En la campaña electoral de 1963, Rafael Caldera y Arturo Úslar Pietri, ambos representantes de la oligarquía, se disputaban la presidencia de la República y en medio de un debate televisado entre estos dos personajes Caldera le espetó a Úslar en tono avasallante: “usted ha dicho que no es comunista, pero no ha dicho que sea ANTI COMUNISTA”, a lo cual Úslar Pietri, palabras más, palabras menos, le respondió, pausadamente, que él no era ANTI NADA, refiriéndose a ideologías, en cada una de las cuales podían encontrarse elementos con los que se podía o no coincidir pero con los que había que convivir. Ninguno de los dos candidatos logró la Presidencia, a pesar de que la suma de los votos que ambos acumularon fue superior a la que obtuvo Raúl Leoni quien, gracias esa división de los oligarcas alcanzó la primera magistratura.
La introducción anterior viene al caso a raíz de un debate que ha sido planteado en algunas listas de Internet acerca de ¿Qué es el chavismo?, y quien promueve el debate adelanta, para dar el ejemplo, una definición del chavismo conforme a su visión oposicionista, la cual fue rebatida por otro miembro de las listas y luego otros miembros han propuesto sus definiciones, cada una de las cuales, como es natural, tiene su propia interpretación de lo que es “el chavismo”.
La pregunta, que pretende ser ingenua, tiene una respuesta muy simple desde el punto de vista gramatical, aplicable a todos los “ismos” como cristianismo, islamismo, judaísmo, comunismo, etc.,. todos los cuales tienen una clara definición. El “chavismo” es un sentimiento que mueve a determinadas personas a seguir al Presidente Chávez porque tienen confianza en lo que él les transmite. Esta definición es impecable, aunque tiene las mismas deficiencias o imperfecciones que las de los demás “ismos”. En cada una de esas creencias o tendencias siempre se presentan gradaciones que dependen, normalmente, de la capacidad de análisis de cada persona que, supuestamente, defendiendo los mismos ideales, se diferencian en su forma de actuar y es así como dentro de un mismo “ismo” llegan a coincidir, en ciertos momentos, posiciones que se traducen en fundamentalismos que conciben al líder como un Mesías cuya palabra es la ley hasta los que piensan que el Proceso puede llevarse a cabo sin la presencia del líder, es decir lo que se conoce como "chavismo sin Chávez".
En todo caso yo plantearía más bien, que en lugar de definir lo que es el “chavismo” que es algo natural y forma parte de los venezolanos, la pregunta “¿Qué es el antichavismo?”, porque eso sí que en verdad es un fenómeno digno del estudio de los mejores psiquiatras y psicólogos de todo el mundo. Yo definiría el “antichavismo” como una enfermedad mental que afecta una pequeña parte de la sociedad venezolana que se resiste a entender que la “cultura” de la IV-R se acabó; que sus obscenos privilegios se acabaron; que NO VOLVERÁN.
Como toda enfermedad, tiene síntomas, signos y tratamiento, aunque no todas las veces tiene curación. Los síntomas suelen ser un alto grado de nerviosismo de los pacientes cuando oyen mencionar la palabra “Chávez” o la palabra “cadena” cuando están viendo la TV: se retuercen las manos y ven a uno y otro lado como buscando apoyo, pero como muy pocas veces lo consiguen (salvo que estén en sus casas) se retiran frustrados, rumiando su descontento. Cuando se desarrolla la enfermedad aparecen los signos inconfundibles: el paciente no soporta que cuando está viendo “Aló ciudadano” u otro programa semejante se lo interrumpan para dar una cadena y arremete contra el aparato de TV, destrozándolo al igual que la silla que lanzó contra el aparato; cuando se va a la cama no deja dormir a su pareja (que en el 50% de los casos es "chavista", aunque es incapaz de manifestárselo por temor a ser víctima de su furia), hablando pestes del “desgraciado que está en Miraflores” que tiene que salir de allí “con los pies por delante”; cuando salen a la calle miran a derecha e izquierda y de vez en cuando se detienen y giran 180° para ver si alguien los está siguiendo, porque aunque toda su vida hayan sido unos soberanos bolsas, piensan que este “Rrrégimen” los tiene acosados (como solían hacer los regímenes “DEMOCRÁTICOS) porque así se los han hecho creer “las jineteras de los medios”.
El pronóstico de esta enfermedad es reservado y depende en gran parte de la edad de los pacientes. Si son mayores, es muy difícil que lleguen al 2013 pues la amargura los hará consumirse, pero si son jóvenes, por muy envenenados que estén, tienen esperanzas de redimirse y llegar hasta el 2021 y mucho más.
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