Las motos se han convertido en una plaga pública y ojo con los cuidadores de carros

¡Qué tal, camarada! De vuelta por esta tribuna abierta para algunos temas, teniendo que tocar éste generalizando a sabiendas de que son muchas las excepciones.

Hace cosa de un año, o un poco menos, destaqué que en la zona metropolitana norte de Anzoátegui (Barcelona, Lechería, Puerto La Cruz y Guanta) se había iniciado el uso de las motocicletas populares, ya que era frecuente observar motos de alta cilindrada de grupos que se hacen llamar moteros.

Estos grupos llegan a reunirse en cantidades atronadoras que superan las 2.000 motos, recorriendo grandes distancias por toda Venezuela y fuera del país. Son organizados y respetuosos de todas las leyes. Generalmente viajan con sus parejas femeninas.

En el artículo mencioné que como los conductores de carros, autobuses y busetas no estaban acostumbrados a la presencia de las “intrépidas motos” con frecuencia se observaban motorizados atropellados. Ah, y que todavía no estaban inter-apoyados por solidaridades automáticas.

Bien, con la necesidad de obtener un trabajo y las ventajas que otorga el gobierno con la producción e importación de motocicletas, chinas las más, y las facilidades de pago, en especial con bajos costos, se inició un proceso “atropellante” de ver motos por todas partes.

En Caracas, a pesar de ser tantísimos y andar todos a millón, pero de tanto que se les ha criticado la manera de conducir de muchos motorizados hay cierto orden, no así en la zona metropolitana norte de Anzoátegui.

Por cierto, en un viaje a Caracas en mi carro, me estacioné cerca del Parque Los Caobos y como iba al centro y la cola, para variar, estaba insoportable, tomé una mototaxi y circulando entre carros y autobuses sentía como que les iba a dar con las rodillas. Y de regreso… tomé otro, ¡qué tal!

Como una cifra inquietante leí que este año habían muerto más de 400 motorizados por atropellamiento o estrellamiento. Grave, ¿no?

Aquí en Anzoátegui se han reproducido como moscas y te pasan por ambos lados, y se cruzan, y tocan corneta, y si medio no te das cuenta que te están pasando o vas a hacer alguna maniobra sin percatarte que se andan atravesando, intimidatoriamente te fijan la mirada como acusándote y como mentándote la madre.

Por los problemas del tránsito congestionado aquí también las mototaxis han sido una solución, pero… en el mayor desorden y riesgo para el mototaxista, el pasajero y para los peatones.

Circulan en sentido contrario, por las aceras y si acaso usan la chaquetica naranja con tiras fosforescentes y un casco, pero los pasajeros, muchas veces estudiantes, a cabeza pelá.

Sugiero que todo el que compre una moto debe tener certificado médico (mental) y de conducir, y recibir con la moto, casco para él y para cualquier acompañante. Dos cascos en cada moto, siempre.

Mientras dirijan el tránsito los policías y los de tránsito que por lo menos no los dejen comerse la luz del semáforo, ni que conduzcan en sentido contrario. Lo hacen delante de sus ojos y nada.

Esto sólo por el despelote callejero, pero algunos se aprovechan de la agilidad de ese vehículo para el arrebatón, el atraco al transeúnte enseñándole un revólver o parase al lado del que está surtiendo gasolina, preferentemente fémina, y pedirle el celular y la cartera.

En estos días circulaba con dificultad por la avenida municipal de Puerto la Cruz y la cola por el canal del desahogo lateral y estacionamiento estaba trancado, pude cambiar el canal y, como hacemos todos los curiosos, al pasar por la punta del problema una dama yacía boca arriba tendida en el pavimento con una moto caída a su lado. Y otras motos solidarias y la gente y llegó la policía y seguí.

¡Qué buena vaina con las motos!, dije.

Otro día, camino al aeropuerto, fuimos deteniendo los vehículos bajo la señal del semáforo y una señora mayorcita pasó frente a nosotros viendo por el canal que nos separa por si venía una moto, cuando llega a la mitad de la vía para pasar los otros canales de sentido contrario le pasó a millón y pegada una moto que le sacó un grito de angustia y se le cayeron los papeles que cargaba en la mano.

