La oligarquía y el Imperio acariciaba reeditar el 27 y 28 de febrero del año ´89 con una rebelión popular, pero el 9 de noviembre de 2013 pasará a la historia nacional porque a la oligarquía y al Imperio se les revirtió su estrategia y el recontrataque fue un duro golpe pues los líderes de la burguesía rancia quedaron al desnudo defendiendo a los comerciantes y empresarios inescrupulosos, apenas fue un leve apretón de mano el audaz recontrataque revolucionario que los y las dejó pues sin respuesta, balbuceando incoherencias porque mientras los líderes de la burguesía amarilla gozan de libertad, los comerciantes y empresarios que les sirvieron de punta de lanza contra el pueblo están en un calabozo esperando el respectivo turno para enfrentar el juicio correspondiente de acuerdo a las leyes del país.
Los cálculos opositores es hacer llorar al pueblo de miseria con la especulación, el acaparamiento, la escasez, la reducción de la capacidad productiva, extracción nacional de productos, de combustible, acometer inyección de dólares de contrabando al circuito económico y causar una implosión interna a las finanzas del país, además de opacarle las navidades y el recibimiento del nuevo año 2014 al pueblo venezolano, esto por mencionar algunas iniciativas que sin disimulo y muy orondo se plantean abiertamente la oligarquía y el Imperio a través de los medios privados de comunicación con la contribución contrarrevolucionaria de apátridas sectores económicos que hacen vida indecorosa en el país.
El propósito de la oposición es incapacitar al gobierno: restarle autonomía y capacidad de maniobra e independencia en la acción; mientras que a través de sus medios de comunicación burgueses le inculcaba desaliento e indefensión al pueblo por que el gobierno estaba enredado en sus menesteres de gobernabilidad.
De contraparte, un pueblo enfervorizado, reclamando sus derechos a pasar unas navidades con un país en paz, en armonía, entre y con la familia y con el legítimo derecho de exigir que el gobierno cumpla con la palabra empeñada de hacer cumplir la Constitución y las leyes.
Las acciones de recontrataque revolucionario fueron de mínima o moderada intensidad y deben seguir siendo audaces e intensas, con un gobierno movilizado a nivel nacional, sagaz como el zarpazo del gato montés; la condena de que el pueblo pasara unas navidades sombrías, se les revirtió a la oligarquía y al Imperio, pero, de nuevo se ilumina con pirotecnia de colores la autoestima del pueblo venezolano y la identidad de reconocer que su gobierno revolucionario actúa con justicia, infiere una reciprocidad de enaltecimiento.
Merece la debida distinción: la grata impresión que causan las palabras de los altos mandos militares a los medios de comunicación en el propio escenario de los acontecimientos, quienes al frente o acompañando los operativos de cauterización contra la especulación, del ladroneo contra el pueblo; allí veíamos con humedad en los ojos la cosecha del Comandante Supremo Hugo Chávez Frías, podemos decir con orgulloso reconocimiento que él no aró en el mar.
Vale destacar que en el tiempo prudente se debe implementar con intensidad una campaña de concienciación en las familias venezolanas propiciando el ahorro y autorregulando el consumo para no caer en extremos que más bien distorsionan las coordinaciones y la satisfacción colectiva de las verdaderas necesidades reales de la población venezolana.
E igual se debe estimular la capacidad productiva del empresariado honesto del país, desarrollar y excitar las propias bases de industrialización produciendo en el país parte importante de lo que se consume y todo lo que se necesita creando valor agregado y transferencia de tecnología, todo en base a una planificación estratégica, participativa, democrática y de consulta abierta.