FASE 1
Algunos analistas de la política actual venezolana parecen considerar que la Revolución Bolivariana no es un proceso histórico continuo. Se refieran a las presidencias del Comandante Chávez como una fase “agotada” que termina con la desaparición física del Comandante, la cual no tuviese solución de continuidad con la Presidencia del camarada Nicolás Maduro. Por eso oímos incluso en labios de supuestos chavistas las frases de: “si Chávez estuviese vivo, no habría hecho tal cosa, no sucedería tal cosa” como si el Presidente Maduro estuviese improvisando a partir de la nada.
Nosotros sí consideramos que la Revolución Bolivariana es un proceso histórico, cuya fase inicial fue cumplida por el Presidente Chávez: sentar las bases ideológicas y materiales sobre las cuales construir la sociedad socialista venezolana. Sería ocioso y redundante hacer el inventario de los todos los profundos cambios socioculturales, económicos y políticos que se operaron en nuestro país en los últimos catorce años, los cuales han creado un escenario político novedoso donde la antigua derecha golpista venezolana ya no tiene espacio de acción, se siente, como dice el refrán criollo, como “perro en patio de bolas”.
El comandante Chávez era una figura que infundía enorme respeto en los políticos de la derecha venezolana, quienes se cuidaban mucho de provocar la reciedumbre de su carácter, particularmente después del golpe de Estado y el sabotaje petrolero del 2002 Aquel evento le señaló al comandante la necesidad de crear un nuevo imaginario, un nuevo pensamiento militar que respondiese a la necesidad de construir y defender la propuesta socialista, única manera de darle jaque mate a las políticas subversivas e intervencionistas que el imperio maneja a través de su franquicia local, la burguesía venezolana y el bloque grupos de derecha nucleados en la llamada Mesa de la Unidad.
Los enormes logros alcanzados por las misiones sociales, las políticas progresistas que tanto en lo interior como el exterior de Venezuela promovió el Comandante Chávez, particularmente la creación de la ALBA, UNASUR y la CELAC, son como una enorme roca sobre las cuales se construirá la sociedad socialista, la utopía concreta de la cual hablaba el Comandante Chávez. Sin esos antecedentes y fortalezas, el presidente Maduro no habría podido “entrompar”-como lo ha hecho- el poder de la burguesía mercantil parasitaria venezolana.
La grave enfermedad que afectó la salud del Comandante, inducida quizás por el Imperio, le llevó en sus momentos postreros a considerar la urgencia de un liderazgo colectivo, de un gobierno cívico-militar que pudiese enfrentar con puño de hierro la fuerzas negativas que su desaparición física desataría en el imperio y sus traidores locales: la burguesía comercial parásita que saltaría como una fiera asesina sobre la renta petrolera nacional. Por ello confió a Nicolás Maduro el puño de hierro de la Revolución que debía aplastar las mafias económicas de la burguesía parasitaria venezolana.
En uno de nuestros últimos libros, (Historia Sociocultural del la Economía Venezolana (BCV.2011), apuntamos (pgs. 423-424) que Marx le daba razón a Ricardo, quien afirmaba que el verdadero tema de la economía es la distribución la cual determina los modos específicos de la producción y la distribución, así como los estilos igualmente específicos de consumo en una sociedad dada. En tal sentido, podemos decir que ha sido la burguesía comercial parasitaria venezolana, la que nos ha impuesto sus leyes de la producción y la distribución y sus estilos de consumo, más interesada en apropiarse de los dólares que produce la renta petrolera y reproducir sin sobresaltos su capital comercial, que en invertir en la producción misma de bienes. Ello responde a que la base de la economía colonial y neocolonial que todavía tenemos y nos controla en gran medida, estaba y sigue estando fundamentada precisamente en el dominio del capital comercial sobre la producción.
FASE 2
En esta Fase 2 de la Revolución Bolivariana comandada por el Presidente Nicolás Maduro en unión con el gobierno cívico militar, aquella forma de economía que es, tanto rezago de las formas coloniales como expresión de la dominación neocolonial expresada en la Cultura del Petróleo que todavía ejerce el Imperio Usamericano sobre Venezuela, tendrán que ser revertidas por la Revolución Bolivariana para derrotar definitivamente el poder de la burguesía comercial parasitaria. Sera necesario y urgente, completar a través de las leyes habilitantes la socialización de la distribución de mercancías, incluso el dinero (la banca) a los fines de imponer en Venezuela un modo de vida socialista, productivo, que esté a resguardo de las conspiraciones urdidas por la contrarrevolución venezolana y su patrón, el imperio norteamericano. Es imperativo igualmente construir una cultura, un imaginario socialista que borre definitivamente la vieja política cultural del Estado Venezolano que ha recogido y reproducido los valores éticos de la cultura burguesa, inducidos en la psiquis de las venezolanos y venezolanas vía la ofensiva criminal de los medios de comunicación privados y las industria cultural, remachando en sus mentes que la idea del confort y el bienestar individual es inseparable de las políticas neoliberales de mercado. Si el Estado venezolano no procede de esta manera, será imposible construir una conciencia nacionalista que sustente el destino histórico soberano de nuestro país.
En este Fase 2 del proceso bolivariano, la tarea fundamental es derrotar de manera aplastante y definitiva el bunker de la burguesía parasitaria venezolana representado por Fedecámaras, Consecomercio y Venancham, utilizando el puño de hierro que lego el Comandante Chávez al Presidente Maduro. Ya en una nota anterior publicada en el pasado mes de Octubre en Question Digital, planteamos que con las medidas tomadas por el gobierno del Presidente Maduro contra la guerra económica “… los empresarios golpistas deberían, en un cierto momento que podría ubicarse teóricamente entre finales de octubre y mediados de noviembre próximos, capitular o pedir conversaciones de paz…”.
Es esta la hora de imponer duras condiciones a los comerciantes criminales que saquean los bolsíllos del pueblo venezolano y hunden el futuro de nuestra patria, para lograr que los malandros fedecamareros no vuelvan más reincidir en su conducta mafiosa. Los venezolanos y venezolanas estamos contentos y esperanzados de que así sea, pero ello no será posible si el gobierno bolivariano conceda a dichas mafias el exorbitante privilegio de 30% de ganancia: 10% debe ser el máximo. ¡Seamos coherentemente nacionalistas y revolucionarios! ¡El que manda, mánda y no ruega!