Vicepresidente de nuestro Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), en rueda de prensa, señaló su propuesta de que el compañero y camarada Nicolás Maduro, hijo de Chávez, ocupe la Presidencia del PSUV.
“Eso no debería estar en discusión, es mi modesta opinión y la voy a sostener”, manifestó el primer vicepresidente de la tolda socialista". Señaló Diosdado, una vez formulada su propuesta.
Puntualizó que Maduro “dirige el Estado, el país, y debe dirigir el partido”, así como lo hizo el Comandante Hugo Chávez con quien “tuvimos resultados, y sé que con Maduro va a ser igual”.
Al respecto, quería permitirme, con todo respeto, realizar algunas opiniones a este respecto.
En nuestro último artículo, tomamos algunas referencias de los últimos trabajos de Oscar Schemel.Y en esos datos, podemos observar nuestras fortalezas, pero también nuestras debilidades. La pérdida física de un líder de la talla de Hugo Chávez, nos dejó un boquete tan grande, y solamente entre todas y todos los revolucionarios y revolucionarias lo podemos llenar.
Por otro lado, Nicolás Maduro ha resultado ser un sucesor de Chávez extraordinario. Sin ser Chávez, pero no le podemos negar los esfuerzos que ha hecho por seguir garantizando la marcha de nuestro proceso socialista. Sin embargo, señalabamos, y en eso coincidimos con Schemel, y en esto que no se nos malinterprete, que una cosa es Nicolás Maduro como Presidente de la República y su gestión de gobierno, el cual en últimos estudios de opinión, se ubica en 58% de aprobación ya, y otra la imagen de Nicolás Maduro como líder emergente de nuestro proceso revolucionario. La creación de una imagen requiere tiempo, y creo que ese proceso con respecto al primer Presidente chavista no hay que forzarlo, sino que el mismo se vaya dando paulatinamente. Y más cuando hay algunos compatriotas que han manifestado sus reservas del liderazgo de Nicolás, sin entender la coyuntura política particularmente difícil que estamos afrontando en estos momentos.
A todas estas, me parece que el planteamiento que hizo el camarada Diosdado Cabello, muy válido, no fue pertinente. Me explico. A poco menos de 72 días para unos comicios municipales extremadamente importantes, en donde lo que estará en juego en esta coyuntura histórica como lo señaló el camarada Ernesto Villegas es, si continuamos o no por el camino de la revolución, y teniendo en el horizonte una disidencia dentro del propio proceso revolucionario, que pudiera constituirse en una amenaza al triunfo revolucionario en ese reto que tenemos por delante. Hacer planteamientos de este tipo, lejos de ayudar, crea más ronchas y no contribuye a generar mayor cohesión y unidad no sólo dentro de las filas del PSUV, sino de los demás factores que hacen vida dentro del Gran Polo Patriótico.
Hugo Chávez no sólo era el Presidente de la República y su gestión fue ampliamente respaldada, sino que su imagen como conductor del proceso revolucionario que actualmente vivimos, no tengo que señalar el posicionamiento y las conexiones emotivo-afectivas que tuvo, tiene y tendrá por mucho tiempo en nuestro pueblo, además, es el fundador del Partido. Motivos más que suficientes, además del contexto histórico en el que vivimos, para ser designado por aclamación como Presidente del PSUV, y sin duda, su ausencia física constituye una tragedia histórica que aún nos desgarra el alma.
Aún cuando Nicolás Maduro dirige el Estado y la acción de gobierno, en mi modesta opinión, no necesariamente debe dirigir el partido. Ya el de por sí es miembro de su dirección nacional, y puede dar aportes sumamente importantes al mismo. Más bien creo que el PSUV debe ser, como varias veces lo dijo el Presidente siempre invicto: "El Gobierno y el Partido deben ser los dos brazos que sostengan a la Revolución Bolivariana".
Cualquiera que fuese el Presidente del PSUV, y vaya que hay cuadros para dirigirlo: Esta el propio Diosdado, Elías Jaua, Rafael Ramírez, Jorge Arreaza, el propio Nicolás, entre otros, estoy seguro que lo hará muy bien, y que acompañará en la gestión y en las responsabilidades dadas a nuestro primer Presidente de la República chavista de la historia, en el transitar de este reto histórico que representa continuar nuestra Revolución Bolivariana y Socialista, sin la guía de ese gran timonel, de nuestro Chávez.
Pero, este tipo de debates ideológicos y políticos, tienen sus momentos y sus tiempos. ¿Por qué en vez de plantearnos este tema, no delineamos más bien nuestra estrategia para ganar de manera aplastante, arrolladora y sin ningún tipo de dudas, las elecciones municipales?¿De conservar las alcaldías y concejos municipales que tenemos hoy en día y arrebatarle unos cuantos a la derecha fascista, retrógrada y muy violenta? ¿Como hacer, desde los municipios y concejos municipales, instrumentos del Poder Popular? ¿Como desde las instancias municipales, apalancamos el desarrollo de las comunas y demás formas de organización popular? Creo, en mi modesta opinión que ahí esta el debate
Por último, ¿No sería el año que viene, la celebración del Congreso Ideológico del PSUV, el 28 de julio de 2014, fecha en la que Hugo Chávez hubiese cumplido sus 60 años de edad? ¿Y no será en ese Congreso que se dará todo un debate político-ideológico, las tesis programáticas del partido, y de paso, se renovarán sus autoridades? ¿Por qué plantear este debate ahora? Esas son mis inquietudes, les dejó a ustedes las respuestas.