Hacia la creación de un Colectivo Humorístico de la Revolución

Existimos atomizados, separados... Casi aislados en muchas ocasiones resistiendo desempleados desde la trinchera de la cama o desde el banquito de la plaza del pueblo donde vivimos o desde la computadora que nos presta un pana loco por ahí “coleao“ en una institución o semi escondidos en una biblioteca pública o en un “cyber“ haciéndole creer a todo el que nos mira que estamos haciendo una vaina sumamente seria. Pero existimos. Y es en serio lo que hacemos para que la gente ría o refresque el alma sin perder de vista el necesario y urgente amor al prójimo, el amor a Chávez, el amor al socialismo.

Últimamente nuestros modestos aportes se vienen multiplicando bonito por aquí por aporrea y otros espacios mediáticos y telemáticos o peléticos y pelenpenpéticos como el twitter y el facebook. Son muy alentadoras las jodederas de Roberto Malaver y Oscar Heck, por ejemplo que, cuales Aquiles Nazoa o Job Pin (y que me perdonen si los ensalzo mucho con esta analogía meta histórica), muestran caminos diferentes de interpretar y asumir la realidad venezolana actual, orientar creativamente el debate, animar a nuestra gente que pueda decaer un poco en su moral revolucionaria e impregnando de alegría el clima que quieren enrarecer y violentar los pavosos opositores que no salen de una amargura y de una rabia contra los pobres.

Ahora no me quiero imaginar el odio que desatarán, en este caso, los oposicionistas del humor esta semana por los avances del tercer puente sobre el rio Orinoco que acaban de mostrarnos VTV y todos los medios públicos de comunicación, por la inundación de “canaimitas“ en todas las escuelas de estos días y por la justicia laboral que recién ha concretado el Ministerio del Poder Popular para la Educación no solo con la firma de la VII Convención Colectiva de los y las docentes nacionales sino con los ascensos en este gremio que estaban “rezagados“ desde hacía bastante tiempo.

Entonces atacarán con sus “virus humorísticos“ los Chatain y los Conde der Guacharo y los “caricaturistas“ de los periódicos y las revistas comerciales, los moderadores y animadores “fashion“ de programas privados de radio y tv para desmeritar o ridiculizar (siempre muy sarcásticamente y como quien no quiere la cosa) aquellos avances y todos los avances de nuestra revolución en materia educativa, social, económica o cultural.

Se fajarán a decir, en medio de sus ataques “humorísticos”, que Maduro es colombiano, cosa que por cierto nos favorece mucho pues sabemos por quién votaran, en caso de decidir suerte electoral presidencial en nuestro país, los casi tres millones de colombianos y colombianas que, huyendo de su país en guerra, han encontrado en nuestra amada tierra abrigo, hermandad de pueblo y solidaridad.

Segurito que al descubrir su torpeza colombianizadora de Maduro optarán por decir que este no es colombiano sino de Bielorrusia. Eso sí, siempre echando mano del “buen humor“ farandulero y mayamero que los caracteriza y poniendo en la misma bandeja de la “bielorrusiacion de Maduro“ las pestes que puedan contra todo lo que huela a pueblo, revolución, socialismo, chavismo y justicia.

Con las manos llenas de dólares y perfumes para vender a dólar lechuguino lo que compraron a dólar preferencial bolivariano acusarán “humoristicamente“ al rrrregimen de tenerlos en la más profunda mamazon, siendo lo de las “canaimitas“ y lo del tercer puente sobre el rio Orinoco cosas sin importancia como los satélites Bolívar y Miranda.

Lo último... Con más desparpajo que humor les dara por justificar la delincuencia y la corrupción por culpa de la inflación y que esa Convención Colectiva de los docentes ya se volvió “sal y agua“ por esa inflación que la genera Maduro porque él (Maduro) es el que compra la leche de un kg a 32bs y la vende en los CDI a bs 100, el que compra la harina de maíz a 6 bs y la revende de buhonero a 20bs en los alrededores de los grandes negocios de chinos, portugueses y árabes. Eso sí, riendo, siempre riendo o con el sarcasmo siempre fríamente calculado por delante.

Esos virus del “humor“ farandulero y mayamero debe encontrar su respuesta o contraparte en un humor político revolucionario bien trabajado y organizado.

Hay buena madera en muchos aporreadores y en varios panitas que vienen haciendo sus aportes creativos en twitter y facebook, pero requerimos cierta organicidad, uno que otro encuentro, una plataforma más amplia y sustentable de lucha creativa, humorística. Los chamos de Zurda Conducta y de Dame pa Matala le vienen echando un camión. Igual la gente de La Librería Mediática (no tan en la onda del humor, pero muy refrescante y sabroso para la conciencia socialista lo que allí hacen) y de La Talanquera, Los Robertos, pero, por ejemplo, en radio casi no tenemos trabajadores revolucionarios del humor y en comedia o teatro prácticamente nos borraron del mapa los faranduleros mayameros o teatreros comerciales del “stand up comedy“ (copia de algo gringo muy malo que sólo le gusta a los gringos y ha comenzado a gustar en grandes sectores de la clase media venezolana). Buena iniciativa lo del Movimiento Cesar Rengifo, pero se percibe cierta tendencia hacia lo histórico y lo meramente educativo. Necesitamos tomar las calles, las plazas y cuanto espacio público se pueda tomar para mostrar el humor de la revolución y desmontar piedra a piedra el edificio de la infamia y la maldad que día a día levantan, muy puntualitos, los enfermos del espíritu que, disfrazados de “humoristas“ adoran al capitalismo y sólo creen en el dios Dinero.

Antes teníamos un rolo de antivirus creativo y un desmontador monstruoso de esas maldades con “La Hojilla“, que aunque un pelín ácido y muy duro en ocasiones, daba al traste con las campañitas “risibles“ de Globovision y otras campañitas, risibles y no risibles, que orquestaban muy bien los laboratorios de manipulación sicológica y emocional de la derecha interna y trasnacional que hoy quiere poner al borde de un ataque de nervios a toda la República Bolivariana de Venezuela.

Necesitamos pues, en los actuales momentos, organizar la pea humorística revolucionaria y multiplicarnos por millones. Ojala que alguien nos llame y nos ayude a organizar como colectivo. Seria fantástico que ahora que tenemos un Viceministerio para la Suprema Felicidad Social del Pueblo surja por ahí una Dirección de la Risa Socialista o un Departamento de Asuntos Sin Trascendencia que convoque a los y las humoristas de la revolución para que nos demos un plan de batalla de humor y amor (a lo Aquiles Nazoa, a lo “Morrocoy Azul”) y una mínima organización para que nuestra revolución cuente con especialistas en cosquillas multitudinarias y expansivas que permitan darle un parao sistemático y profesional a la sagacidad burlona, criminal e irrespetuosa del pueblo de aquellos que tratan de secuestrar la alegría de toda una nación.

Mientras eso ocurre sigamos desde nuestras poéticas trincheras, banquitos de plaza o computadoras prestadas promoviendo el amor en tiempos de cólera oposicionista, humor y alegría en tiempos de revolución, solidaridad y hermandad en la era de Chávez y de los pueblos en lucha.

¡Sólo la conciencia socialista nos salvara!

¡Viva Chávez!



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Rafael Rodríguez Vergara


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