Tuvo Eduardo Semtei que meter la pata como la metió al asaltar la sede de la Policía de Poli Chacao, crear una crisis política aprovechada al máximo por el malandro y golpista alcalde de Chacao, la contrarrevolución y sus medios de comunicación, para que se diera cuenta el Alcalde Barreto del grave error que significó sacar a este miquilenista del cementerio de los cadáveres políticos y elevarlo al rango de segundo al mando en la jerarquía de la Alcaldía Metropolitana, por debajo sólo del Alcalde Mayor. La sola imagen de este oportunista nos retrotrae a los graves sucesos acontecidos en el país con el CNE de entonces donde, a nuestro juicio, se intentó por parte del miquilenismo un golpe de Estado contra el presidente Chávez, cuando aún no tenían la derecha contrarrevolucionaria la fuerza que adquirió en el 2002, quizás por eso fracaso ese intento y la decidida actuación de Chávez. Un político tan incapaz como Estanislao González, puesto por Miquilena en el cargo de presidente del CNE, formaba parte de aquella trama, de la cual Semtei era otra pieza, y que llevó al país a un grave vacío de poder al ser suspendidas las elecciones de mayo del 2002. Aquellos acontecimientos deben ser revisados, reactualizados, porque no sólo hubo graves problemas de corrupción, –cuyos responsables no les ha caído el peso de la ley– sino que se ha tendido un insólito manto de silencio en torno a ellos. El miquilenismo –esa tendencia contrarrevolucionaria infiltrada dentro del proceso revolucionario y del chavismo, que tiempo después saltaría la talanquera algunos de sus miembros, desertarían del campo de la revolución– dominaba, entonces, política y administrativamente, toda la estructura del CNE, con cuadros de su propia familia, incluso. Se tuvo que suspender el proceso electoral de mayo del 2002 y Semtei jugó un papel distraccionista a nivel de la opinión pública con sus intervenciones payasescas y cantinfléricas, mientras las fuerzas del imperialismo aceleraban, en la sombra, a través de la gravísima suspensión de las elecciones, el primer intento de golpe de Estado contra el presidente Chávez, donde Miquilena estaba involucrado y dirigía los hilos de aquel desastre, y Estanislao González, Eduardo Semtei y otros peones salieron quemados por sus torpezas, errores, presunta corrupción. Fue una mala jugada y una desacertada decisión del Alcalde Barreto revivir aquel cadáver político y darle el poder que le confiere el cargo de secretario general de la Alcaldía, la torpeza de su secretario le creó una crisis política al Alcalde cuyas alcances aún no sabemos. Pero es que Semtei sigue militando en las filas del miquilenismo. Según el semanario alternativo Los papeles de mandinga, “Como se sabe, Semtei es una pieza propiedad de Luis Miquilena, con quien se reúne al menos una vez a la semana, casi siempre en el hotel Embasy Suites de El Rosal”. (Los papeles de mandinga, columna Cianuro en gotas, 4/10 octubre de 2005, pág. 22). ¿Cuántos miquilenistas no infintró Semteí en la Alcaldía Mayor, en el año que le tocó actuar como secretario general de esa institución? ¿Qué daño están haciendo solapadamente? Retomando lo que señala el periódico Los papeles de Mandinga, no está claro por qué la PM se puso a la orden de Semtei para la mamarrachada del asalto a la Policía de Chacao. Incluso al parecer para ese momento ya no era secretario general ¿cuándo lo destituyeron? En esa sopa hay un hueso y hay que sacarlo para que se aclare el caldo. Si Miquilena está detrás de todo eso, debemos suponer que hay conspiración en puerta, sabotaje a las políticas revolucionarias de la Alcaldía Mayor, subversión en la de por sí subversiva PM. Ellos pueden haber estado hilando fino con el apoyo de Semtei en la Alcaldía y la ingenuidad de Juan Barreto. El enemigo no se detiene, utiliza todas las armas y desde adentro, como ya lo intentó Miquilena en el CNE, en abril del 2002, desde el Ministerio del Interior, va a tratar de subvertir el proceso revolucionario. ¡Mosca Alcalde!, revise la plantilla de la Alcaldía caracola@cantv.net