¡Qué buena vaina con las motos¡ repetí y así es casi todos los días, y es comentario de muchos choferes y caminadores.

De repente cuando pasamos por una improvisada alcabala, de día o de noche, y si coincidencialmente no tenemos el cinturón colocado escuchamos la recomendación del policía y pasan motos a millón de conductores sin casco, y con pasajeros sin casco.

No entienden que la recomendación no es para llamarte la atención, mucho menos multable, sino que es para ayudarte a cuidar tu vida y cuáles están más en peligro: la de los motorizados sin protección y que andan a millón.

Por cierto, vale mencionar que aunque son parte de los motivos de accidentes y choques, es la falta de iluminación posterior en los carros y camiones, y resulta que pasan policías y alcabalas vehículos que van oscuros, y mire que se ha matado más de uno contra esas paredes callejeras.

He planteado la necesidad de hacer un plan para que todos arreglen sus luces; anunciarlo y luego de un breve tiempo comenzar a detener a los “oscuros”, no puede circular, o lo arregla allí o se va a pie. Máximo, tener una unidad móvil y que paguen, con recibo, la reparación.

Para que no falte lo de la segunda parte del título, es que hay que controlar a los cuidadores de carros. Primero no cuidan nada y uno tiene que pagar a todos y cada uno de los que te encentres en todas las calles donde estacionas.

Hay que cargar sencillo y si no cancelas lo que esperan te caen maldiciones y carotas.

No cuidan nada porque quien llegue y los apunte porque se van a llevar un carro no tienen ni un pito para alertar. Es más, se sabe de algunos que sirven de avisadores cuando se van a llevar algún reproductor o el carro mismo.

Por supuesto, hay gente decente, como en todo.

Me contaba un amigo que tiene su oficina por el centro del Puerto que una mañana en la calle al frente se veía venir a un tipo corriendo y otro atrás, de pronto el que corría al frente, sobre la marcha, le entregó lo que llevaba en la mano al que funge de cuidador de esa cuadra. ¿Y…?

La vaina de la inseguridad es dificilísima. Sin dudas. Además no se consiguen policías ni para un remedio, como decían antes. Muchas veces pasan varios en de uno por moto y a toda velocidad, no se detienen ni que se los indiques: van a una misión???

Y todavía, con sus excepciones, uno tiembla cuando ve uno, más si vas a requerir sus servicios, pensando en el martillo.

Pero cuando se adecente toda la policía, que se eduquen y vivan bien, y se preparen acorde con las cantidades recomendables para cada ciudad, tal vez contaremos con policías de punto.

Me contaba un amigo que le iba a vender el carro a un policía (nada barato, Bs. 180.000,00 ¿?) pero como no conseguiría otro le dijo que no haría la negociación y el “tombo” le dijo que tenía que vendérselo sino le sembraba una droga o le levantaba un expediente. Y se lo vendió.

Y así, mil situaciones. Algunas las he nombrado en otras oportunidades. Como llenar a los policías de micrófonos y cámaras directas a las centrales. Autos con sus rutas controladas por GPS, y los reportes, y los jefes decentes y serios.

Finalmente, por hoy, adecentemos los controles de todas los tipos de fiscalizaciones para luchar contra la corrupción y el acaparamiento, con gente que supere con moral las tentaciones de las comisiones.

Con colaboradores controladores, analizados psicológicamente, adiestrados por áreas, con poder y apoyo policial o militar inmediato, podríamos conformar un ejército anti especulación, anti acaparamiento, anti trajines, a nivel nacional.

¿Estamos o no en un proceso participativo y protagónico, o solo participamos y protagonizamos en la consecución de votos?


Esta nota ha sido leída aproximadamente 2963 veces.



Eduardo Palacios Sevillano

Ingeniero Civil. Escritor y caricaturista. Productor radial y locutor. Miembro de la directiva de la Orquesta Sinfónica del Estado Anzoátegui. Miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Bolivariana del Edo. Anzoátegui. Coordinador de la Red de Historia, Memoria y Patrimonio de Anzoátegui.

 edopasev@hotmail.com

Visite el perfil de Eduardo Palacios Sevillano para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Eduardo Palacios Sevillano

Eduardo Palacios Sevillano

Más artículos de este autor