El proceso electoral para el 8-D, como todos los anteriores es importante. Es el segundo proceso sin la presencia de Chávez y la MUD apostando al golpe y desestabilizacón. No es o no debeía ser para el PSUV, una campaña para guindar afiches bonitos y oìr salsita y merenguitos. La campaña deberìa plantearse para ganar pero no ver esto como una fiesta electoral de afiches bonitos y musiquitas.
No ha comenzado oficialmente la campaña, pero ya las ciudades estan vestidas con propaganda electoral y en cualquier parte te encuentras con aparatos de sonidos que nos repiten musicalmente, como en los tiempos de Chelique Sarabia, los nombres de los candidatos y candidatas. El esquema funciona así para los de la MUD y para los nuestros. La diferencia es sencilla y entendible. La MUD hace dos juegos y nosotros vemos una fiesta electoral.
La revolución por lo que viene viéndose adopta este esquema de campaña en donde abundan los de afiches (muy costosos) y la musiquita en forma de merengue, salsa u otro género musical. La idea está centrada en sacar más voto que la derecha y tener más alcaldías que los partidos agrupados en la MUD. Una parte importante de los candidatos y candidatas de los municipios emblemáticos se explica a partir de esa lógica: sacar más votos y ganar más alcaldía.
Teniendo hoy el PSUV más alcaldía que la MUD, es oportuno preguntarnos: ¿Cómo ese hecho tan importante le ha servido al proceso revolucionario? Siendo realmente sincero, la alcaldías en poder de la revolución han servido de muy poco para afianzar el proceso revolucionario y más bien se han convertido en instancias mata votos y gestions que promueven el desencanto y desmovilan. La mayoría de nuestros Alcaldes para no ser muy extenso en esto, secuestraron instituciones que podían darle un cambio al municipio que heredamos. Secuestraron los Consejos Locales de Planificación (CLPP) e hicieron de estas instancias un factor plegado a sus caprichos, cuando por Ley estaban llamados a desempeñar un papel más protagónico en la conducción del municipio.
Nuestros alcaldes y alcaldesas, se armaron también para conseguir de una manera poco ética el apoyo de “consejos comunales” y extendieron su proceso de apropiación –indebida- a los batallones, patrullas y ubech. Sirvieron a la desmovilización y sembraron la desesperanza.
Debemos salir a votar por nuestros candidatos a las alcaldías. Eso no se discute. Es urgente e importante salir a votar, pero hagamos una parada y afinemos el oído para ver que nos están comunicándonos nuestros candidatos y candidatas. No se oye con fuerza una propuesta de constituyente Municipal. Una idea como esta viene más bien de algún colectivo pero no se la he oído a ningún candidato o candidata del PSUV.
Si afinan el oído, notaran una despreocupación total por parte del PSUV para formular una propuesta política para hacer del municipio y de las alcaldías un espacio para avanzar en la revolución. El PSUV continúa entusiasmado en sacar más votos que la MUD de ahí, que la ecuación que impera es: Afiche + musiquita = más votos. Todas y todas parecen estar muy satisfecho con el municipio que hemos heredado que es parte de el Estado que necesitamos derrumbar. El municipio es un pedacito muy importante de ese Estado que no hemos propuesto derrumbar y sobre sus cenizas construir el llamado Estado Comunal. No he oído una propuesta orientada a darle sentido a la idea de Chávez de “territorializar el modelo”. Más que armar o concebir una campaña con contenido y propuestas para desde el municipio iniciar el derrumbe del Estado, vemos una fiesta con salsita y merengue en medio de una intensa guerra. En esa fiesta con salsita por ahora se oye mecanicamente nombres y nada más. Estamos muy distraido localmente pensando en una fiesta.
Debemos ir a votar por nuestros candidatos y candidatas, pero ese acto, no debería estar asociado a un nombre o una figura –Afiche carita linda- , sino a un proyecto que permita entender a lo local como una dimensión del proyecto nacional. No podemos ver esto como una fiesta electoral y la MUD jugando al golpe y a la desestabilización.